La hacienda es muy bonita, el trato del personal de la Ex-hacienda de San Agustín en Atlixco Puebla, es muy bueno; lo que tiene de malo es la administración a cargo de M. la responsable es malo, no busca ayudar, para todo tiene un “pero” todo te cobran extra, por ejemplo la degustación se cobra a parte, los alimentos de los novios se cobran a parte y lo peor, lo que elijas de platillos no lo respetan. Me cobraron mesas iluminadas que no pusieron, dieron de alimentos lo que quisieron, sin sabor, la comida agria, en fin fue un asco el servicio.

No recomiendo, para nada.

El sitio es muy bonito, crea una atmósfera mágica que te envuelve y te desconecta del exterior, mucjos detalles que se agradecen ya vienen en la propia estructura de la hacienda, recomendado.

Un punto a mejorar sería la atención al cliente sin embargo no es algo en lo que fallez solo puede mejorar.

El lugar increíble, un ambiente de sueño!
Solo recomiendo un poco más de logística para tener todo más organizado.

Nos encantó la ex Hacienda desde el primer momento en que la vimos, y gracias al buen precio y flexibilidad para realizar los pagos, la pudimos contratar para el día de nuestra boda. Los encargados fueron muy amables y estuvieron siempre resolviendo nuestras dudas y al pendiente.

El lugar es precioso, es un escenario hermoso si quieres una boda en una ex hacienda y además conveniente pues no tienes que pagar una carpa al ya tener un espacio techado. Inicialmente contactamos a los dueños directamente y nos dieron precios diferentes, fuimos a una visita y nos informaron que el banquete únicamente lo servían ellos y que no admitían proveedores externos, cosa que después vimos que no era cierta. Terminamos por contratar el lugar por medio de una banquetera ajena pues nos gustó mucho y tenían una oferta muy buena.

En cierta ocasión agendamos una visita para poder hacer un layout de la iluminación con el DJ y no nos abrieron nunca, después de hora y media de esperar y hacer innumerables llamadas, nos dijeron que no había nadie disponible para abrirnos. Muy poco profesionales, por lo que recomiendo contratar el lugar (pues sí es hermoso), pero de manera indirecta, usando a un wedding planner o una banquetera de confianza.