La boda de Ricardo y Yadira: de sorpresa en sorpresa
Ricardo le entrega un misterioso regalo. Al abrirlo, Yadira encuentra más cajas y al fondo descubre la más pequeña, que en realidad era la más grande. Sin imaginarlo, ella termina cumpliendo mucho más que años: la promesa de “por siempre juntos”.
Por azares del destino, Yadira, de Veracruz, y Ricardo, de San Luis Potosí, se conocieron en su trabajo. A partir de ahí, comenzaron a tener una estrecha amistad que, sin pensarlo, los llevaría a ser inseparables.
Si te gustan las sorpresas, sigue conociendo su historia de amor. La pedida de mano, los instantes previos a la boda y algunos detalles encantadores de la recepción son toda una misteriosa delicia. ¿Quieres que la destapemos juntos?
El mejor regalo de cumpleaños
Tras cumplir dos años de novios, Ricardo organizó el cumpleaños de Yadira junto a familia y amigos. Deseando que ese día fuera uno de los más importantes para ambos, le preparó una inolvidable sorpresa.
Rodeados de risas, pláticas y momentos especiales, repentinamente apareció el pastel de cumpleaños con velitas que Ricardo había encargado especialmente para este cumpleaños tan especial. En ese momento, Ricardo decidió entregar a su novia el gran regalo: una caja que a su vez contenía otras cajitas con forma de fresa. Todas contenían chocolates... A excepción de una, donde le esperaba algo aún más dulce. ¡Y qué tino! Porque esa fue la primera cajita que Yadira tomó en sus manos.
En ese momento en el que Yadira había dado con esa pieza que cambiaría su vida para siempre, Ricardo se acercó, se arrodilló, le tomó de la mano y le pidió matrimonio. Sin dudarlo, entre bulla, felicidad y algunos suspiros, Yadira efusivamente exclamó "¡sí, acepto!"
Morado, el color de la magia
La hermosa novia enalteció su gusto exquisito y belleza natural con un vestido de novia corte sirena, modelo Mallorca de Aire Barcelona. Sus bordados y encajes dibujaban una maravillosa cauda tras sus pasos. El velo, también enmarcado con delicados bordados, brotaba de un moderno peinado recogido. Para el tocado de flores naturales escogió diferentes tonalidades lila, que combinaban con el ramo de novia y con sus atrevidos zapatos de tacón color uva, personalizados con las iniciales de los novios.
Precisamente los tonos morados fueron el hilo conductor de la celebración y estuvieron presentes más allá del estilismo de la novia. Las damas de honor portaron con orgullo estos colores en sus vestidos de fiesta, así como el novio. Ricardo portó un elegante traje sastre con camisa blanca y corbata de cuadros morados, a juego con un pañuelo y hasta los calcetines.
First look... con mucho misterio
El sol apareció, deslumbrando cada rincón que sería testigo de su boda, celebrada en Veracruz bajo la organización y batuta de Limón Dulce. Los hoy esposos quisieron tener su sesión de first look antes de la ceremonia religiosa bajo la atenta mirada de Gely, de Oze Fotografía. Lo particular de su caso fue que durante dicha sesión no se llegaron a ver para no destapar la sorpresa hasta el momento de entrar a la iglesia. ¡Qué suspenso! El cuidado y el nerviosismo de los novios están a la vista. Más que fotos, fueron instantes de felicidad que hoy y siempre les permitirán a Ricardo y Yadira revivir cuantas veces quieran esas sensaciones tan especiales. Incluso como espectador es imposible no enamorarse de este par de cómplices.
Y cuando las puertas de la iglesia se abrieron, los rayos de sol acompañaron la entrada de la novia. Todo un disparate de emociones. Ricardo y Yadira no paraban de compartirse miradas que derramaban lágrimas de emoción y felicidad. Una vez concluida la ceremonia, los invitados recibieron a los esposos con chispeantes bengalas.
El lugar perfecto
Los novios apostaron por una boda rústica con ambiente romántico y hogareño. La naturaleza fue una gran aliada para la decoración y los enormes árboles hasta las flores coloridas generaron una experiencia inigualable para todos. La Hacienda de los Árboles fue el lugar perfecto para el banquete. Un espacio boscoso que volvió aquel día una experiencia naturalmente romántica e inigualable.
La luminaria tenue fue pieza clave para continuar con el concepto, además de dotar elegancia y sencillez al entorno. La cálida y mágica atmosfera que les brindó este espacio logró que la sesión de fotos y todo lo demás quedará impecable. El cálido aroma de la naturaleza fresca y la alegría de los invitados crearon un ambiente relajado y único. El banquete estilo buffet hizo que todos los comensales tocaran el cielo con el paladar.
La noche llegó y la luna se encargó de iluminar la pista para el baile sorpresa de los novios. Todos los invitados se levantaron para acompañar con sus pasos a los novios. La pista jamás estuvo sola, nadie paró de bailar y gozar de la música. Todos disfrutaron de ese día, pero a los ya esposos todavía les esperaba una maravillosa luna de miel en Guadalajara y Puerto Vallarta. Un día se encontraban cenando frente al Teatro Degollado; otro, paseando de la mano por la playa y contemplando una puesta de sol increíble. ¡Por muchos más momentos como estos!