Boda 'all white': 4 básicos para compartir y matizar el blanco
El blanco es el color nupcial por excelencia. Sinónimo de espiritualidad, pureza y paz, se ha convertido en todo un estilo decorativo que evoca una elegancia absoluta. Si quieren compartir color con sus invitados, esto es lo que deben considerar.
Las bodas en blanco son una de las tendencias que más furor causan; especialmente, en celebraciones en la playa. Las bodas all white son aquellas en las que la blancura de los vestidos de novia se contagia a cada pieza, incluidas las flores de los centros de mesa para boda, que se llenan de paz, pureza y elegancia. La cuestión es que, si hasta los pasteles de boda se visten de blanco, ¿por qué los invitados no?
La regla que prohíbe que alguien, aparte de la novia (o el novio) vaya de blanco puede saltarse y hasta los vestidos para fiesta en la playa que usen sus invitados pueden ser blancos. Claro que esto solo es válido si los novios así lo desean y se lo hacen saber a los invitados. Una boda all white esconde pocos secretos, pero aquí les decimos qué necesitan para la suya.
1. Todos de blanco... y que lo sepan
Además de la novia, ¿quién tiene permitido ir de blanco? El novio ¿y ya? No precisamente. Más que un estilo decorativo, la etiqueta “all white” o “todos de blanco” es la única excepción a esta regla. A petición de los novios, los invitados deben asistir a la boda con trajes y vestidos para fiesta de día de este color. Y lo mismo si serán algo más flexibles admitiendo diferentes tipos de blanco o leves variaciones en beige.
Es importante que los novios comuniquen este código de vestimenta en sus invitaciones de boda elegantes o incluso con mayor antelación, desde que les compartan su save the date. ¿Por qué? Probablemente sus seres queridos contemplen llevar algún traje que tengan en su clóset o ya estén a punto de comprar su estilismo. Como tendrán que buscar uno que vaya acorde con el estilo de la celebración y el dress code, agradecerán esta información antes de adquirir un vestido rojo de noche que acapare todo el protagonismo o que no pueda ser devuelto.
También saquen provecho a su web de boda para subrayar la etiqueta y compartir algunos looks en los que sus acompañantes puedan inspirarse. De esta forma, podrían evitar algún granito negro, rojo o azul en el arroz.
2. Ideal para ambientes flexibles
La atmósfera de las bodas all white es más compatible con ceremonias simbólicas y bodas al aire libre que suelen acogerse en locaciones como playas, cenotes o bosques. Son ambientes que se prestan a estilismos frescos, cómodos y de lo más in. Y con la ventaja de que el blanco y sus diferentes variantes es un color que combinará a la perfección con los tonos de la naturaleza.
Ellas pueden llevar desde vestidos de fiesta cortos con tejidos vaporosos, encajes chantilly, guipur o valencienne y cuts out, faldas plisadas y escotes calados hasta pantalones capri con túnicas largas o palazzo con crop tops, monos y... ¡sí a los shorts! Formales, por supuesto. Son una opción osada y superchic que va muy bien con peinados sencillos para boda. ¿Y qué tal unas flores blancas para el cabello?
¿Y ellos? El estilismo soñado por las personalidades más prácticas. Les sentarán de maravilla camisas, guayaberas, pantalones y hasta bermudas de algodón o lino. Los sombreros de ala corta tipo trilby de paja son buenos aliados de estos looks y unos recuerdos para boda útiles de lo más oportunos.
3. Matices diferentes para los novios
Si la preocupación es que el vestido de novia moderno se pierda entre los demás, se puede virar el tono que vistan los protagonistas hacia el marfil, beige, champaña o matices nude, en vez de blancos nucleares y rotos.
Los vestidos de novia sencillos en tonalidades pastel como rosa, azul cielo o amarillo también fluyen con la naturalidad y ligereza de la estética.
El tipo de locación tiene mucho que ver a la hora de elegir el tipo de traje que portará el novio. En base al número de elementos que conformarán su outfit es como se puede maniobrar con los matices. Por muy elegante que sea la etiqueta, imaginen cómo se verá un traje blanco aperlado de tres piezas con todo y corbata en la playa. Cero ad hoc, ¿cierto? Si es el caso, se puede prescindir del saco, corbata o moño y el chaleco podría ser un elemento distintivo para el novio. ¿Lo más fresco posible? Pantalón de lino, guayabera formal ¡y listo!
4. Contrastes discretos en los accesorios
El concepto all white no implica ser tan radicales con el blanco. Los acentos discretos de color harán que el estilismo luzca más. Aquí el secreto está en los complementos. Aunque los colores llamativos suelen ser buenos compañeros de un look en blanco, los complementos camel o el oro rosa se han vuelto la elección predilecta. Las alpargatas con tacón corrido, bolsos mini y pamelas de sisal son otro de los grandes aciertos.
La premisa de que “menos es más” no implica caer en un estilismo aburrido, así que, bienvenidas maxijoyas. Se vale jugar con piezas en marrón y beige y minerales como ópalos, turquesas, cuarzos, citrinos o amatistas, que aportan un rico colorido. Ya sean collares, aretes, sandalias planas con pedrería o para decorar los pies.
Si buscan colores aún más llamativos, los acentos en rojo son válidos en la estética, aunque muy intensos. Se puede portar en efecto degradado en el montaje de las mesas para que el contraste no sea tan drástico o bien delegar esta tonalidad a la decoración floral y optar por un ramo de novia con alcatraces cuyos tallos aviven sutilmente el look nupcial. El boutonniere del novio también debe llevar las mismas flores para boda y follaje a juego con una decoración all white de fantasía y magia desde cualquier perspectiva. ¿Se animan? ¿Por dónde empezarían ustedes?