¿Es una broma? Las 11 frases que nadie quiere oír en su boda
Si pensaban que por ser la pareja estelar se salvarían del Día de los Inocentes, lamentamos decirles que hasta con ustedes pueden arrasar con falsas y terribles bromas. ¡Que no cunda el pánico! Estén alerta y que no los agarren desprevenidos.
¿Se manchó el vestido de novia? ¡Lo peor del mundo! El florista, por error, reveló por medio de redes sociales los exclusivos centros de mesa para boda que con tanto trabajo eligieron. O peor aún, las alianzas o los anillos de compromiso ¡se extraviaron! No puede ser... Hay un sinfín de palabras que por nada del mundo querrán escuchar el día de la boda ¡Ni siquiera en la más despiadada de las bromas por el Día de los Inocentes!
Aunque ustedes no se casen un 28 de diciembre, tenemos claro que habrá cosas que jamás querrán oír durante la organización de su boda y menos el día B. Será importante que estén alerta durante todo el día para que nada de esto suceda. Y si solo es una bromita, muy pesada, por cierto, tómense aquello de “inocente palomita que te dejaste engañar” con el mejor sentido del humor.
1. ¡El novio no aparece!
¡Por fin llegó el día esperado! Pero entra corriendo una de las damas a la habitación, apenas puede hablar y comienza a gritar que el novio no aparece. Tú ya estás empezando a hiperventilar. Que no cunda el pánico: ¿ya hablaron con sus padrinos, sus amigos, su familia? Puede que su celular esté sin pila y mientras tanto, tu futuro esposo esté durmiendo una indeseable cruda. ¿Y qué tal si se anticipan a todo esto y acuerdan no salir el día de antes de la boda? Encuentren cuál es la solución que mejor les acomoda a ambos para que no haya sustitos el gran día.
2. Las invitaciones tienen un error
Al momento de recoger las invitaciones de boda elegantes, se dan cuenta de que la hora, el lugar ¡o todo! está equivocado. Le dieron mal la dirección del salón de eventos al diseñador y le escribieron otro día. ¡Qué fallo! Su proveedor les dice que tardarán al menos una semana en entregarles las corregidas. Pero estas deben ser entregadas ¡ya!
¿Qué hacer? Primero: asuman su error y el hecho de que tendrán que esperar unos días y gastar un poco más en este servicio por su equivocación. Y después, salvo que estén muy atrasados con la entrega de las tarjetas, todo puede solucionarse. Atajen enviando a sus invitados un save the date por correo electrónico y ya en una semana les estarán llegando las invitaciones definitivas. Ante todo, calma.
3. El perro se comió el ramo
Para asegurar que tu ramo de novia natural llegara a tiempo, ¿le pediste a tu florista que te lo entregara un día antes y tu perro se comió algunas flores? En primer lugar, tu mascota no tiene la culpa. ¿A quién se le ocurrió dejarlo a su alcance?
Si sospechan que su peludito pueda darles este susto, guarden las flores bajo llave ¡o en una caja fuerte si es necesario! Nada de dejar el ramo sobre la mesa del teléfono, en la sala o cerca de su collar de paseo. Búscale un lugar seguro donde nadie, salvo tú, pueda tocarlo. Y confía en tu familia para que nadie vaya a salir con la bromita de mostrarte un ramo falso mordido haciéndote creer que es (o era) el tuyo.
4. Se nos olvidaron las alianzas
La ilusión de entrar a la iglesia, la prisa por llegar a tiempo, la cabeza puesta en las mil cosas que querrán que salgan genial el día de la boda. Y cuando toca intercambiar los anillos, lo único que pueden cruzar son miradas de espanto con sus padrinos de anillos. “Tú los traías”; “no, yo te los di para que tú te ocuparas”. Y mientras debaten quién tiene y quién no las alianzas de boda, lo único que se les ocurre a los padrinos es prestarles sus anillos para cumplir con el ritual. Pero, ¿dónde están los suyos?
Con los nervios y la emoción de las horas previas a casarse, tal vez el novio y la novia no son las mejores personas para guardar los anillos de matrimonio. Por ello, sus papás o sus padrinos deberían ser los encargados de cargarlos el día B. Conclusión: por muy buena memoria de la que puedan presumir, el día de la boda todas las virtudes parecerán confabular en su contra y seguro que se pondrán del revés, así que no las tienten.
5. ¿Por qué no hicimos caso al pastelero?
Poco antes de dar paso a la partida del pastel, te dicen que las flores que forman parte de la decoración del pastel de boda pigmentaron el fondant. ¿Pero cómo es posible? Piensa que podría haber pasado algo peor: que en vez de azúcar le hubieran puesto sal. ¡Terror! No obstante, hay elementos decorativos que es mejor aplicar a última hora y tu repostero lo sabe. Tomen en cuenta sus consejos y no se apresuren. Si su pastelero les pidió que no colocaran las flores para boda seis horas antes de presentarlo ante todos los comensales, ¿por qué habrían de hacerlo?
6. Te arruinaron el vestido en la tintorería
Llevan a planchar el vestido de novia corte sirena y al recogerlo, el encargado de la tintorería les dice que hubo un accidente y que resultó lastimada una parte de este. Entre golpes de pecho y preocupación, piensan por qué no atendieron las indicaciones del wedding planner. Este les había dicho que se haría cargo de encontrar el mejor servicio, pero se negaron por completo por querer tener “listo el vestido”. ¿Solución? Pidan consejos a los especialistas de la boutique nupcial para que les sugieran los mejores sitios para ese tipo de trabajo y confíen plenamente en el trabajo del organizador de boda.
7. ¡Nos quedamos dormidos!
¡Hoy es el gran día! Se levantan de la cama, ponen una lista de reproducción para dar enjundia al día, toman el celular para ver la hora y notan que ¡ya es tardísimo! Ni la música ni nada sirve de consuelo: solo deberán apresurarse más de lo esperado.
Aunque esta situación puede parecer poco probable porque creerán que difícilmente podrán conciliar el sueño la noche antes de la boda o porque desde temprano estarán recibiendo llamadas, mensajes, no dejen nada al azar. Que no sean las madrinas, los best men y, mucho menos, su maquillista, quien llegue a sacarlos de los brazos de Morfeo. Cerciórense de que la alarma está bien puesta, pidan que alguien los despierte por teléfono o en persona ¡o pónganse varios despertadores si son de sueño pesado!
8. Amanecimos con una crisis de belleza
¿Por qué hoy? ¡Hoy me caso! ¿Algún karma he de estar pagando? ¡Basta! Sabemos lo horrible que es amanecer y ver que tu cara te ha bendecido con un brote de acné o que la falta de descanso te castigue con ojeras. ¡Y más tratándose de la boda! No trates de exprimir ningún grano, bajo ningún concepto. Que sea tu maquillista quien se ocupe de él, ya sea con una buena limpieza, con productos que bajen la hinchazón o simplemente camuflándolo bien para que esta pequeña imperfección no arruine las fotos de la boda.
Si tu piel es acneica, lo más recomendable es que con suficiente tiempo antes del día B empieces un tratamiento de belleza en vez de recurrir a soluciones de emergencia de última hora.
9. Una dama de honor se puso de parto
La única dama que necesitaba vestidos de noche para embarazadas va camino al hospital porque está a nada de nacer el bebé. ¡Qué emoción! Definitivamente, ese día es merecedor de festejar a lo grande por el bebé y la boda, lo malo será que tu dama ya no asistirá a la ceremonia y se perderá de la fiesta. Pero piensa en su felicidad y comparte su alegría.
Si el parto fue uno o dos días antes de la boda y ella no está muy cansada, tus otras damas podrían hacer una videollamada para que ella esté presente virtualmente en la ceremonia, en su primer baile de casados o en la partida del pastel. ¡También sería muy lindo mencionarla en su discurso de agradecimiento! Siendo prácticos, si una de las damas o madrinas está embarazada, lo mejor será que no le depositen demasiados encargos por sí algo llegara a pasar. ¡Y cero estrés para ella!
10. ¡Los músicos están atrapados en el tráfico!
Los arreglos florales para bodas visten ya la ceremonia y hasta las tulipanes están listos para moverse al compás de la música. Un momento, ¿y los músicos? ¿dónde están? Falta menos de media hora para anunciar la entrada de los novios y no hay noticia de ellos. El organizador de boda les explica que están atrapados en el tráfico y que les faltan dos horas para llegar a su destino. ¡Horror!
¿Qué hacer? Al solicitar el servicio, prevean la distancia que existe entre un punto y el otro para que los músicos salgan con tiempo suficiente de anticipación y eviten el tráfico tomando vías alternas. También sería recomendable que consideren si tendrán exclusividad para ese día con su proveedor, pues si vienen saliendo de otro evento, un retraso o un inconveniente mínimo en el traslado podrían ser determinantes. Tendrán que llegar a buena hora para preparar el equipo y afinar voces, ¿no creen?
11. Los niños quebraron algo
Los sobrinos han llegado al salón de eventos. Ternura ¿o terror? Mientras todos se sitúan en sus mesas correspondientes, los pajes van en busca de más niños para jugar juntos. Andaban corriendo alrededor de las mesas y, en un descuido, hasta los muñecos para pastel de boda temen por su integridad. El drama está sembrado, ¿o no?
¡Alerta novios! Aquí entra la importancia de tener una área para niños y obsequiarles kits para que se mantengan ocupados jugando y aprendiendo a la vez. De igual manera, no sería mala idea destinar su cuidado a profesionales que los mantengan lejos de las zonas donde puedan romper algún objeto simbólico de la boda. Y así, todos felices.
¿Cierto que cualquiera de estas circunstancias son dignas de pesadilla? Pese a todo, sean capaces de anticipar que no siempre todo saldrá como desean, pero que pueden poner soluciones desde antes.
Eso sí, si tienen un familiar o un amigo al que le gusten las bromas pesadas, pídanle que se abstenga de gastarlas en el día de su boda. Quizá en el momento quieran lanzarle algo a la persona que la hizo. Pero si les jugaron chueco, recuerden que todo es una burla y que habrá otra ocasión para cobrar venganza con aquel que les desapareció momentáneamente el ramo de novia o que les mandó una foto retocada de su pastel de fondant para boda. ¡Que comience la guerra de bromas!