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Bodas

6 consejos para cuidar tu alimentación

Ha llegado el momento de tomar buenas rutinas alimentarias que te ayuden a cuidar tu línea y tu salud. ¿No sabes por dónde empezar? Te preparamos esta sencilla guía.

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A estas alturas, es posible que ya estés sufriendo los estragos que dejaron los excesos de las fiestas decembrinas. Con las numerosas reuniones familiares y el estrés de los planes de boda, lo más probable es que hayas estado abusando un poco del alcohol, los refrescos y las golosinas.

El inicio del año presenta una oportunidad para adoptar un estilo de vida saludable, o recuperarlo en caso de que lo hayas descuidado. Todos necesitamos encontrar una motivación, y una boda plantea una fecha específica que puede inspirarte a tomar acción de una vez por todas. Si estás pensando mejorar tu alimentación, toma en cuenta los siguientes consejos.

1. Plantéate metas realistas

No bajarás en un par de meses el peso que te tomó varios meses o años ganar. El problema es que muchas futuras novias recurren a medidas extremas y métodos que ofrecen resultados rápidos. No sólo estos métodos suelen fallar miserablemente en sus objetivos, sino que la mayoría presentan importantes riesgos para la salud.

Las píldoras para perder peso, los planes de ejercicio extenuantes o las dietas muy estrictas a la larga pueden resultar contraproducentes, por el llamado efecto rebote. Es más recomendable asumir cambios graduales en el estilo de vida que nos permitan un sostenimiento a largo plazo.

2. Haz 5 comidas pequeñas al día

Cuando estás intentando perder peso tiendes a sentirte muy hambrienta, por lo que en este caso es más adecuado comer cinco comidas pequeñas en un día, que comer una sola. Esta estrategia ayuda porque estabiliza tu nivel de azúcar en la sangre y niveles de energía hasta que tu restricción de calorías se vuelve más manejable.

Eso sí, si tus porciones se dispararon durante las fiestas de fin de año, trabaja por reducirlas hasta llegar a una cantidad adecuada. Consulta estas porciones con un nutriólogo.

3. Bebe más agua

Muchos estudios muestran que beber más agua puede beneficiar la pérdida del peso y su mantenimiento, ya que incrementa el número de calorías que quemamos. Además, muchas personas consideran que beber agua antes de una comida, reduce el apetito, y consecuentemente, la ingesta de calorías.

Al beber agua, estamos eligiendo ésta en lugar de otras bebidas, que son usualmente altas en azúcares y calorías, lo que por sí solo contribuye a la pérdida de peso.

4. Disminuye tu consumo de azúcar

En su estado natural, el azúcar es un carbohidrato relativamente inocuo, incluso necesario, que nuestros cuerpos necesitan para funcionar. Se encuentra en frutas, vegetales y productos lácteos como un compuesto conocido como fructosa o lactosa. El problema viene cuando el azúcar se añade a los alimentos durante su procesamiento para añadirles sabor, textura, o color.

Este tipo de azúcar contribuye a que ganes peso ya que los alimentos que lo contienen tienden a tener un alto contenido calórico y con frecuencia son altos en grasa, y bajos en fibra y otros nutrientes. Evita los alimentos con azúcares añadidos y sustituye el azúcar por edulcorante sin calorías.

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5. Disminuye tu consumo de sodio

El sodio hace que retengas agua y puede afectar tu peso, además que su consumo excesivo puede ser dañino. La cantidad diaria no debe ser superior a los 2 gramos por día. El sodio no solo se encuentra en la sal de mesa, sino también en una gran variedad de alimentos, especialmente en los procesados, como panes, galletas saladas, carnes procesadas y condimentos como la salsa de soja y los cubitos o pastillas de caldo.

Busca información en las etiquetas y prefiere alimentos bajos en sodio o sin sal añadida. Reemplaza la sal común por hierbas, especias, jugo de limón, salsas y marinadas, o incluso fruta fresca o seca.

6. Opta por las grasas buenas

Las frituras, golosinas, y la comida chatarra contienen grasas saturadas que son perjudiciales para la salud. Sin embargo, hay otras grasas, las insaturadas, que son beneficiosas.

Incluye en tu alimentación diaria alimentos que las contengan, como el aceite de oliva, los pescados o el aguacate, y procura cocinar más a la plancha o al vapor en lugar de freír los alimentos

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