De las redes sociales al altar: la boda de Carlo y Andrea
Pláticas interminables en una red social permitieron que dos desconocidos empezaran a salir. Sin imaginarlo, estaban destinados a estar juntos. Carlo, un chico independiente y divertido, conquistó el corazón de Andrea, una joven apasionada y única.
Un buen día, mientras Andrea revisaba su Facebook, descubrió que tenía agregada a una persona que no conocía, lo que le pareció muy extraño. Sin pensarlo, le mandó un mensaje para saber quién era y confirmar si conocía o no a aquel chico de nombre Carlo. Inmediatamente, este respondió asegurándole que no se conocían, pero que tenía un interés de que así fuera. ¡Qué directo!
Después de algunos años de largas pláticas en las que se fueron conociendo, llegó un septiembre y Carlo decidió invitar a salir a Andrea para afirmar que ella era su chica ideal. De esta manera fue como comenzó a crecer el gran amor y admiración que se tienen el uno al otro.
Dos propuestas y un solo "¡sí, acepto!"
Una noche, mientras platicaban tranquilamente sobre su día y se preparaban para descansar, Carlo se acercó de pronto a la cabecera de la cama y tomó una pequeña cajita negra. Se hincó y le dijo a Andrea: "¡Quiero pasar el resto de mi vida justo así, contigo!" Una vez colocado el anillo de compromiso, Andrea no podía contenerse de la emoción que sentía, cuando cayeron en cuenta que el anillo le quedaba grande. Sin embargo, esto no fue una limitante para que los dos estuvieran felizmente enamorados y seguros de compartir una vida.
Días después, Andrea tenía un viaje programado, así que en plena despedida en el aeropuerto, Carlo, sin ton ni son, tomó la sortija, que ya había enviado a arreglar para que le quedara perfecta. Allí, le pidió formalmente matrimonio a su amada. Familiares y otras personas que estaban listas para abordar sus aviones fueron atentos testigos y aplaudieron y felicitaron, llenos de regocijo, a la futura pareja. Así fue como esta historia de encuentros inusuales dio comienzo a la preparación de una boda que sería el principio de una historia sin final.
El vestuario nupcial
El clima acogedor y el olor fresco de las plantas, árboles y vegetación armonizaron cada rincón del lugar y acompañaron a los novios durante su preparación para la ceremonia. Andrea destacó con un vestido de novia corte sirena con encajes sutiles que sobresalían y enaltecían su figura. El peinado recogido que eligió lo coordinó perfectamente con su atuendo y este fue engalanado con un tocado natural en tonos verdes.
Mientras, al otro lado del recinto, Carlo se alistaba usando un traje sastre, camisa blanca ¿y el complemento estelar de su atuendo? Un moño color morado que combinó con su pañuelo y con las flores del ramo de novia.
¡La novia llega tarde!
Estas dos almas que buscaron ser una misma unieron sus vidas en la Hacienda de Huaxtla en Jalisco. Embellecida por la naturaleza y caracterizada por sus estructuras, el espacio fue ideal para el enlace matrimonial en el que la pareja comenzó a disfrutar de su día con la ceremonia y festejo.
El sacerdote dio arranque a la misa sin la presencia de la novia, que llegó más tarde de lo esperado. ¡De película! Por ello, Carlo no tuvo ni tiempo de admirar y disfrutar de la entrada de su amada. Sin duda, Andrea lucía espectacular y lo único que deseaba era estar frente al altar tomada de la mano de su futuro esposo. El imprevisto quedó en una anécdota que no opacó la ceremonia emotiva en la que se formalizó la tan esperada unión.
Una noche mágica y divertida
Al término de la ceremonia, la recepción esperaba a los invitados con decoraciones inauditas, rústicas y luminosas que engrandecían el espacio para el desarrollo del festejo. La mesa de dulces para boda ¡no faltó! Postres y decoraciones exquisitas la destacaban; de igual manera, muchos elementos como las iniciales de los novios, que fueron iluminadas, dieron un toque vintage y original, creando el ambiente perfecto para la celebración. ¡No te pierdas cada detalle que registró la lente de César Cast Photo! Cada fotografía es un testimonio invaluable de su gran día.
El gran momento estelar de la noche fue el primer baile como marido y mujer. La primera pieza que bailaron Carlo y Andrea inundó de alegría y amor cada comisura de la hacienda; los novios disfrutaban cada paso que daban en conjunto.
Las buenas canciones para ser coreadas por los presentes, las risas, aplausos y bulla crearon una atmosfera inigualable para que todos disfrutaran cada fase de la boda, durante lo largo de la noche y no pararan de bailar y divertirse.
¡¿Y la luna de miel?!
Los planes de la luna de miel siguen en pie, pero por cuestiones laborales, esta se ha ido aplazando. Sin duda, la pareja sigue disfrutando cada momento que pasan juntos compartiendo nuevas experiencias que pasarán a ser parte de su historia de amor. ¡Y este, sin duda, es su mejor destino de recién casados!