La boda de ensueño de Alejandro y Jazmín

Novios desde hacía varios años, Jazmín y Alejandro son una pareja que contagia esperanza y jovialidad. Jazmín, independiente y claridosa, decidió tiempo atrás que, de casarse algún día, lo haría con Alejandro. Así, el día de su boda estuvo iluminado por la pureza del color blanco y la paz infinita del color azul. Las imágenes de RX Fotografía son el testimonio de esta romántica pareja y de su boda de ensueño.

Siguiendo la tradición, los novios decidieron no verse antes de la boda. Los nervios impregnaban el ambiente. Acompañada por una dama de honor muy especial, su hermana, Jazmín dio el primer paso hacia la reunión con su futuro esposo maquillándose y peinándose. Gracias al trabajo de su maquillista, Mary Paz, y de su estilista, Enóc Márquez, Jazmín quedó espectacular, segura de sí misma y muy contenta. Los nervios de la radiante novia terminaron de disiparse en la sesión de fotos, a donde fue encaminada por su papá.

Para Jazmín, el toque final que terminó de resaltar su belleza natural fue el vestido de novia. Firme y decida, usó el vestido de corte princesa que siempre quiso, cerrado con un escote clásico corte corazón, piezas de joyería cuidadosamente seleccionadas y un velo que coronaba el peinado semirecogido, enmarcando sus facciones y su bonito maquillaje.

A las cinco de la tarde, la novia y su prometido se reunieron para la ceremonia religiosa que los unió ante su fe. Alejandro honró a su futura esposa usando un elegante conjunto oscuro y un corbatón del mismo color que su chaleco. La misa que bendijo su unión fue íntima y de profundo significado para los novios, y culminó con el aplauso emocionado de los asistentes.

La ceremonia civil fue igualmente especial, gracias a la compañía de sus seres queridos, quienes compartían la energía y la alegría de los recién casados. El escenario para esta unión fue la Quinta Gameros, cuyos jardines conservan un elegante estilo europeo que se corona con el espectacular cielo chihuahuense.

La recepción se celebró en la Quinta Lindaraja, en donde los novios y los invitados se sintieron verdaderamente agasajados. Incluso los más pequeños recibieron mimos de sus anfitriones, ya que se colocó para ellos una mesa de dulces. El primer baile de los recién casados fue el tema de la película El castillo vagabundo: un filme simbólico para Alejandro y Jazmín.

Después de este momento conmovedor, Alejandro se unió a la banda y le cantó a su esposa dos canciones de amor, cumpliendo la ilusión de Jazmín de recibir serenata en voz de su amado. Así, la boda de Jazmín y Alejandro fue una ocasión que conmovió a sus invitados y que significó apenas el feliz principio de este cuento de hadas.