“Nunca, jamás, me dedicaré a la fotografía, ¡menos de bodas!, yo estudiaré diseño industrial y me dedicaré a eso” después de esas palabras, hace ya ocho años, les puedo decir que “cae más rápido un hablador, que un cojo”.

Lo que comenzó como un hobbie y una diversión, hoy se ha vuelto mi trabajo y mi pasión. Soy Enrique Simancas, nací en Guadalajara, Jalisco, la tierra del Tequila y soy diseñador industrial egresado del Tec. de Monterrey.

Todo comienza cuando me voy a estudiar a Toronto, Canadá, y me doy cuenta lo bonito que es capturar esos momentos, recordar amigos, sonrisas, llantos, alegría, recordar el cambio, o simplemente lugares que quizá no sea posible regresar pronto. En ese momento aprendí lo importante que era y entendí que también puede ser una manera de expresarte.

Años de práctica y diversión, hasta que poco a poco se comenzaron a ver mis fotografías y algunas personas me pidieron hacer fotos para ellos: familias, retratos, productos, paisajes. Esa fue mi escuela de fotografía, la práctica, el exigir cada vez un poquito más. Buenas y malas experiencias me fueron formando hasta el día de hoy, creo que es la escuela más dura, pero la más efectiva.

Hoy, trabajo de lo que más me gusta hacer en la vida, capturar momentos y sentimientos, entendí que no hay nada mejor que hacer lo que te apasiona y mejor aún, vivir de ello.

Principalmente trabajo documental bodas, pero el trabajo de moda, producto y retrato no es algo que deje de lado. Es un mundo increíble y exigente, luces, colores, conceptos, lineas, encuadres... donde conoces a muchas personas sorprendentes, clientes que se vuelven tus amigos.