La boda de Alfonso y Myrna en Iztacalco, Ciudad de México

La crónica de nuestra boda

La verdad la planeación de la boda fue algo estresante, más que nada por el tema de la pandemia, ya que nos aplazaron la boda 5 veces, y como bien dicen... no hay quinto malo, en la quinta fue la buena. No todo salió como lo teníamos planeado, ya que aproximadamente 30 personas cancelaron un día antes por temas de salud, entre ellas tres de mis damas. De ahí en fuera y debido a que el salón se encargó de casi todo, la verdad no tuvimos mucho de que preocuparnos.

Si bien no todo fue perfecto hubo varias cosas que me hubiera gustado que fueran diferentes, como la víbora de la mar, ya que nuestro maestro de ceremonias no permitió que se acercaran a sostenerme y por poco me caigo al piso. Y bueno, salvo que alguien me indique otra cosa, se cree que la víbora de la mar representa los problemas y quién estará con nosotros en los momentos de dificultad. Por decisión de mi maestro de ceremonias, estaré sola.

También el baile de los novios, fue algo atropellado, ya que mis sobrinitos quienes eran los pajecitos, se atravesaron en todo momento, y a la hora del baile de los novios con los papás, el cual no teníamos contemplado ya que mi padre murió hace mucho, pero de último momento mi esposo decidió que si quería hacerlo por su mamá ya que era su ilusión. Así que pedí bailar con mi cuñado en representación de mi padre, ya que él siempre ha sido como un hermano. Al final, mi suegra no apareció en el baile aún cuando la vocearon varias veces, y se tuvo que repetir. Terminé bailando con gente que no tenía un valor sentimental importante para mí, con tal de que mi esposo pudiera bailar con su mamá.