7 razones para ir de luna de miel a San Miguel de Allende
San Miguel de Allende es mundialmente reconocido por su encanto, romanticismo y patrimonio histórico y cultural. Si aún no tienen claro a qué destino viajarán para estrenar sus anillos de casados, estas son las razones para incluirlo en su listado.
Pasar la luna de miel en San Miguel de Allende, Ciudad Patrimonio de la Humanidad y uno de los Pueblos Mágicos de Guanajuato, será una forma inolvidable de cerrar con broche de oro lo que inició con un anillo de compromiso. Sus coloridas calles, su arquitectura, sus comercios, su gastronomía... En San Miguel brotarán genuinos pensamientos de amor que sentarán la base más romántica de su matrimonio.
Si hay una palabra que describa lo que San Miguel de Allende representa, sería "magia". Desde su llegada a esta ciudad, que queda a tan solo una hora de Guanajuato, San Miguel los invitará a disfrutar de su peculiar estilo colonial, la tranquilidad de sus calles y el ambiente cultural que la han convertido en una ciudad romántica por excelencia. Aunque cada año es uno de los principales destinos de cerca de dos millones de turistas tanto nacionales como extranjeros.
¿Qué se puede disfrutar especialmente en un viaje en pareja a San Miguel de Allende? Para descubrir si será el destino perfecto para ustedes apenas guarden el vestido de novia de encaje, les dejamos siete razones por las que esta ciudad los encantará.
1. Hoteles boutique y aguas termales
Para una estancia cómoda, romántica y con la dulzura de un pastel de boda elegante, no duden en elegir alguno de los exclusivos hoteles boutique que hacen tan famoso a San Miguel de Allende entre el turismo extranjero. Un amplio abanico de hoteles de este tipo se ubica en casonas del siglo XIX con un toque contemporáneo, jardines envidiables, salas de spa e incluso algunos baños de temazcal.
Esta ciudad también es famosa por sus aguas termales, apenas para consentirse con opciones de descanso y bienestar después de la boda. Lo recomendable es que antes de su llegada seleccionen alguno de los balnearios ubicados a las afueras. Consulten a su agencia de viajes cuáles son los mejores para lunamieleros y aprovechen para relajarse, incluso con una copa de vino tinto o mezcal orgánico, después de las tardes de caminata y aventura.
2. Recorrido por la ciudad y su historia
Indudablemente, deben recorrer a pie San Miguel de Allende, tomados de la mano. Sus hermosas calles y arquitectura de ensueño valen cada paso. Eso sí, un día no bastará para visitar los puntos obligados. Tal vez su recorrido puede comenzar en un lugar tan emblemático como el antiguo Palacio Municipal, que data de 1736, el primer ayuntamiento del México independiente de 1810.
Y qué decir de la Parroquia de San Miguel Arcángel, la estrella arquitectónica de este lugar; que se construyó a finales del siglo XVII. Su fachada neogótica, obra de Zeferino Gutiérrez, fue instaurada en 1880 y definitivamente es la protagonista de miles de fotografías de quienes visitan la ciudad. Sea para una sesión de fotos posboda o para unas selfies de recuerdo, será lindo verlos frente a su portada, relajados y más que enamorados.
Planeen acudir al andador Lucas Balderas y al Mercado de Artesanías, donde verán los más bellos artículos en latón y lámina natural que las manos artesanas fabrican con detalle. Otro imperdible por su valor histórico y cultural es el Museo Casa de Allende, edificio del siglo XVIII donde nació y creció Ignacio Allende.
3. Paseo por el jardín botánico
San Miguel de Allende ofrece una excelente reserva natural para una tarde muy placentera en pareja que les permitirá reconectarse con la madre tierra. Su jardín botánico El Charco del Ingenio se ubica cerca de la antigua presa, a unos 2.5 kilómetros del centro de la ciudad. Su superficie, que supera las 67 hectáreas, alberga mil 300 especies de cactáceas, cañones naturales, ruinas y senderos que explorar.
Por un costo de 50 pesos podrán realizar un recorrido guiado en el que podrán observar las aves. Si van en coche o taxi, llegarán en máximo 15 minutos, aunque también pueden tomar el servicio de traslado gratuito que parte de la Plaza Cívica algunos días de la semana.
4. Comida deliciosa
Al ser un lugar turístico por excelencia, las opciones sobrarán cuando se trate de comida mexicana y barroca con todo tipo de bufetes y servicios a la carta. Pero si quieren algo muy auténtico y tradicional, vayan a desayunar o comer en alguna de las fondas del Mercado Ignacio Ramírez. Además de económico, les encantará la variedad de antojitos que ofrecen.
Si se quedaron con más ganas de las delicias que ofrecieron en su mesa de dulces para boda, por la noche disfruten una rica y ligera cena en cualquiera de las churrerías típicas. El restaurante San Agustín, propiedad de la actriz Margarita Gralia, es una buena opción para probarlos con chocolate caliente. Además, se ubica en una vieja mansión del siglo XVIII, ideal para disfrutar de las estrellas con el agradable clima del lugar y en la mejor compañía.
5. Vida nocturna
San Miguel de Allende también es vida nocturna, el pretexto perfecto para celebrar otra linda noche juntos y estrenar el vestido de fiesta corto que ya esperaba una ocasión como esta. Hay decenas de rincones alrededor del Jardín Allende. Luego de disfrutar algún coctel o cerveza en una mesa exterior, pueden trasladarse a las calles Jesús y Aldama, Hidalgo o Mesones, donde están los mejores antros y bares de la ciudad con música. ¿Listos para bailar o, al menos, desvelarse escuchando música?
6. Escapada a Dolores Hidalgo
No duden en escaparse a Dolores Hidalgo, declarado Pueblo Mágico en 2002 y cuna de la Independencia de México. Queda a 38 kilómetros de San Miguel y ahí podrán pasear y comprar artesanías de talavera. Vayan a la Parroquia de Nuestra Señora de Dolores, muestra espectacular de la etapa final del barroco en el siglo XVIII, donde, en pie de lucha, el cura Hidalgo llamó al pueblo un 16 de septiembre de 1810.
Ya en ello, pasen a la Plaza Principal a probar una deliciosa nieve de garrafa mientras observan el paisaje y, con más energía, conozcan la que fuera casa de este personaje emblemático y el Museo de la Independencia Nacional.
Antes de irse, dense la oportunidad de recorrer el Museo José Alfredo Jiménez, oriundo de este pueblo e indiscutible representante de la música mexicana. De paso, deténganse en el Museo del Vino. ¡Hay tantas cosas por las que brindar como recién casados!
7. Tradiciones y fiestas populares
Si su luna de miel está planeada para junio, ¡están de suerte! Cada año, el primer fin de semana posterior al 13 de junio (día en que se celebra a San Antonio de Padua), podrán ser parte de una de las mejores experiencias que ofrece San Miguel de Allende, la Fiesta de los Locos.
Como parte de esta celebración, considerada Patrimonio Mundial de la Humanidad por la UNESCO, miles de personas desfilan por sus calles con disfraces de todo tipo, generalmente, inspirados en personajes populares del espectáculo, las artes y la política. Si son juguetones y atrevidos, ¡este podría ser un excelente escenario para un trash the dress! Y si no viajarán en estas fechas, siempre está la posibilidad de unirse a una popular callejoneada.
Planear una luna de miel a San Miguel de Allende será una placentera forma de olvidarse del estrés de los preparativos del día B. Hagan momentáneamente a un lado la lista de invitaciones de boda, las cotizaciones de los músicos, las pruebas de maquillaje y peinados de novia, pues también el viaje merece ser organizado. Encontrarán los ingredientes indispensables para disfrutar su primer viaje como esposos: romanticismo, diversión, cultura, gastronomía y también estancias con habitaciones a partir de los 500 pesos. No por nada es considerada una de las mejores ciudades del mundo.