Alfonso y Berenice, el sueño hecho realidad
Hay quienes están destinados a estar juntos y como prueba de ello hoy te invitamos a conocer la encantadora historia de amor de Berenice y Alfonso.
Hay algunas historias que inspiran, después de todo ¿cuántas veces se conoce al amor de tu vida sin saberlo? y es que la historia entre Alfonso y Berenice comenzó un poco así, como compañeros de trabajo en una importante empresa, y aunque desde un principio hubo cierta química, en ese momento ambos tenían otras parejas y por mucho tiempo no se vieron más que como amigos, sin pensar que algunos años después estarían uniendo sus vidas.
La amistad, sin embargo, se debilitó cuando mandaron a Alfonso a trabajar a Estados Unidos, por lo que dejaron de hablar por un tiempo hasta que por obra del destino enviaron allá también a Berenice, en donde se reencontraron y comenzaron a salir juntos. Poco después estaban tan enamorados que no se imaginaban ya su vida separados.
La boda la organizaron entre ambos; para la decoración a Alfonso le gustaba el color gris, por lo que Berenice comenzó a pensar en colores para combinarlo y después de ver propuestas optó por el amarillo, una combinación realmente fabulosa que da brillo y un ambiente de alegría.
Tanto la ceremonia como el festejo se llevó a cabo en la Hacienda San Gaspar, una hermosa hacienda del siglo XVI ubicada en Cuernavaca y cuya arquitectura y estilo hacen de este espacio el lugar ideal para una boda por todo lo alto y con ese cierto estilo mexicano que tanto nos gusta.
Tanto Berenice como Alfonso lograron un excelente trabajo eligiendo los detalles de la boda, y ellos mismos llevaban pequeños detalles en amarillo y gris, desde el buttoniere y los calcetines de Alfonso o los zapatos totalmente amarillos de Berenice. Las damas también vistieron en amarillo, y junto con los novios realizaron una divertida soltada de globos.
Flores, decoración, damas, manteles, el ramo y hasta los pétalos que arrojaban los pajes estuvieron hermosamente coordinados, por lo que la boda tuvo un aspecto muy armonioso y equilibrado.
La alegría y el cariño de los presentes no se hizo esperar, por lo que la velada se vio envuelta en risas, baile y diversión. Sin lugar a dudas una boda inolvidable ¡que vivan los novios!