La boda de Adán y Karen en Chihuahua, Chihuahua
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A&K
11 Jul, 2015La crónica de nuestra boda
¡Uno de los mejores días de mi vida!
11 de julio de 2015, 7:30 am
El día que estuve esperando por tanto tiempo por fin había llegado, por alguna extraña razón pude dormir perfectamente toda la noche, no podía creer que después de tanto, de cada preparativo, cada cita con algún proveedor, elegir el sabor del pastel, las invitaciones, flores... ahora sólo faltaba disfrutar cada cosa que había elegido y organizado.
Vi la hora en mi celular. Observé todo a mi al rededor, mi recámara, mis fotos, mis cosas, estaba experimentando ese tipo de nostalgia al despedirme de cierta manera de una parte de mi, pero estaba feliz.
Me levanté, como de costumbre, fui a lavarme los dientes, para después bajar a saludar a mis papás y a mi hermano, aún en pijama, salí y estaban todos trabajando, limpiando, arreglando la casa para que estuviera lista.
Como era de esperarse siempre salen imprevistos, mi carro, que era el que iba a usar para ir a la misa y a la recepción, ¡estaba sucio!, mi plan era ir a lavarlo pero se me iba a hacer muy tarde, entonces me puse a lavarlo yo en mi casa.
Seguir leyendo »Después de esto, y cuando ya todos habíamos terminado nuestras labores, fuimos a desayunar juntos, se sentía como la última vez que yo iba a desayunar como la niñita de la casa, la consentida a la que su mami le hacia de desayunar lo que ella pedía. Fuimos todos a la mesa, mi mamá sirvió el desayuno, y empezamos a recordar cosas, cosas como cuando comentábamos el tiempo que faltaba para la boda, después, salieron cosas como "recuerdas cuando era pequeña...", "cuando hacinamos esto...".Fue algo muy especial.
Luego de esto, subí a mi recámara. Era tiempo de bañarme para ir al salón donde me iban a peinar y maquillar. Cuando entré a mi habitación, busqué mi celular y encontré un mensaje de la persona con la que en unas horas estaría casada, el mensaje solo decía "Te amo".
Sin restarle importancia a los "Te amo" antes escuchados de él, este fue muy especial, en un día tan importante y a unas horas de unir nuestras vidas, significó muchísimo para mi recibir ese mensaje, le respondí de igual manera con un "te amo".
Me fui a bañar y mientras estaba en la ducha miles de recuerdos pasaban por mi mente, desde el día que conocí a mi entonces prometido, citas que tuvimos, el día que me propuso matrimonio, viajes, entre muchas otras cosas, no estaba nerviosa, tampoco triste, ni sentía miedo, estaba muy contenta. Feliz de todo eso que podía recordar, y lo que estaba a punto de pasar.
Ya que terminé, me cambié, mientras esperaba a mi mamá, estuve un rato en Internet, y leí mensajes de amigas que decían algo así:
Salma: Karenchu llegó el día, mis mejores deseos en esta etapa que vas a comenzar, que Dios los colme de bendiciones y que les de toda la fortaleza para hacer de lo mejor de su matrimonio. Te mando un abrazo, que ahorita te lo doy pero te escribo, porque vas andar en friega, disfruta mucho tu día, te quiero.
Anita: Y llegó el día.. Me siento muy emocionada y feliz por que ya es el día tan esperado, sólo le pido a Dios ilumine su matrimonio, que la dicha y felicidad vayan siempre a lado suyo. Sabes que te quiero muchísimo y espero que este día sea inolvidable. Disfruta de él, deja a un lado toda preocupación y el qué dirán los demás, como te dije son momentos que sólo una vez se pueden vivir. Fue muy lindo leer cosas así, empecé a sentir ganas de llorar, pero no de tristeza, era una sensación difícil de explicar, se sentía bien, me sentía feliz, pero no tenia idea porqué quería llorar.
Luego de esto, por fin salió mi mamá, para irnos al salón donde nos iban a arreglar, nos subimos al carro y nos fuimos. En el camino escuchamos música, reímos, y hablamos de como saldrían las cosas de la boda, todo parecía ir perfecto.
Llegamos al salón, y mi amiga Ana, mi mejor amiga, cabe mencionar, ya estaba en el lugar. Nos miramos, estábamos emocionadas, nos comenzaron a maquillar, a peinar.
Mientras hacían esto, las personas del lugar comentaban sobre como es cuando ya no vives con tus papas, o cosas del tipo, te van a ver y van a llorar de alegría, tu mamá llorara en la iglesia, y cosas así.
Ya que terminaron de arreglarnos, nos dirigimos a mi casa, yo iba con el velo ya puesto, y manejando. Mi mamá hizo un comentario como "que raro ver a una novia manejando", la gente en los semáforos se me quedaba viendo, fue extraño. Una vez que llegamos a mi casa, pues nos vieron y nos dijeron cosas como "que lindas quedaron", "ni parecen las que se fueron", entre otras.
Entonces había llegado la hora de meterme en ese enorme vestido, ni siquiera cabía bien en mi habitación. Ya iba a llegar el fotógrafo, mi mamá y Ana comenzaron a ayudar a cambiarme, mientras hacían esto, estaban tomando fotos, se sentía raro estar en esa situación, jamás imaginé todas esas emociones que experimenté aquel día. Empecé a estresarme un poco cuando aun ajustandome el vestido, veía la hora y que ya mero me tenía que ir a la iglesia, no había comido, y los que me conocen saben que esto de no comer realmente me pone de mal humor.
Pero bueno, ya que me lograron acomodar el vestido y estaba relativamente lista, bajé descalza, porque tenia miedo de que mis zapatos se atoraran con mi vestido al bajar las escaleras.
Mi papá estaba abajo esperándome al final de las escaleras, tengo que reconocer que fue una "escena" muy conmovedora.
Luego de esto, estaban un par de primos, mi hermano y mi abuelo en la sala, nos tomamos fotos, pero ya tenía que salir porque se hacia tarde para llegar a la iglesia.
Mi hermano sería mi chofer, así que me ayudaron a subir a mi carro, Ana se subió enfrente con mi hermano y salimos rumbo a la iglesia. Cuando llegamos ¡el novio no había llegado aún!. No estaba nerviosa, ni preocupada, confiaba en que llegaría, solamente no podía bajarme del carro, porque no podía permitir que me viera alguien más, y mucho menos él. Ya que llegó, todo mundo tapó las ventanas del carro para que no me viera en lo más mínimo, se fue rumbo a la puerta de la iglesia, y yo por fin pude bajarme, ¡moría de calor!, fue un gran alivio.
Al bajarme, apenas caminé a la puerta, empezaron a tocar la marcha nupcial para entrar, el sacerdote se acercó a nosotros y le dio a mi papá algunas indicaciones. Tomé a mi papá del brazo y caminamos hacia el altar, en ese momento fue cuando empezaron los nervios, había mucha gente por los dos lados del pasillo, no pude distinguir quienes eran, quería verlos a todos, pero también quería ver el rostro de Adán, quería ver a aquel hombre que amaba tanto, ver la expresión de la persona con la cual ya despertaría todos los días, quería ver su sonrisa, saber que así como yo, él también estaba feliz de estar parado en ese altar, frente a Dios y a todas esas personas que estaban presentes. De igual forma tenía que concentrarme en caminar bien, en no ir a tropezar, apreté a mi papa del brazo y continué mi camino.
Al llegar al altar, ahí estaba Adán, esperándome, como siempre lo ha hecho, mi papá me entregó a él, le dio un abrazo, luego volteó me miró y me abrazó. Luego Adán se acercó a mi, me abrazó, y lo besé en la mejilla, me dijo al oído que me veía hermosa, que le encantaba y empezó la misa.
Empezó con un discurso muy lindo, las lecturas también fueron muy especiales y ni que decir del coro, me encantó lo que tocaron.
Llegó el momento de decir los votos, nos preguntó el padre si nos los habíamos aprendido o los queríamos leer, obviamente me los aprendí, pero Adán si leyó, supongo que los nervios también hicieron que se le olvidaran, el quería improvisar, pero le dije que no, habla muy bonito y probablemente me quedaría corta en palabras si el decía lo que quería.
Nos dimos los anillos, pero los nervios me traicionaron, y al momento de ponerle el anillo, se lo puse en la mano derecha, él me dijo algo como "ahí no va mi amor" fue muy gracioso, creo que algunas personas si se dieron cuenta y yo estaba temblando. Cuando las recibí casi salen volando, mis manos no paraban de temblar, Adán me tomó de ambas manos y me dijo "tranquila, no pasa nada, todo esta bien", pero yo no podía evitar temblar.
La misa siguió normal, hasta que concluyó con el tan esperado "puede besar a la novia".
Nos dirigimos a la salida de la iglesia, y cuando salieron los invitados, empezaron las fotos, pero no teníamos mucho tiempo ya que teníamos que ir a la sesión de fotos que tendríamos con el fotógrafo contratado.
La sesión de fotos iba a ser en el jardín que contratamos para la recepción, algunos de los invitados se fueron a casa de mis papás porque ahí se ofreció una cena para ellos.
Pero luego de esto, después de superar esos nervios, recordé que yo no había comido, y la verdad moría de hambre, recordé que de camino al jardín había un lugar de hamburguesas que me gustan mucho, por lo que le pedí a mi hermano que se parara ahí y me comprara una hamburguesa, mis damas nos siguieron, todos se bajaron a pedir las hamburguesas, pero yo me quedé en el carro, tenía muchísimo calor, pero obviamente no me iba a bajar con ese enorme vestido a un establecimiento de hamburguesas.
Ya que las compraron seguimos de camino hacia el jardín, llegamos, y el fotógrafo ya estaba ahí, ya estaba el pastel, el cual me encantó, lo amé.
El grupo se estaba instalando, estaba tranquila de que todo estuviera saliendo bien.
Empezó la sesión de fotos, fue un tanto complicada, por la magnitud de mi vestido, los zapatos de tacón enterrándose en el pasto (no iba preparada para esto), sin embargo, la disfruté, pero ya no aguanté mucho, así que me cambié mis hermosos zapatos, por unos tenis que había comprado, del mismo tono que mis zapatos, y así hicimos que la sesión fluyera mucho mejor.
Ya que por fin terminamos con las fotos, fui directo a mi hamburguesa, no me importó si me iba a ensuciar el vestido o que, yo quería comer, para mi buena suerte comí bien, a gusto y sin ningún incidente.
Luego de esto pues ya llegaba la hora, mis papas llegaron y así comenzaron a llegar los invitados, fuimos a la entrada del jardín para comenzar a recibirlos, así, hasta que vimos un número considerable de invitados, para poder comenzar con el vals.
El grupo hizo el anuncio de que los ahora esposos, Karen y Adán, bailarían su primer vals, la canción que elegimos fue la de "Por eso te amo" de Rio Roma, es nuestra canción.
Caminamos hacia la pista, y empezó, comenzamos a bailar, de la manera mas romántica, nos cantamos el uno al otro mientras bailábamos y nos veíamos a los ojos, fue algo mágico.
Al finalizar la canción nos besamos tiernamente y escuchamos el aplauso de los invitados. Después de esto el grupo indicó que yo bailara con mi papá, la canción que bailamos fue la de "Vals para una Novia", desde la primera vez que escuché esta canción supe que esa era la que quería, entró mi papá a la pista, Adán se retiró y empezó la canción, mi papá me abrazó y comenzamos a bailar, también fue algo muy muy especial, me han comentado que ciertas personas lloraron al vernos y escuchar la canción, al finalizar mi papa me abrazó y me dio un beso en la mejilla, todos nos aplaudieron y la fiesta empezó.
Entre canciones románticas, cumbias, pop, country y rancheras, la fiesta siguió, aprovechando que tenía mis tenis, no paré de bailar, quería disfrutar la fiesta, les pedí a mis papás que ellos se encargaran de los invitados porque yo iba a divertirme.
Hubo charolas de postres y botanas en las mesas, piñas coladas, margaritas, vampiros, whisky, tequila, y muchas otras cosas que los invitados nos mencionaron que les encantaron, de todo esto yo no probé más que una margarita, porque yo quería bailar.
Adán no bailó mucho, ya que a él no le gusta, pero siempre que lo hace, lo hace por mí, es una de las razones por la que lo amo.
También había una cabina de fotos, al día siguiente me pasaron un disco con todas las fotos de mis invitados, y que creen, en ninguna salimos Adán y yo, porque ni para eso me dio tiempo.
Se llegó la hora del brindis y de partir el pastel, bueno al menos para eso tenía que dejar de bailar, el grupo anunció que los papás y padrinos se acercaran a la mesa principal para hacer el brindis, nos llevaron las copas y los cuchillos, nos tomaron algunas fotos y dijimos "Salud" y pasamos al pastel.
Después de esto, continuamos a aventar el ramo y la liga, pasamos al centro de la pista, y se hizo la fila de quienes querían el ramo, empezaron con la música y a dar vueltas alrededor, lo aventé, y lo atrapó una amiga de la familia, después llegó el momento en que Adán metiera sus manos debajo de mi vestido y ¡oh, por Dios!, ahí estaba mi papá, él vería esto.
Pusieron una música algo seductora, Adán se agachó y comenzó a buscar, yo "sensualmente" le bailaba, creo que lo pusé algo nervioso, encontró la liga, y la aventó, esta si no sé quién la atrapó.
Y así continuamos con la famosísima "tanda del billete", después de tanto bailar Adán estaba exhausto, pero aún así siguió, bailamos tanto, que al final ya no servían mucho los tenis, yo también me cansé, pero valió la pena, recibimos una muy buena cantidad.
Al finalizar la tanda, continuó la fiesta por un rato más, después de esto, por fin dije que ya era momento de descansar, aproveché para que pasáramos por las mesas a saludar a los invitados, tomarnos alguna foto con ellos, y darles las gracias por habernos acompañado.
Pero como todo, esto también tenía que terminar. Se terminó la fiesta, no podía creer que algo que organicé por 18 meses, había terminado, pero era el comienzo de algo mejor, de lo que realmente quería, mi vida al lado de ese hombre.
Aunque para mi sorpresa esto no había terminado. Mis papás tenían organizado el "after" en mi casa, con menudo, cerveza, tequila, karaoke y no se que tantas cosas más. Los invitados se dirigían para allá, en lo que nosotros salíamos del jardín, sin embargo, Adán y yo estábamos exhaustos. Yo lo único que quería era quitarme ese vestido, por lo que si fuimos a la casa de mis papás, pero sólo a recoger mis cosas. Cuando llegamos, ya estaban ahí los invitados, ya les estaban sirviendo, algunos hasta estaban cantando ya.
Me fui directo a mi recámara y le dije a mi mamá que me ayudara a quitar el vestido, se suponía que eso era trabajo de Adán, pero después de haberlo hecho bailar toda la noche, no le iba a dejar esa otra tarea. Me ayudó mi mamá, me cambié, tomé mis maletas y bajé.
Había llegado la hora de despedirnos, se llegó la hora de que la niña de la casa abriera sus alas, me despedí de mis tías, de mi papá, pero lo más difícil fue la despedida con mi mamá, eso que tanto nos dijeron sobre "van a llorar", pasó, no sé que sintió mi mamá, pero fue difícil, sabía perfecto que no sería una despedida como tal, al día siguiente nos veríamos, sin embargo, era la nostalgia de que ya me había casado, ya no estaría en esa casa, ya no pasaría mis noches ahí, ya me iría a compartir mi vida al lado del hombre que amo.
Después, de despedirnos, salimos rumbo al hotel que se reservó para la "noche de bodas" y esto se los dejo a su imaginación.
Para concluir, me encantó mi boda, a pesar de mi hambre, nervios y demás, la disfruté muchísimo. Fue mi boda perfecta, me casaría de nuevo, y haría todo tal y como lo hice, a excepción de que bailaría poquito menos, pero me gustó cada cosa. La compañía de las personas que pudieron estar presentes, quienes no sólo me acompañaron en la fiesta, sino que estuvieron conmigo en el proceso, quienes me brindaron su ayuda en cada uno de los preparativos.
Leer los buenos deseos de cada uno en el libro de firmas, ver las fotos de los invitados y saber que como yo, también lo disfrutaron, fue uno de los mejores y mas lindos días de mi vida. Pero, principalmente, y lo mejor de todo es que ese día fue sólo el principio de algo aún más maravilloso.
La familia que ahora formamos Adán y yo, que aunque por el momento sólo somos nosotros dos (y bueno, un pequeño perrito llamado Lucas), tenemos grandes planes, para que esto que se comenzó con la unión en ese 11 de julio, sea el principio de la vida que ambos soñamos.
Porque la fiesta es sólo eso, una fiesta, la celebración de la unión de dos personas, puede ser tan mágica e increíble como ustedes quieran hacerla y disfrutarla al máximo, pero lo verdaderamente importante es lo que viene después.
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