"Encontré el pie izquierdo con el que podía bailar": la boda de Miguel y Alejandra

En un ambiente muy íntimo, 90% familia y 10% amistades, se casaron Miguel y Alejandra. Su boda estuvo impregnada de emotividad y romanticismo de principio a fin. Como toda pareja, superando adversidades, anteponiendo su amor y su enorme deseo de estar juntos, el gran día finalmente llegó. Los detalles tan personales llenaron de magia cada uno de los momentos inmortalizados por Os Valdovinos Photography.

El sueño de una experta

Quien no haya soñado con su boda que lance la primera piedra. El sueño puede cambiar con el paso del tiempo y, una vez formalizado, no hay pretexto para hacerlo realidad. Alejandra es chef certificada como Wedding Especialist, por lo que, además de ayudar a otras parejas a cumplir su mayor ilusión, ella misma se encargó al 100% de la organización de su boda.

Originalmente, se llevaría a cabo en la ribera del lago de Pátzcuaro; sin embargo, tras la pérdida de su abuela paterna, la celebración tuvo que posponerse un año y eligieron Morelia como nuevo destino. Inspirados en la frescura de la naturaleza, la vida, el bosque, lo silvestre y la espontaneidad, el estilo del evento estuvo basado en una estética green, que se vio reflejada en los diferentes elementos elegidos con sumo cuidado como los arreglos colgantes de la pista, la decoración de las mesas y el ramo de novia.

Memorias familiares

En honor a sus antepasados, Miguel y Alejandra dieron un toque muy especial a su boda empleando piezas que pertenecieron a generaciones pasadas de su familia. Por ejemplo, ella se arregló en el cuarto que había sido de su abuela. Para el vestuario, se decantó por un vestido de corte sirena, de ligera caída en A, encaje y tul. El cabello lo lució completamente recogido en un moño alto, acompañado de un tocado de orquídeas naturales. Optó por un maquillaje y una joyería discreta, como los aretes con la forma preferida de su abuela que le regaló su tío.

Acorde con su personalidad y con la ambientación de la celebración, Miguel optó por un traje tipo chaqué de color negro, iluminado por un boutonniere minimalista, camisa blanca sobre la cual contrastan sutilmente los matices en gris tanto del chaleco como del plastrón; en armonía con la indumentaria, se decidió por un calzado negro de agujeta.

La ceremonia religiosa se ofició en un templo de gran tradición familiar, donde la novia había sido bautizada. La sesión fotográfica se realizó en el patio de la Escuela de Música del Conservatorio de las Rosas y en el Palacio Clavijero.

Y todo comenzó con una mirada...

El hermano de Alejandra fue quien le presentó a Miguel. Desde que se conocieron, las afinidades fueron evidentes, comenzando por el simple detalle de que ambos son zurdos y en el cual ella se inspiró para encontrar una descripción muy original de su relación: "encontré el pie izquierdo con el que podía bailar". Y bueno, no solo se encontraron: tuvieron una boda única personalizando hasta el más mínimo detalle; incluido el álbum. En él plasmaron brevemente su romántica historia: "lo que inició con una mirada, es ahora la bendición de una vida juntos hasta el final". ¡Qué lindo pensamiento de amor! ¿no les parece? ¡Desde Bodas.com.mx les deseamos muchísima felicidad!