La boda de Román y Jass: una celebración con mucha chispa
Revive con nosotros la boda de Román y Jass, una pareja cuya alegría reunió a sus seres queridos en una fiesta fenomenal. No te pierdas su romántica historia y fotografías de su legendaria celebración.
Una boda es una gran oportunidad para que los novios reciban los mejores deseos y muestras de apoyo de sus invitados. Pero las bodas también son la ocasión ideal para que los recién casados consientan a sus seres queridos y compartan con ellos la alegría de su unión y el inicio de su nuevo hogar. En su boda, Jass y Román se preocuparon por complacer al máximo a sus invitados y disfrutaron en su compañía de una celebración legendaria.
Jass y Román se conocieron cuando eran adolescentes y crecieron juntos, atravesando por diferentes etapas de un vínculo cada vez más sólido: lo que empezó como una relación de vecinos cordiales derivó en una amistad que se fortalecía con el paso del tiempo, hasta que se enamoraron. Jass, quien es originaria de Sinaloa, encontró amistad en los hermanos de Román, vecinos de la colonia a la que recién se incorporaba.
A esta pareja la caracteriza su química incomparable. La forma en la que se comunican es la definición misma del romance: “A veces no es necesario que el otro hable para saber lo que está pensando o lo que está a punto de decir”, asegura Jass. Quienes los han visto juntos perciben de inmediato la chispa de su relación. En las imágenes del fotógrafo de su boda, Ángel García Fotografía, podemos apreciar las muestras del cariño que une a Román y Jass, rodeados de naturaleza en su sesión preliminar y envueltos en luces durante su boda.
Durante los preparativos, Jass se mostraba emocionada y alegre. Compartió estos momentos de nerviosismo con sus seres queridos, incluyendo a su mascota. Jass supo qué vestido usaría en su boda en cuanto lo vio en el aparador de la tienda de novias. Su principal inspiración para el look de su boda era el estilo de las novias libanesas, de quienes admiraba principalmente sus peinados y tocados. Jass buscó una diadema que capturara esta esencia, pero como no pudo encontrarla, una de sus tías la elaboró especialmente para ella y la envío desde Tijuana.
Jass deslumbró con un modelo corte princesa con escote corazón. Su falda tenía bellos bordados y el corsé terminaba con incrustaciones doradas en la cintura. Llevó su cabello suelto, adornado por su bonita diadema. El velo que caía por su espalda tenía hermosos bordados en las orillas, y su ramo combinó flores grandes y pequeñas, de colores blanco, lila y rosa. Román, por su cuenta, vistió un traje oscuro con chaleco gris, y lució en su ojal un fragante adorno de flores blancas.
Mucha gente recibió a los novios en la iglesia. Las damas, quienes portaban ramitos de flores pequeñas y blancas, estuvieron muy atentas a la ceremonia. Fue una misa tradicional y vibrante de energía positiva, en la que los novios sellaron el pacto de su unión. Al terminar, los abrazos de sus seres queridos no se demoraron ni un momento.
En la recepción, los recién casados fueron recibidos con una ovación. El primer baile fue uno de los momentos más románticos, firmado con un beso de los novios, quienes no desaprovechaban las oportunidades para abrazarse en la pista y para intercambiar miradas muy expresivas. Aunque a lo largo del día se presentaron varios contratiempos, la celebración fue un rotundo éxito. Las invitadas resplandecían con vestidos multicolores que llenaban la fiesta de vida.
La boda de Román y Jass reunió a hombres y mujeres de distintas generaciones, todos bailando y compartiendo una atmósfera extraordinaria. Los más pequeños de la boda no sólo lucían adorables, sino que se divertían tanto como los mayores. En esta fiesta hubo muchas sorpresas, empezando por un panda gigante que disparaba shots, y el ritmo lo puso una auténtica banda sinaloense, que puso a todos a bailar.
Para procurar la comodidad de sus invitados, Román y Jass organizaron su boda en el salón de un hotel. Ya que la mayoría de sus acompañantes vive en Sinaloa, facilitaron lo mejor que pudieron su alojamiento y la estadía. Los novios experimentaron una profunda satisfacción y mucho entusiasmo al ver a sus invitados disfrutando de la celebración tanto como ellos mismos. “Estábamos contentos de que todas esas personas estaban ahí por nosotros”, relata Jass.