La boda de Antonio y Natalia en Boca del Río, Veracruz

Mientras eso sucedía en la Iglesia ya estaba lista la corte nupcial y el sacerdote pero faltaba la novia; todos juran que me tardé horas en llegar, si había tráfico inusual, yo calculo que la misa empezó 12:30, el sacerdote amigo de la familia nos dio la opción de confesarnos y así fue.

Trate de aguantar las lágrimas de felicidad desde el principio, pero al ver la cara de mi futuro esposo de emoción y escuchar los violines ya no pude más, la misa fue una gran reflexión de vida y todos aseguran que les encantó.

De la misa nos trasladamos a una locación seleccionada previamente para la sesión de fotos, ya con anticipación había seleccionado las poses para las fotos que nos gustaban con las damas y padrinos, absolutamente todas. Las realizamos lo cual nos llevó a una leve insolación; afortunadamente y gracias a dios se encontraba estratégicamente un puesto de las nieves típicas de Veracruz (El Güero), eso nos hizo sobrevivir.

Mientras tanto en el Club de Playa, ya se había dado acceso a los invitados para que comenzaran a disfrutar de las instalaciones, algunos niños ya estaban en la alberca o con las niñeras en las actividades infantiles, los adultos fueron recibidos con refrescante cerveza.

Nuestra entrada.

Decidimos hacer algo diferente y disfrazarnos con cascos de Daft Punk (Duo de DJs franceses) realizados por mi gran diseñador favorito y mi primo, por cierto aunque muchos desconocen el dueto fuimos muy aplaudidos bailando "Get Lucky".

Comenzaba con este baile un programa de 12 horas.

Mientras los invitados comenzaban con cerveza, naranjadas y limonadas estaba de fondo la marimba.

Llegó el buffet de mariscos (Chilpachole de camarón, paella, bife de pescado zarandeado, filete mignon en salsa de champiñón, lomo de cerdo a la naranja, pollo a la Cordon Blue, fetuccini y hamburguesas para los niños).

Al terminar la comida comenzó nuestro primer baile.

“I Can’t Take My Eyes Off You” versión de Muse (grupo de rock británico), otro lapsus de lágrimas de felicidad, mientras tocábamos guitarras inflables.

Así transcurrieron 7 horas más con un emotivo baile con padres y padrinos, discursos y hasta aventando al novio a la alberca al terminar la marcha fúnebre.

Un show de fuego, excelentes animadores que hicieron bailar hasta a mi amigo más rockero "I’m Sexy And I Know It"; no lograron cansarnos para poder llegar hasta la fogata en la playa. Existe la foto de los sobrevivientes, además de ganadores de una botella de torito.

Fue tan divertido, tan inolvidable, que sin duda lo volvería a hacer mil veces más, la compañía ,el amor en el aire, la presencia de mis hijos y la felicidad hicieron un gran boda.