La boda de Sandra y Alejandro: un amor a fuego lento
Hay historias que se cocinan a fuego lento como la de Alejandro y Sandra. ¿Quieren conocerla? Les compartimos todo sobre su boda en Moroleón, Guanajuato. La diversión, el buen ambiente y el baile fueron solo algunos de sus ingredientes principales.
A veces el amor toma su tiempo para que pueda sentirse intensamente. Esta es la historia de Sandra y Alejandro, una pareja que tenía tiempo de conocerse, pero tuvo que esperar el momento indicado para empezar a escribir su historia. Conozcan cómo celebraron su unión gracias al trabajo fotográfico que Wedding Day realizó en su día B y también en su cuidada sesión preboda.
Por fin se dio la ocasión…
Alejandro y Sandra se encontraron por primera vez cuando ella ingresó a la preparatoria mientras él cursaba el último año en 2005. Desde el primero momento, a él le pareció que era la chica más guapa. Por suerte, se hizo amiga de la hermana de Alejandro y se veían frecuentemente, pero como Sandra tenía novio en ese momento, no sucedió nada.
Cuando Sandra empezó a estudiar Arquitectura en 2008, se mudó a Guanajuato. Alejandro tenía un par de años ahí estudiando Ingeniería Civil. Ambos tenían pareja, pero las sonrisas y los nervios revelaban la atracción que sentían. Sin embargo, Alejandro se fue un año de intercambio a Francia y, nuevamente, tampoco sucedió nada.
Cuando Alejandro volvió en 2009, se encontraba en el antro de moda y Pau, su hermana, apareció con Sandra. Toda la noche se la pasaron juntos, bailando y platicando mientras Pau era distraída por uno de sus primos. Finalmente, intercambiaron teléfonos y las llamadas y mensajes se volvieron interminables. Tenían claro que querían estar juntos.
Una propuesta en la ciudad más romántica del mundo
Sandra deseaba ir a Europa y, como con todas sus ideas, fue perseverante hasta conseguirlo. En Navidad de 2016 emprendieron su viaje. Ella tenía la ilusión de recibir el anillo tras siete años de noviazgo en algún momento del viaje.
Alejandro cargó el anillo todo el tiempo en su abrigo buscando el momento indicado, que no encontraba por el itinerario tan justo, el frío o por los nervios que lo invadían. París era el último destino del viaje y no era su idea esperarse hasta el final. Sandra había perdido todas las esperanzas, las maletas estaban listas y era hora de volver a casa.
El departamento donde se hospedaban tenía un balcón con vistas a la Torre Eiffel, Sandra se dirigió a él sintiendo nostalgia porque el viaje estaba terminando. De pronto, al verla ahí Alejandro se armó de valor y le dijo “despídete de la torre”. De pronto, sacó la caja con el anillo de compromiso y Sandra lo abrazó de inmediato. Él le dijo “espérate, déjame te pregunto” y entre risas de felicidad, ambos se abrazaron para celebrar su compromiso.
Estilismos cómodos y elegantes
Sandra considera que no es el perfil de mujeres que ha soñado toda la vida con su boda ni con la magia de encontrar su vestido de novia corte princesa sacado de un cuento de hadas, así que decidió ser práctica y optar por la comodidad. Para ella la verdadera ilusión era que a partir de esa fecha sería la esposa de Alejandro y que compartirían el resto de sus vidas.
No obstante, lucía hermosa en su vestido de novia de corte recto con cauda y escote ilusión. Un cinturón de pedrería junto con un pequeño tocado en su peinado recogido fueron los accesorios con los que complementó su look.
Su padre y abuelo la acompañaron hasta el altar, lo cual fue muy emotivo no solo por la ilusión que ellos tenían, sino por lo que ambos representan en la vida de Sandra. Su madre falleció cuando era niña y sus abuelos jugaron un papel muy importante en su crianza, por eso considera a su abuelo un padre también.
Por su lado, Alejandro portó un traje clásico de color gris oxford y el mismo boutonniere que usó su padre en su boda. Significó mucho para ambos por el gran valor sentimental.
Los toques de color estuvieron en el ramo de novia a juego con los boutonnieres de los padrinos y los ramos de las damas con flores de tonalidades rosas. Los vestidos de fiesta de las damas eran de tonos morados y creaban una armonía con la paleta de colores de los estilismos de los novios.
¡Llegó el día tan esperado!
La emoción se respiraba en el ambiente. Moroleón, Guanajuato, se vistió de fiesta para celebrar una boda en la que lo único que les preocupaba a los novios era que todo el mundo gozara. La ceremonia religiosa se llevó a cabo en una parroquia local y la recepción en un amplio jardín cubierto con una carpa decorada con telas y series de focos que al caer la noche daban mucho juego a la decoración.
Las flores blancas y el follaje verde fueron sin duda los protagonistas de la decoración. Se podían observar en los vistosos centros de mesa, la decoración de la mesa nupcial y el pastel de boda, así como en algunas paredes. Los tonos dorados de los candelabros, la mantelería y algunas piezas de la vajilla hacían un contraste perfecto con la decoración floral.
Dos de los momentos más divertidos de la fiesta fueron el lanzamiento del ramo y la liga. Los amigos de los novios participaron activamente y se notaba un ambiente en donde la diversión no disminuía ni un instante. Todos bailaron sin parar, en especial, cuando los animadores aparecieron con vistosos disfraces repartiendo shots y accesorios como sombreros para que la pista de baile fuera aún más divertida.
Los familiares con dotes artísticas prendieron la fiesta
Aunque el DJ llegó un poco tarde, el tío de Sandra amenizó la fiesta sin que se notara la ausencia. Muchos familiares de Sandra son cantantes, así que no tuvieron ningún problema en participar. Sabían que el entretenimiento estaba garantizado y ellos estaban encantados de ser parte del show.
Después de esta gran celebración no podía faltar una gran luna de miel. Alejandro y Sandra hicieron un crucero de 10 días en los que visitaron Miami, Jamaica, Islas Caimán, Cozumel y Bahamas. Están seguros de que son el mejor equipo para viajar y para enfrentar cualquier reto que la vida les presente. ¡Muchas felicidades!