La boda de Huber y Vania: el perfecto "y vivieron felices para siempre"
Siempre hay dos personas destinadas a encontrarse. A pesar de los obstáculos, Huber y Vania tuvieron una boda de cuento de hadas. Déjanos contarte su historia y contágiate de su amor.
Algunos dirán que es una leyenda, otros que es sólo un dicho y otros que es mera poesía, pero el amor siempre está más cerca de lo que podemos creer. Un chico y una chica, los pasillos de la misma universidad, una amiga en común, siete años de carrera de medicina… Y, sin embargo, Huber y Vania no se conocieron sino hasta que tomaron juntos un curso para su especialización profesional. “Quiero pensar que aún no era nuestro momento”, dice Vania, ya que, a pesar de que estuvieron a punto de encontrarse dos veces antes, fue necesario que la amiga de ambos los presentara para que el destino completara su tarea.
Entre Huber y Vania floreció una relación a partir de conocerse, de intercambiar mensajes, de compartir lindos momentos. Poco hizo falta para que ambos comprendieran que se habían enamorado y que deseaban estar juntos: descubrieron en el otro a una persona única, a alguien muy especial.
Ocho meses después, Huber tuvo que viajar a León para completar su especialidad. Durante dos años, Huber iba y venía, sin importar el cansancio y el tiempo, todo con tal de ver a Vania. Cuando llevaban tres años de relación, Vania tuvo que trasladarse a Chihuahua para hacer su residencia. La difícil experiencia de la distancia una vez más enturbiaba la relación que, sin embargo, se fortaleció hasta volverse invencible. Y así, un día en Vania esperaba a que su novio llegara de viaje para verla en Chihuahua, recibió las palabras más tiernas de Huber, quien, en cuanto estuvo de pie ante ella, le pidió que se casaran.
La boda se fijó para ocho meses después. Durante la tradicional pedida de mano, las familias de los novios los deleitaron con su alegría y bellas palabras, además de que, en lo sucesivo, les ayudaron a organizar su boda. La ceremonia civil fue el 30 de diciembre, y fue cálida e íntima. En cuanto a la fiesta y la ceremonia religiosa, los detalles de la excepcional ocasión fueron inmortalizados por Fernando León Photography.
Vania, quien es una novia muy romántica, portó con mucha elegancia e indescriptible alegría, un vestido corte princesa con escote de corazón. Llevó el cabello recogido y coronado con una diadema blanca. La envolvía un maravilloso y larguísimo velo y un manto de encaje y transparencias protegía sus brazos. Su novio usó un romántico conjunto oscuro con chaleco gris, como su corbata. Al pie de un lago, bajo nubes blancas y el cielo azul, no hay una fotografía en la que no resalten el amor y la emoción de esta pareja de cuento de hadas.
La ceremonia religiosa se llevó acabo en el templo de los sueños de Vania. Las damas de honor usaron vibrantes vestidos rojos y contagiaban su frescura y su dicha. Las iniciales de los recién casados alumbraban el acceso a la recepción. La fiesta fue muy alegre y los invitados celebraron esta unión a lo grande. “No creo que alguien tenga palabras para describir la emoción que siente al saber que compartirá su vida con la persona que ama”, dice Vania, “Unirte a una persona es una decisión importante y a veces difícil, pero cuando es la persona a quien amas, no hay nada que pensar: todo está dicho desde el corazón.”