La boda de Pepe y Karen: un amor que traspasó las aulas
El destino los acomodó en el mismo salón de clases, luego la distancia puso a prueba su relación y les dio un empujoncito al altar. Hoy se encuentran felizmente casados y nos revelan los detalles más especiales de su boda. ¡Vamos a conocerlos!
Tras siete años de saltar obstáculos juntos, apoyarse y aprender uno del otro, Pepe y Karen tuvieron la boda con la que siempre soñaron y gracias a Mezkal Studio podrán revivirla en cualquier momento. La celebración tuvo lugar en Ciudad Guzmán, Jalisco, estuvo llena de detalles muy personales y optaron por un concepto íntimo para compartir su enorme felicidad con sus seres queridos. ¡Los invitamos a conocer su historia de amor y exclusivos pormenores de su boda!
Novios desde la universidad
Pepe y Karen se conocieron el primer día de clases en la Universidad, él se sentó junto a ella y se presentó. Sin saber que ese sería su lugar durante todo el curso, empezaron una linda amistad que a los pocos meses se convirtió en una historia de amor. Desde entonces, Pepe no pierde oportunidad para robar sonrisas a Karen e inyectarle humor a la relación con sus bromas; equilibrando así, la personalidad cuidadosa y sentimental de ella. No son iguales, sino que se complementan y lo más especial es que, a su forma, corresponden el amor que se tienen.
El amor supera la distancia
Por azares del destino, Pepe tuvo que vivir un tiempo en Ciudad Guzmán, Karen no pudo acompañarlo y así comenzaron una relación a distancia. Él procuraba visitarla cada fin de semana y, como de costumbre, un domingo ella lo llevó a la central de autobuses, estacionaron el auto y él le dijo que eso de ir y venir ya no le estaba gustando. De repente, Pepe sacó de su mochila una cajita de regalo, sus ojos se humedecieron y le dijo a Karen: “¿Te quieres casar conmigo?”. Al principio, ella no sabía cómo reaccionar y apenas recuperó el aliento, lo abrazó y con lágrimas de felicidad respondió con un rotundo “¡Sí!”.
El sueño de boda se hace realidad
Karen siempre soñó con una boda romántica en la que no podían faltar las velas, flores, tonos rosas y, por supuesto, un vestido tipo princesa. Así fue como se dio a la tarea de cumplir su deseo y lo enriqueció con sus propias ideas y detalles handmade como los letreros y algunos recuerditos. La celebración fue íntima y aún recuerdan vívidamente lo bonito que sintieron al entrar a la iglesia y ver tanto a sus familiares como amigos más cercanos acompañándolos en un día tan anhelado. Su primer encuentro, ya vestidos y arreglados, fue una de sus partes favoritas; ya que, se percataron de que su gran ilusión era real, algo que a veces se pierde de vista por los nervios y la emoción. Solo basta ver el brillo en sus ojos y esas sonrisas que no se borraron ni un instante.
Detalles muy especiales
Los novios portaron el lazo de los padres de Karen, a quienes eligieron como padrinos de este emblemático elemento al considerarlos un matrimonio ejemplar que celebró su 40° aniversario justo el mismo mes en el que se llevó a cabo la boda. Ya en la recepción, Karen fue sorprendida por su papá quien le dedicó una canción a la hora de la cena y le pidió que bailara con él. Un momento muy emotivo y tierno que ella conserva en su memoria con mucho cariño y amor. Posteriormente, le dieron un giro a su celebración e iluminaron todo el paisaje cuando alrededor de la media noche lanzaron más de 80 globos para que cada invitado les hiciera un bonito deseo.
¡Siempre hay algún imprevisto! Como cuando Karen estaba a punto de entrar a la iglesia del brazo de su papá y el coro no tocó la marcha nupcial o que casi se quedan sin globos porque el proveedor tuvo problemas para inflarlos. Con todo e imprevistos Pepe y Karen disfrutaron plenamente su gran día, nada se interpuso en su felicidad e iniciaron su nueva etapa nada más y nada menos que con una luna de miel en la Rivera Maya por una semana. ¡Enhorabuena!