La mágica y romántica unión de Luis y Andrea

Todas las historias de amor tienen un toque romántico, pero hay algunas que son simplemente mágicas. Este es el caso de la de Luis y Andrea quienes tras siete año de noviazgo decidieron dar el siguiente paso y compartir sus vidas. Una boda elegante y minimalista, en la que la alegria y los buenos deseos fueron los grandes protagonistas, encabezados por el amor que se tiene la pareja. 

Así comenzó su historia... Una pedida inesperada 

Acapulco fue el lugar en el que se conocieron Andrea y Luis. Mientras estos dos jóvenes disfrutaban de las playas guerrerenses, el cosmos conspiró para que a partir de ese día jamás se volvieran a separar. Después de su primera reunión, comenzaron a salir para descubrir que estaban hechos el uno para el otro disfrutando de un largo y feliz noviazgo. 

Sin duda, cada propuesta de matrimonio es especial y es llevada a cabo de diferente forma, pero Luis hizo de esta propuesta una sorpresa inolvidable y muy romántica. Mientras Andrea disfrutaba junto a su hermana de un viaje por Europa, Luis apareció esporádicamente mientras Andrea caminaba por el Ponte Vecchio, en Florencia. Ella, sorprendida, inmediatamente corrió a abrazarlo. Luis, muy decidido, se arrodilló y le propuso matrimonio a Andrea, convirtiéndola en la mujer más feliz del mundo.

Detrás de 14 meses de organización para concretar una boda inspiradora, Luis y Andrea reunieron a familiares y mejores amigos para compartirles uno de los mejores días de sus vidas.

La fiesta más especial

La ceremonia religiosa se llevó acabo en la Parroquia de San Gil, en San Juan del Río, Querétaro. La escena, muy conmovedora, comenzó con la perfecta llegada de la novia hacia el altar, que deslumbró al novio y a los invitados. Los colores, aromas y el ambiente romántico envolvieron la unión en un instante vibrante. No faltaron las sonrisas ni las lágrimas.

Al término del enlace, la boda continuó con una exquisita recepción en el salón El Parián, donde se ofrecieron como bienvenida deliciosos cocteles y canapés. Entre bocado y bocado, los invitados se posicionaban en sus lugares respectivos para recibir a los esposos, quienes entraron con la canción Every teardrop is a waterfall, de Coldplay.

Después, ubicados al centro de la pista, los novios comenzaron a bailar Close your eyes, de Michael Bublé. Ambos se compenetraron para bailar al ritmo de la suave música. Al escucharse la última nota musical de la canción, los invitados se levantaron para ir tras los novios, felicitándolos y dedicándoles sus más sinceras felicitaciones. Este momento, sin duda, fue uno de los más especiales. Con preparación o no, cada discurso dedicó buenos deseos para la nueva vida de Luis y Andrea. 

Aunque parte de la familia de Luis, originaria de Líbano, estuvo presente, la ausencia física del padre de Luis afectó al novio. Sin embargo, su energía estuvo presente para formar parte del día más especial de Luis. Además, el tío fue quien honró la memoria del papá del novio. Así lo recordó: “Estamos aquí para recodar a Pateco mi hermano, quien estoy seguro que se encuentra presente en alma y espíritu; sin duda les hace sentir todo su amor a los novios”.

Minimalismo campestre

La decoración destacó por el toque minimalista que adornaba cada espacio del elegante salón. El color blanco y greenery abordaron la recepción dando continuidad a lo campestre que jugó a la perfección con el jardín que rodeaba el salón.

Sin más detalles, las buenas sensaciones y el gran amor de la pareja se puede sentir con tan solo ver las fotos que fueron capturadas por GOstudio Wedding Photographer. La organización fue totalmente impecable y hasta la gran química que existe entre ambas familias se puede percibir desde cualquier sitio. Sin duda, el futuro prometedor de la pareja ¡no tiene límites!