Ideas para una boda en una hacienda
¿Quién no sueña con una boda romántica y llena de estilo? Si esta es su mayor ilusión y desean hacerla realidad en un lugar mágico, con arquitectura colonial y naturaleza como testigos, ¡descubran cómo sería casarse en una hacienda!
Por fin lograron definir la fecha para casarse, están trabajando en la lista de invitados, repasando imágenes de invitaciones de boda y ¡oh, sorpresa! Aún no encuentran un lugar mágico donde puedan hacer realidad sus pensamientos de amor y que sea compatible con el traje de novio y vestido de novia que siempre han soñado. ¿Se imaginan cómo sería su boda en una hacienda? Pónganse cómodos y ¡disfruten la proyección!
Espacios versátiles
Hacia el siglo XVI, las haciendas nacen como fincas agrícolas y ganaderas habitadas por familias acaudaladas y jornaleros en donde también se procesaba y almacenaba una gran variedad de productos. Con el paso del tiempo se han restaurado y acondicionado para diversos fines, entre ellos, las bodas. Son terrenos extensos conformados por un casco que es la parte más lujosa donde vivían los hacendados; así como, caballerizas, capillas, jardines, kioscos o fuentes que pueden adecuarse para la celebración.
Decoración sencilla y natural
El valor histórico, arquitectónico y ecológico de estos recintos se traduce en una gran ventaja: decoración sencilla. El secreto es no invadir su ambiente natural, sino aprovecharlo y descartar el urbanismo que se opone a su naturaleza campirana, rústica, bohemia y vintage. Estos tips les pueden ayudar a diseñar una estética a la medida:
- Ambientación natural. Las flores para boda comparten protagonismo con las hojas verdes de olivos, hiedras, musgos, eucalipto y follaje. Ya sean techos vestidos con cascadas naturales o arreglos de mesa para boda flotando sobre el área de comensales, la decoración colgante es un gran acierto.
- Arreglos frutales. Fruta más algo de follaje igual a ¡unos comestibles recuerdos de mesa para boda originales! Armonicen el ambiente con los colores de frutos silvestres, secos, uvas, piñas, manzanas, plátanos e inclínense por las frutas de temporada.
- Colores. El verde, es básico en la ambientación natural, la cual puede matizarse con pigmentos rosas o azules. México es folklore y fiesta, o sea, colores vivos como el fucsia, bermellón y verde pino. Las velas y la mantelería en blanco o en tonos neutros es una buena forma de armonizar la paleta cromática.
- Materiales. Cajas, baúles, sillas y mesas de madera no pueden faltar o, si es en un viñedo, decoren con barriles. Inspirados en la restauración y el reciclaje, los elementos DIY encajan muy bien en la estética y se sorprenderán al ver cómo pueden llenar de magia la celebración con unos centros de mesa para boda económicos y originales. A un cocktail de bienvenida entre pinturas coloniales y arcos de cantera le van perfecto unos equipales de piel.
Menús mexicanos
La gastronomía mexicana es tan versátil que, dependiendo de la temática que elijan, pueden conformar un cocktail de bienvenida con antojitos mexicanos o una barra de quesos y vinos; un banquete con platillos típicos o gourmet; una mesa de dulces para boda con golosinas hechas en México o una de postres delicatessen.
El look de los novios
Los vestidos de novia de encaje son ideales para una boda en hacienda. Si la celebración se acoge en un ambiente de clima frío, los vestidos de novia con manga son buenas opciones; en caso contrario, son preferibles las telas ligeras, caídas fluidas y volantes. Un traje de novio en tonos crudos quedaría bien a una boda de día y, además del clásico negro, tanto el gris como el azul le irían bien a una de noche. Los vestidos de novia vintage, velos, tocados y joyas familiares de aspecto antiguo aluden la edad de las haciendas coloniales.
Ya tienen la decoración, el banquete, su look ¿y cómo piensan llegar? Un carruaje le quedaría como anillo de compromiso a su boda en hacienda. Unas macetitas o unos costalitos con granos de café son recuerdos para boda económicos con los que pueden sorprender a sus invitados. Un concepto con mucha personalidad, elegancia, rico en cultura, arte y naturaleza, ¿qué más pueden pedir para casarse como siempre han soñado?