Meghan y Harry: los detalles secretos de su boda que queremos copiar
Gracias a la miniserie de Netflix, 'Harry y Meghan', descubrimos los pormenores más íntimos de la vida de los duques de Sussex. Conozcan los detalles top de su boda celebrada en 2018, así como su preferencia por mezclar lo tradicional con lo moderno.
La fama es un producto desde donde observamos las tendencias culturales, los hábitos y comportamientos alrededor del planeta. Y, así como nos obsesiona seguir la vida de las celebridades, con la realeza vamos un paso más allá, pues representa un poder que raya en lo divino.
Durante años hemos visto la polémica historia de la princesa, Diana de Gales. Ahora, gracias a la nueva miniserie documental de Netflix, Harry y Meghan, somos testigos de detalles íntimos en la historia de amor de los duques de Sussex, quienes rompen paradigmas y crean nuevas tradiciones, desde su noviazgo hasta hoy en día asentados en California.
Su boda inolvidable fue seguida por unas dos billones de personas alrededor del mundo, pero, hasta ahora, no conocíamos los aspectos secretos y relevantes de su gran día ni de su vida privada. Esto, los han llevado a fortalecerse y establecerse como la pareja que son actualmente, alejados de sus compromisos reales, pero ocupados con sus distintos proyectos, como su organización sin fines de lucro, Archewell, su asociación con Netflix, la crianza de sus hijos, Archie y Lilibeth, entre otros. Por eso, aquí te contamos algunos detalles de su boda de ensueño, así como algunos pormenores que quizás no conocías.
Historia de amor
Según podemos ver en la serie, estrenada el pasado 8 de diciembre en Netflix, Meghan y Harry se conocieron después de que el príncipe viera una foto de su futura esposa en el Instagram de una amiga en común. Esa amiga los conectó en el 2016 y tuvieron su primera cita en el Soho House de Londres durante la visita de Meghan a la capital de Inglaterra.
En sus tiempos libres, compartían momentos especiales, como su viaje secreto a Botsuana, uno de los sitios favoritos del duque. Poco a poco se dieron cuenta de que, a pesar de sus vidas tan distintas, tenían mucho en común, algo que los haría llegar al altar.
El romance se hizo público en un festejo de Halloween, al que asistió la prima de Harry, Eugenia de York. Ahí comenzó el frenesí de los medios que han seguido a la pareja hasta puntos invasivos, como pasó con Diana.
El día de la boda
Los duques de Sussex se comprometieron en 2017 y se dieron el ‘sí, acepto’ el 19 de mayo de 2018 en la Capilla St. George, en El Castillo de Windsor. Aunque la ceremonia oficial fue el 19, en realidad, la pareja se casó tres días antes en un festejo privado en el que intercambiaron sus votos, en Nottingham Cottage en el Palacio de Kensington.
Para el 19 de mayo, Meghan caminaría hacia el altar junto a su padre, Thomas Markle, pero días antes de la boda, la ex actriz se enteró de que Thomas posó para una serie de fotografías escenificadas. Por más intentos de la duquesa por comunicarse con su padre, este no respondió, sino a los medios de comunicación. Entonces, Meghan, decidió caminar sola por el altar y, a medio camino, fue acompañada por el entonces príncipe Carlos.
Como era de esperar, la boda fue televisada para que todo el mundo pudiera seguir ese día tan especial. Después de la ceremonia religiosa, Meghan y Harry organizaron algunos eventos privados para sus invitados, incluido un almuerzo y una recepción nocturna.
Look de Meghan para su boda real
Meghan tenía claro que para su enlace deseaba un estilo sencillo, por lo que contrató al maquillista Daniel Martin. Y, aunque no tuvieron tiempo para una prueba antes de la ceremonia, Daniel logró que la novia luciera radiante con un maquillaje natural.
Markle optó por un vestido de seda, con cuello barco y manga tres cuartos, diseñado por la entonces directora creativa de Givenchy, Claire Waight Keller. Asimismo, combinó el vestido con un velo de casi cinco metros de largo bordado con 53 flores, para representar a los 53 países de la Mancomunidad. Y, para completar el look, con un detalle brillante que nunca está de más en estos eventos, la novia usó la tiara Queen Mary Bandeau, una corona de diamantes de 1932, con un broche central que data de 1893.
Para la recepción, utilizó un vestido ceñido y de cuello alto de Stella McCartney, que complementó con un anillo turquesa de la colección de joyas de la princesa Diana. El ramo de novia fue diseñado por la florista de la boda real, Philippa Craddock, como una mezcla entre lo tradicional y lo moderno. Harry, personalmente, seleccionó flores del jardín privado del Palacio de Kensington.
Las plantas elegidas fueron nomeolvides, guisantes dulces perfumados, astilbe, jazmín, lirio de los valles, astrantia y mirto (que simboliza el amor y la esperanza), cuyo uso en el ramo real se remonta hasta la boda de la reina Victoria. El ramo completo fue atado con una cinta de seda. Al día siguiente de las nupcias, el ramo fue depositado en la tumba del guerrero desconocido en la abadía de Westminster, como es la tradición.
Anillos de compromiso
Meghan combinó su anillo de compromiso de tres piedras con una sencilla banda de oro. Desde entonces, su anillo ha sido rediseñado y ella ha sido fotografiada con bandas adicionales. Harry rompió la tradición al usar un anillo de boda con una banda hecha de platino, a diferencia del de su hermano, el príncipe William, compuesto por una pieza de oro galés. Los anillos fueron hechos por Cleave and Company.
El pastel nupcial rompe tradiciones
Para el pastel de bodas, se decidieron por uno de Claire Ptak de Violet Cakes, una pastelera estadounidense. Los novios renunciaron al pastel de frutas habitual y eligieron un pastel de flor de saúco y limón cubierto con crema de mantequilla fresca y flores, esto para representar los sabores de la primavera.
Fiesta posterior a la ceremonia religiosa
Elton John, amigo de la princesa Diana y quien cantó en su funeral, Candle in the Wind, debía ser parte de la boda, por lo que cantó durante la recepción organizada por la reina en la capilla de St. George. James Corden cantó en la recepción de la tarde, en el Frogmore House, en una comida privada con familiares y amigos. Más adelante, el actor Idris Elba fue el DJ de la fiesta para animar a los presentes.
Antes de sus entrevistas o de la serie, no sabíamos tantos detalles de este día tan especial para los novios. Ahora, conocemos el lado divertido de la pareja, porque para ellos, no todo es seguir protocolos ni formalidades, sino también diversión y amor.
Este mes, los duques revelaron una imagen nunca antes vista de su fiesta. Es una fotografía en blanco y negro donde los royals bailan felices y animados durante su primer baile como marido y mujer, con la canción Land of 1000 dances, de Wilson Pickett. Y, aunque Meghan confiese olvidarse del nombre de la canción, en la serie la vemos tarareando el tema.
Adiós a la familia real
Al ser figuras públicas y parte de la monarquía, los duques debían dar entrevistas y no mostrar emociones o mala cara a los medios de comunicación y a los paparazzi que los acosaban constantemente. Durante su relación de noviazgo y hasta su boda y vida en pareja con hijos tuvieron que soportar el escrutinio de los medios, así como historias inventadas y el racismo hacia Meghan debido a su identidad birracial.
Meghan pidió ayuda, pero la monarquía consideró que mostrarse vulnerable y necesitar apoyo para su salud mental era una mala imagen. Por ello, en enero del 2020, Meghan y Harry renunciaron a sus funciones como miembros principales de la familia real, con la esperanza de permanecer a tiempo parcial. Sin embargo, más adelante, tuvieron que renunciar por completo a sus puestos dentro de la familia real británica.
Como lo revelan en Netflix, primero fue Meghan quien renunció a su carrera para acompañar a Harry y, luego, fue Harry quien sacrificó lo que conocía para mudarse al ambiente de su esposa y evitar la vida caótica que llevaban.
Lo cierto es que, a pesar de lo que podríamos pensar; si es que los duques quieren más publicidad, si es que este show les genera millones de dólares, si les fascina la atención, si de nuevo quieren estar en los reflectores y en boca de todos… esta es una historia de amor contada en primera persona, tal como lo dice Meghan en la serie: ¿No tiene más sentido que nosotros contemos nuestra historia?
Harry prometió proteger a Meghan, lo hizo en su viaje a Botsuana y lo continúa haciendo hasta estos días. Y eso es lo que pretenden mostrar en la serie documental, ese amor que va por encima de todo y de todos y que no importa de donde vengan, porque si están dispuestos a luchar y a construir una vida juntos, el amor triunfa.
Seguro seremos testigos de más matices y momentos clave en su historia y veremos hacia dónde los lleva el poder conjunto que han desarrollado como pareja. ¿Ya viste la serie?