La esperanza es lo último que muere
Muchas parejas sufren por no poder celebrar una boda cómo debe ser. Pero siempre es necesario mantener y nunca perder la esperanza. No te pierdas esta historia que te conmoverá el corazón.
Hace ya varios días fui a comer a un restaurante con mi mamá y sus amigas. Una de ellas estaba feliz. Acababa de regresar de su luna de miel, nada inusual cuando vuelves de tu viaje de bodas con el hombre que amas. Sin embargo su historia comenzó diferente a la de muchas novias que sueñan con su boda desde que son pequeñas.
Su historia inicio así. Hace 10 años atrás, quedo embarazada y no solo se enfrentaría a un futuro incierto y de mucho esfuerzo. Sino también al rechazo de su familia, su padre al enterarse de su embarazo no dudo en correrla de casa. Ella con el corazón hecho polvo se fue con su ahora esposo a vivir, ellos decidieron que no importaba lo que viniera, lo afrontarían juntos.
Y así fue, al paso de los años su relación se iba haciendo más fuerte y con el paso del tiempo su hijo crecía feliz dentro de una familia muy unida. Lamentablemente mi amiga aun soñaba con su boda como todas soñamos cuando somos chiquitas.
Después de unos años decidió volverse a embarazar. Y fue ahí cuando su familia volvió a cuestionar su forma de vida y el amor que su pareja le decía tener. Ella nunca perdió la esperanza y jamás dudo del amor que le tenía su ahora esposo.
Ella siempre respondía con una sonrisa y decía “No se trata de falta de amor, se trata de tener los pies en la tierra y dejar que las cosas tomen su rumbo. Sé que empezamos al revés pero sé también que aun tengo la esperanza que no importa cuando o donde, voy a tener mi boda”.
Y como dijo, al cabo de unos años celebraron su boda junto a sus dos pequeños niños. Fue una boda muy emotiva, ella no solo se veía compartiendo este momento con el amor de su vida, sino también su sueño hecho realidad.
Lo mejor de la noche fue cuando abrieron pista en un hermoso salón y ahí estaba ella, buscando a su tío ya que hasta la fecha no se habían podido perdonar su padre y ella. Pero fue entonces cuando un señor entro y la tomo de la mano, ahí estaba su padre tendiéndole la mano, ella lloró de alegría. En ese momento tenía todo y supo que todo sería perfecto.
Nunca pierdas la esperanza, porque es con esperanza y fe con lo que transformamos los sueños en hechos.