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Bodas

Mesa de dulces mexicanos para boda: 65 ideas para ver y comer

Nadie puede resistirse a una mesa llena de dulces y postres mexicanos. Descubran cuáles tienen la dosis perfecta de azúcar y cariño en esta selección que incluye desde los más comerciales hasta los de elaboración artesanal. ¡Disfrútenlos!

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La gastronomía mexicana es tan rica y vasta que hay opciones para todos los gustos. No se diga si se habla de caramelos y postres, especialidad en la que resaltan los sabores tradicionales y su característico colorido. No importa si han decidido tener una boda que incluya una decoración con artesanías y grandes flores o por el contrario, un aire minimalista... siempre hay suficientes pretextos para ofrecer una mesa de dulces mexicanos. Solo tendrán que confirmar si las medidas de seguridad actuales en su estado permite la instalación de mesas de dulces o es preferible entregarlos en empaque individual a cada invitado. Por lo pronto, estas opciones los harán salivar ¡desde ya!

Dulces con chile, un must

Ustedes mismos o muchos de sus invitados tal vez son de esas personas que a todo le ponen chile. Demuéstrenle que piensan en ellos al incluir en su celebración dulces con sabores picositos, pero sabrosos. ¿Qué tal unas gomitas enchiladas? Imposible resistirse a estas golosinas de frutas como mango, tamarindo, piña y kiwi bañadas en chile de polvo.

Y hablando de opciones bañadas, las fuentes de chamoy son una excelente botana si se quiere combinar frutas y verduras con este cotizado chile agridulce y líquido. Las frutas más apreciadas para este fin son piña, melón, manzana, sandía y papaya. Dependiendo de la época, sorprendan a sus invitados con mango, jícama, chirimoya, ricas tunas y exóticas pitayas, ¡qué delicia! Úsenlo también como aderezo en unas saludables crudités de pepino y zanahorias, así como en cacahuates salados y japoneses y habas enchiladas. 

Las chucherías de toda la vida

Son muchos los dulces mexicanos que a la mayoría de adultos transportan a su infancia, pero los niños de ahora también los disfrutarán. Siguen vigentes en posadas, fiestas infantiles, bolos y en cualquier dulcería y tienda de abarrotes por la que pasen. Si no adivinaron cuáles son, anoten en su lista de infaltables del candy bar (y casi por kilos) Duvalín, Skwinkles, Bubulubu, Mazapán De la Rosa, Pulparindo, Pelón Pelo Rico, cucharitas enchiladas, panditas, paletas de malvavisco, obleas solas o con cajeta, galletas de chocolate, chocolates macizos y paletas de caramelo.

Dulces y postres regionales

Así como cada región del país tiene sus tradiciones, cada una de ellas tiene su platillo y sus dulces típicos. Si quieren impregnarle a su celebración ese tono regional mexicano y artesanal, estos dulces y postres los transportarán al terruño a través del paladar. En una boda destino, también serán un excelente recuerdo comestible para sus invitados. 

Un baño de caramelo

En Puebla y Tlaxcala no solo es posible encontrar bellas artesanías que se pueden obsequiar como recuerdos para boda útiles. Inspirándose en los dulces de estos dos estados, podrán endulzar a sus invitados con unos deliciosos muéganos hechos con harina, miel de piloncillo y un toque de anís. Cortados en cuadraditos pequeños o servidos sobre una oblea, se verán geniales en el candy bar: perfectos para continuar el baile.

Las palanquetas son originarias del sur de Jalisco; uno de los productores es nada más ni nada menos que la familia del escritor Juan José Arreola, ¡cuánta historia debe de haber en ese dulce! De cacahuate, de nuez o de pepita, este postre en forma de plancha ofrece parte del sabor mexicano de esa región. Está hecho a partir de frutos secos con un rico caramelo a base de miel, azúcar o piloncillo.

Postres "religiosos"

De esa misma región son las jericallas, un postre tapatío similar al flan o la natilla. Su origen se atribuye a la necesidad de una congregación de monjas de crear un postre rico, pero, sobre todo, saludable para los niños del hospicio que gestionaban. Es por eso que tendrán la seguridad de que, además de su rico sabor, sus nutrientes evitarán que el estómago esté vacío después de tanto bailar.

Cerca de ahí está la cuna de los tradicionales chongos zamoranos, un manjar atribuido a la época del virreinato en las tierras de Zamora de Hidalgo, Michoacán. Es un postre de leche cuajada y, aunque no es para todos los gustos, ¡es delicioso!

También desde tiempos coloniales se sirve en la mesa de los michoacanos y de algunos estados del centro norte de México el ate de membrillo, de guayaba o tejocote. Creado por los franciscanos, es versátil incluso fuera de la mesa de dulces. Como complemento en una estación salada, este manjar hará un perfecto maridaje con queso y vino tinto: una explosión de sabor.

Glorias y alegrías: felicidad que se come

El sabor del norte se hace presente con las glorias, elaborados con leche quemada, miel de maíz, vainilla y nuez picada. Son originarios de Linares, Nuevo León, pero los encontrarán en casi todo el país: ¡será un acierto considerarlos!

Deliciosas y nutritivas, las alegrías no pueden faltar en su mesa de dulces. Elaboradas con miel y amaranto, son fáciles de encontrar en cualquier parte del país. Incluso hay presentaciones que van bañadas con chocolate y llevan también pasas y nueces picadas. Borrachitos, frutas cristalizadas, dulces de tamarindo, alfajor, rollos de guayaba y jamoncillos son otros de los dulces mexicanos que sus invitados deben probar en su boda. 

Si su celebración será en la playa, el toque costeño tiene que estar en su mesa. El coco rallado y mezclado con azúcar y leche, da como resultado las ricas cocadas: jugositas y a la vez frescas, complementarán muy bien el toque mexicano y playero que le quieren imprimir a su celebración.

Si su celebración será en la playa, el toque costeño tiene que estar en su mesa. El coco rallado y mezclado con azúcar y leche, da como resultado las ricas cocadas: jugositas y a la vez frescas, complementarán muy bien el toque mexicano y playero que le quieren imprimir a su celebración.

¿Son más de pan dulce?

Los muros de donas se han puesto de moda y los roles de canela también conquistarán paladares. Aunque no son de origen mexicano, estas piezas de panadería serán una azucarada muestra de cariño para sus invitados. Si la celebración se extenderá hasta la noche, ofrecer una pieza de pan mexicano con un delicioso café será un detalle que apreciarán sus invitados. En la charola no pueden faltar conchas, ojos de buey, ladrillos, semas, chilindrinas, besos, pan de pulque, puerquitos y si es octubre o noviembre, el infaltable pan de muerto. ¿Se les antojaron? 

Como verán, hay una gran variedad de dulces y postres mexicanos que pueden ofrecer. Pueden pedir a sus proveedores que vengan empacados en formato individual para que cada quien tome el que más le apetezca, o bien hacer bolsitas para que nadie se quede sin probarlos. El folclor mexicano dará mucho color a su celebración, así aprovechen el dulce colorido, que seguro no pasará desapercibido. ¡Qué delicia!

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