La boda de Alfredo y Marisol en Álvaro Obregón, Ciudad de México

Por fin llegó la hora de vestirme, todas me ayudaron, cuando me miré al espejo no lo podía creer, me sentía la novia más hermosa del mundo… seguro a todas nos pasa lo mismo.

Por fin llegó la hora de la sesión formal, salimos hacia la Iglesia de San Jacinto en San Ángel cada quien por su lado, Alfredo llegó antes y ya me esperaba ansioso por verme, poco a poco me fui acercando hasta llegar hasta él, volteó y ¡Oh sorpresa! por fin nos vimos con nuestro look completo de novios, fue de los momentos más emocionantes, nos reímos, lloramos, nos besamos, por fin había llegado el día que tanto habíamos planeado y esperado.

Seguimos con la sesión de fotos por la iglesia y lugares hermosos de San Ángel como Villa San Jacinto, hasta que llegó la hora de la Ceremonia Religiosa, nuestras familias ya nos esperaban en el atrio de la iglesia, me encantó ver la carita de mi papá al verme se veía tan feliz y orgulloso, poder caminar de su brazo hacia el altar fue de los grandes momentos que ese día.

Durante la ceremonia todo fue muy lindo, mi primo el padre Alberto Carmona nos dirigió una hermosas palabras durante la celebración, al decir nuestros votos e intercambiar anillos, nos sentimos emocionados y felices de por fin unir nuestras vidas por siempre y para siempre, la iglesia lucía repleta por nuestros familiares y amigos que compartían este momento tan especial, eso nos llenó de alegría.

Al terminar la ceremonia nos fuimos al salón casi todo lucía perfecto, a veces no sale todo como uno espera pero de lo que se trata es de disfrutar, así que no se preocupen por nada y disfruten, todos aplaudieron a nuestra entrada con la canción "Eres tanto" de Alexander Acha, luego hicimos el brindis para después bailar nuestra canción "Te voy a amar" de Axel.

Nuestros invitados pusieron su huella en nuestro árbol y disfrutaron las golosinas de la mesa de dulces que nos regaló nuestra amiga Miriam, le quedó padrísima, de recuerdos se repartieron toallitas, espejos y ramitos de migajón que hizo mi mamá para las mujeres y para los hombres unas plumas con nuestros nombres.

Durante la cena disfrutamos de agradable música de saxofón, el menú fue una ensalada de espinaca con durazno, una crema de jitomate rostizado y lomo de puerco en salsa de queso roquefort con papa al horno. ¡Todo delicioso!

La pasamos increíble, abrimos la pista con la canción de "Vivir mi vida" de Marc Anthony, bailamos hasta que ya no podíamos más, reímos, nos divertimos, hasta brincamos la cuerda durante la batucada, cantamos. Lo único que puedo decir es que todo fue perfecto, tal como lo soñé, fue el día más maravilloso, el día que quedaría grabado en mi mente y mi corazón por siempre.