El romanticismo juguetón de los vestidos de novia Cymbeline 2019
Cautivadoras, sensuales y glamurosas; así son las novias a las que viste Cymbeline. Sus vestidos para 2019 son una explosión de vida que entusiasmará a mujeres modernas, seguras de sí mismas y con mucha personalidad. ¿Atrevida es tu apellido?
Volvió a hacerlo. Cymbeline sorprendió a las novias con estilismos arriesgados y grandes clásicos renovados. En sus colecciones de 2019 volverán a aparecer sus vestidos en negro y en rojo con los que ya había puesto algo de rebeldía en 2018 y que seguirán en tendencia en los vestidos de novia 2019. Incluso el romanticismo más tradicional se impregna de toques de vanguardia. ¿Quieres saber qué tendencias en vestidos de novia esperan al año que viene?
En la pasarela de la Barcelona Bridal Fashion Week, la firma francesa presentó un adelanto del que será su repertorio para 2019. En él se incluyeron piezas de la colección Hautre Couture y una probadita de las colecciones cápsula de Mademoiselle de Guise y Lucas Anderi. El hilo conductor de todas ellas: la capital del amor.
La vitalidad parisina
Los de Cymbeline son vestidos elaborados a mano por artesanos franceses. Y con ese pulso de la moda parisina, tan apreciada en el mundo entero, el resultado es una colección que respira los aires de la “Ciudad de la Luz”. Durante la media hora que duró el desfile de vestidos de novia Cymbeline 2019, este se convirtió en un apasionante recorrido por el París más vibrante. Estas son las cinco estaciones en las que nos detendremos para acercarnos a los vestidos a través de la ciudad y viceversa.
1. La bohème cosmopolita: Saint-Germain-des-Prés
El paseo de moda que sugiere la firma francesa arranca en Saint-Germain-des-Prés, uno de los hervideros intelectuales de París a mediados del siglo XX; hoy, pulmón bohemio de la ciudad. El desenfado y la espontaneidad de este distrito se traducen en cortes pulcros y tejidos fluidos como la muselina.
Poco tarda en irrumpir el color, que revoluciona la pasarela al movimiento de los pantalones palazzo. Rojos, grises y rosas pintan conjuntos de dos piezas que serán increíbles vestidos de novia para boda civil para las mujeres más contemporáneas que quieran escapar del blanco tradicional.
2. Glamur y sensualidad: Moulin Rouge
Suenan los acordes de Lady Marmalade y la pasarela se convierte en Moulin Rouge. El mítico cabaret imprime esa esencia glamurosa que siempre tienen los vestidos de novia corte sirena. El equilibrio perfecto entre descaro y romanticismo lo ponen el tul bordado, los encajes en las espaldas, los corsés y las boas de plumas, a juego con los tocados.
Los peinados para boda con ondas al agua en la frente y los listones alrededor de la cabeza seducirán a las novias que quieran imprimir a su look un aspecto vintage muy fresco.
3. Las licencias del artista: Montmartre
En el artístico Montmartre pareciera que siempre es primavera y en ese concepto ligero y grácil inspira Cymbeline algunos de sus modelos. Muselina, organza y mikado dan vuelo y volumen a las faldas de cortes en A e imperio. Los cuerpos se nutren de encajes que incluso se enciman piezas casi tatuadas sobre crop-tops que dejan parte del abdomen al descubierto.
Sorprende especialmente uno de los modelos, Ensemble Fleur, que tiene una capa transparente que rodea por completo a la novia en cuyos bordes hay cosidas flores de tela tridimensionales. Trés chic!
4. Las princesas de Fontainebleau
El romanticismo señorial que inspira el castillo de Fontainebleau se traduce en delicados velos, vestidos de novia corte princesa con escotes atemporales como el corazón y el reina Ana. Los maxitocados para el cabello y las clásicas zapatillas de salón también conceden un aspecto distinguido y de elegancia clásica a las novias.
5. El lujo y la exclusividad: Avenue Montaigne
El recorrido virtual concluye en las sofisticadas boutiques de Faubourg Saint Honoré y la Avenue Montaigne, donde las mujeres pueden soñar con los más increíbles vestidos elegantes de noche. Esta “milla de oro”, comparable a caminar por los Champs-Élysées, inspira los más lujosos y exclusivos vestidos de la colección. Tanto que será imposible que haya dos vestidos iguales.
La pedrería, los cristales y el paillette se despliegan de manera inusitada en los vestidos. Negros, grises, rojos, rosas, dorados, plateados, tonos nude y el color de la piel bajo las transparencias pintan el avance de lo que será la colección Hautre Couture (un juego de palabras entre “alta” y “otra” costura). ¿Y qué distingue a esta otra alta costura? La posibilidad de que cada novia tenga un vestido único, con apliques pintados a mano por artesanos de la casa francesa.
Dos colecciones cápsula
En lo que respecta a las colecciones cápsula de los dos diseñadores arriba mencionados, Mademoiselle de Guise presentó cinco vestidos. En ellos combinó el uso de tejidos sólidos como el crepé y muselina con intrincados encajes geométricos. Lo más destacado fueron las espaldas poligonales, que dibujaron escotes con rombos, triángulos y pentágonos.
En tanto, Lucas Anderi ofreció tres únicas piezas: tres siluetas de princesa con faldas multicapa y bordados que se desplegaron desde el escote hasta las mangas y, por supuesto, bajaron hasta las faldas.
Los accesorios, buenos coprotagonistas
Si bien los zapatos pasaron algo más desapercibidos, los complementos para el cabello causaron sensación en la pasarela. Boinas, sombreros, tocados joya, listones de encaje y coronas de flores (blancas y alguna rosa) tematizaron un desfile muy a la parisina.
Los labios rojos pusieron el toque intenso y apasionado al maquillaje de las novias de Cymbeline, mientras que los peinados con trenzas y los recogidos bajos sumaron dulzura y romanticismo.
Mención especial merece la musicalización de este sensorial espectáculo de moda, con canciones de todos los tiempos como Sous le ciel de Paris, de Charles Aznavour. También sonaron covers actuales de otros grandes clásicos franceses como Il est 5 heures, Paris s’éveille, en la versión de An Pierlé y la inconfundible Lady Marmalade, entonada por Christina Aguilera para la película Moulin Rouge. Y así fue como, durante la media hora de desfile, Barcelona se convirtió en París.
Cuatro décadas de savoir faire
Cymbeline se fundó con la ilusión de revolucionar la moda nupcial. Esta pasión por la moda fue lo que llevó a la firma a ser una de las primeras en introducir en la moda nupcial diferentes matices del blanco como el color marfil y las transparencias.
Desde hace 40 años y con unos cuantos premios de moda en su trayectoria, Cymbeline ha vestido a novias francesas y a las de varios países de Europa, América y Asia. En México, la marca tiene una boutique en Monterrey.
Si te gustaron los modelos que viste en la fotogalería del artículo, ¿por qué no echar un vistazo al catálogo completo de vestidos de novia Cymbeline 2019? Sus diseños atrevidos son ideales para mujeres innovadoras, así que elige un ramo de novia que esté a la altura y que equilibre el look para llevar tu entusiasmo al altar y decirle “sí” al amour.