La boda de Alberto y Karla en El Marqués, Querétaro

La crónica de nuestra boda

Crónica de una boda mágica e inolvidable

Nuestra boda fue todo lo que soñamos y más. Desde el principio sabíamos que sería una celebración especial, pequeña e íntima, rodeada de las personas más cercanas a nosotros. Lo que no sabíamos era que, a pesar de los imprevistos, cada detalle terminaría convirtiéndose en parte de nuestra historia con un toque único y memorable.

Todo comenzó con una ceremonia espiritual que nos llenó de paz y emoción. El ambiente era cálido y cercano, y con solo 45 personas, cada mirada y sonrisa se sentía aún más significativa. Fue uno de esos momentos en los que el tiempo parece detenerse, y solo existe el amor que nos rodea. Claro, no todo fue perfecto (¡literalmente!). Días antes, mi esposo se fracturó el pie en su despedida de soltero, pero ni eso nos detuvo. Él, con su espíritu inquebrantable, llegó a la boda con una mezcla de elegancia y humor, y juntos bailamos (con mucho cuidado) mientras todos nos acompañaban con aplausos y risas.

La fiesta fue el reflejo de quienes somos: cercana, divertida y llena de amor. Cada rincón de la finca estaba impregnado de detalles que nos representaban. La música, las luces y el ambiente hicieron que la noche se sintiera mágica, como si estuviéramos dentro de una burbuja donde solo existía felicidad. Bailamos, reímos, y compartimos momentos que quedarán grabados para siempre en nuestra memoria y corazón.