La boda de Ángel y Monse en Tepotzotlán, Estado México
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Á&M
18 Oct, 2013La crónica de nuestra boda
Había una vez dos chicos (Monse y Ángel) que se conocieron un 11 de noviembre y desde que se vieron por primera vez, experimentaron esa sensación de haberse encontrado, como 2 personas que hace mucho tiempo no se ven y de repente vuelven a estar juntos.
Vivieron aventuras extraordinarias día con día, unas fáciles, divertidas, estupendas, otras no tan fáciles y con un poco de obstáculos (luchando contra brujas malvadas, dragones, laberintos y caballitos de mar), pero cada una de ellas tan especial e importante para fortalecer su amor.
Al paso de 7 años de noviazgo, un buen día (14 de febrero de 2013) el gran chico (Ángel) después de meditarlo muy muy pero muy bien por fin le entregó en una cena mágica en un cofre con chocolates (deliciosos y encantados por cierto) el anillo de compromiso a la princesa (Monse, o sea yo); y así con una gran emoción y lágrimas de felicidad tomaron la decisión más importante de sus vidas y decidieron envejecer juntitos.
Y así fue, unieron sus vidas en matrimonio el día 18 de octubre de 2013 (día de luna llena y un día en sintonía con el universo según el feng shui), tuvieron que vivir un poco estrés ya que una bruja malvada casi se apodera del carruaje de la novia y por poco no llega al esperado momento, pero con un poco de luz divina y un chofer estrella, llegaron barriéndose al altar, dónde por supuesto ya estaba el apuesto chico esperando con nervios y desesperación a la novia (que casi nunca llega tarde).
Seguir leyendo »La novia entró del brazo de otro gran hombre (su papi que mide1.90 cm) y acompañada de su mami, y por fin fue entregada a los brazos de su gran amor.
Y la ceremonia transcurrió como debe ser, en paz y felicidad; con unas cuantas hadas (mis damas) medio distraídas, pero al pie del cañón para que nada ni nadie impidiera nuestra unión. Después llegó el gran momento en que la mitad de alma que poseía cada uno, se unió en una sola y ahora y para siempre no habrá nada que pueda deshacer la unión que Dios les concedió ese gran día.
Después como todo, como todo cuento raro hubo un gran banquete, llovió y llovió y llovió a cantaros (algunos aseguraban que eran bendiciones, eso espero) y los novios bailaron y bailaron y se rieron demasiado y lo disfrutaron tanto, hasta que el reloj marcó las 12:00 horas, no, las 2:00 horas, las 4:00 de la mañana, ¡sí!. Y el carruaje, el vestuario y hasta los invitados volvieron a su forma natural (muero de risa), pero todo fue inolvidable y el glamour no me importó (la novia quedó tirada rodando en el pasto del palacio y el novio mugroso y comiendo pastel de la base).
Ahora todo es maravilloso, con ciertos retos que superar, pero ninguno imposible, siempre aprendiendo a ser mejores personas, mejores compañeros de vida; así que seguirán creciendo y fortaleciendo su gran amor cada día para llegar a la vejez juntos de la mano y sonriendo en esta aventura inolvidable.
¡Ah! y para terminar no puede faltar: "Vivieron felices para siempre".
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