5 cosas que nadie les dice sobre la elección de los colores de su boda

La decoración en la boda debe comunicar cuáles son las sensaciones que los embargan en esta nueva etapa de sus vidas. El color será uno de los principales transmisores de emociones. Además de buscar un estilo con el que se identifiquen, deberán encontrar centros de mesa para boda que alegren la vista y aromaticen el banquete y una decoración del pastel de boda que primero provoque sonrisas y después deje los platos vacíos. Incluso cuando necesiten emplear palabras y escribir en letreros los pensamientos de amor que los invaden en sus primeros pasos hacia el matrimonio, es necesario tener claro con qué estilo hacerlo ¡y de qué color pintarlos!

Cuando se trata de elegir colores para la boda, hay muchas inquietudes al respecto. ¿Elegimos un color temático? ¿Escoger una paleta implica que todo, absolutamente todo, debe ir en esas tonalidades? ¿Novio y novia son capaces de ver los mismos matices cromáticos? No se preocupen, no den por sentado todo lo que creían de los colores. Ni todo lo negro es elegante ni por casarse con un color deberán dejar de coquetear con otros tonos.

1. ¿Qué colores elegimos?

Así como hay un estilo para cada pareja, también hay un color o varios con el que cada pareja puede sentirse más cómoda. Y esto es importante, pues el color o los colores que elijan ambientarán casi todos los aspectos de la boda.

La elección del color dependerá de lo que quieran transmitir a sus invitados. Por ejemplo, los tonos azules comunican serenidad, fidelidad y sabiduría. Los diferentes tipos de rosa son para el romanticismo y la inocencia, mientras que una boda llena de verdes inspirará naturaleza, espontaneidad y prosperidad. Los blancos inspiran pureza, los amarillos irradian energía, los morados llenan el ambiente de glamur y los tonos metalizados suman distinción a los ambientes más clásicos.

En este sentido, si pintan los centros de mesa para boda sencillos en tonos pasteles, lograrán irradiar calidez y si llevan esos mismos colores sobrios a las invitaciones para boda civil también evocarán elegancia.

Sin embargo, no todos los colores son igual de versátiles. Así como los ramos de novia rojos darán intensidad al look de la futura esposa, tal vez este tono capture demasiado la atención en la mantelería. En cambie, empleado en pequeños detalles, puede ser cautivador.

2. La decisión es de ambos

Es habitual que una de las partes asuma la mayoría de las decisiones estéticas de la boda; sin embargo, esto no debe convertirse en un patrón o una norma a seguir. Dado que se trata de un día importante para los dos, ambos deberán involucrarse de la misma manera.

Entre los dos busquen los colores que más les gusten o aquellos que quieran ver en la decoración, sin la necesidad de que sean sus favoritos. Después, sometan el listado a votación o traten de encontrar la mejor combinación para que el color de cada quien esté presente. Piensen que los colores centrales también podrían llegar a sus estilismos en forma de zapato, de corona de flores, de un glamuroso cinturón o un animado boutonniere.

3. Un solo color no es para toda la vida (ni toda la boda)

Con esto no estamos diciendo que elijan todo un arcoíris y creen un mundo de excesos cromáticos, ¡no! Regularmente, se comete el error de trasladar el color principal de la boda a cada mínimo detalle. Y entonces, desde la mantelería, los vestidos largos de noche de las damas, los pétalos que lanzarán los invitados a la salida de los novios, la decoración de la mesa de dulces para boda, los jarrones e incluso la liga de la novia se pintan del mismo color.

Ver consecutivamente un solo color y por todas partes únicamente aturdirá y cansará la vista. En vez de que el color armonice, únicamente contaminará la recepción.

Pueden elegir un solo color siempre y cuando ubiquen muebles, espejos, lámparas, cojines, marcos y otros elementos en otros tonos que contrasten. Así estos no competirán con el color principal. Resalten cada espacio con otros elementos en distintos tonos, ¡la clave es saber combinarlos!

4. Registren nombres y códigos exactos de color

Como sabrán, de un color se desprenden varios tonos; por ejemplo, del rosa se liberan el color melón, magenta, fucsia y también el flamingo. Estas distinciones pueden ser fáciles para ojos muy entrenados y memorias prodigiosas, pero existen métodos más fiables de atinarle al color. ¿O cómo asegurarte de que las damas terminarán comprando los vestidos de noche azul rey que pensaste y no de una intensidad de color diferente?

Cada tono tiene un nombre y una numeración específica según las tablas de códigos de colores que consulten. Pantone, RGD, HTML y CMYK son los códigos más comunes. Tampoco es necesario volverse un fundamentalista del color, pero si quieren que haya coherencia entre diferentes elementos, lo más práctico es llevar un registro de los colores. Será la mejor manera de asegurarse de que, en caso de desearlo así, el color de las etiquetas de sus recuerdos para boda útiles coincida a la perfección con el tono de las invitaciones de boda originales.

5. Creen su propia paleta de colores

Contando con el código de todos los colores que les han gustado, manden a diseñar su propia paleta. Esto les facilitará simular unas combinaciones u otras y descartar algunas opciones. Como si fuera un manual de estilo según los usos que les darán, creen paletas de colores que incluyan colores llamativos y neutros con los que complementarse.

¡Recuerden! Los colores siempre comunican algo. Si quieren que su boda sea un éxito, deben usar correctamente cada uno de estos en cualquier aspecto de la boda. El pastel de boda no solo se come, también se observa. Y las flores del ramo de novia natural no solo huelen, sino que también definen la personalidad de la prometida que camina con ellas hasta el altar. Los colores construyen poderosas ideas y generan sensaciones que se gritan desde el silencio, así que ¡a diseñar una poética decoración!