La boda de Arturo y Mónica en Tlajomulco de Zúñiga, Jalisco

He escuchado que muchas novias no pueden descansar muy bien el día antes de la boda por los nervios, pero como siempre caí como roca en la cama, me levanté a las 9 a.m., y comenzó mi día, desayuno, llamadas de invitados, y algunos detalles extras, más todo marchó con singular calma,

A las 12 p.m. llegó mi maquillista muy recomendable Nancy Rocha (comercial), e inicio a maquillar a mi familia, yo salí de casa a recoger mis ramos muy cerca de mi casa, los cuales quedaron perfectos y muy económicos (así que busquen chicas no todo lo bonito es caro). En minutos regresé a mi casa todo para que me comenzaran a maquillar, el mejor momento ya que me encanta como uno luce después de unos minutos de iniciado el maquillaje, mis fotógrafos llegaron e iniciaron el dress up.

¿Qué les podre decir? nada que ninguna novia no haya vivido, las horas para las 5:30 se me pasaron en un abrir y cerrar de ojos. Así que pronto me vi con mi mamá, mi hermana y mi pequeña sobrina ayudándome a vestir, mi papá me acompañaba en alma ya que el falleció hace unos años, mi gran debilidad que mi papá no estuviera junto a mí en cuerpo ese día, porque sé que siempre está a mi lado en alma.

Bajar las escaleras para que se escuche el tan esperado “wow”, la bendición de mi mamá antes de salir de la casa y prepararme para recorrer nuestro camino al altar.

Algo gracioso, cité a las personas 30 minutos antes de la boda por esos de las impuntualidades, y cuando vieron que no llegaba a la hora citada en la invitación les pareció extraño. El auto en el que iba paró algunos metros antes de entrar a la iglesia, mi futuro esposo estaba con su mamá en la entrada de la iglesia, la más hermosa iglesia La Santa Cruz con más de 400 años de historia.

Al bajar del auto y caminar al altar sentí algo de nervios digo quien no estando a punto de dar un paso tan importante, mi coro en la iglesia fue el Vivaldi, al entrar parecía música de ángeles, por mi cabeza pasaba se entra a un paso moderado, paso intermedio, rápido, al final ni recuerdo como entré pero sabía que al llegar estaba el hombre que había marcado mi vida para siempre. Llegué y mi mamá le dijo unas palabras, él me dio un beso y el padre comenzó la homilía, la cual duró 1:40 minutos, nosotros perdimos la noción del tiempo ya que el padre nos había cautivado con su manera de oficiar la misa. Siempre pensé que mi novio sería quien derramaría más lágrimas en el altar ya que él es más sentimental, pero la sorpresa la di yo al momento de citar mis líneas, las lágrimas de la emoción no me dejaban ni hablar, me tomé unos minutos y continúe hasta el “si acepto”.

Creo que el momento máximo de una unión es al momento que uno se casa por la religión que ha profesado en su vida, para mi nuestra boda a la iglesia era más importante que la fiesta.

Al salir del templo tuvimos burbujas flotando por el aire y pétalos de rosas blancas, toda mi familia y amigos esperaban fuera del templo, y como no podía faltar entre los amigos de mi ahora esposo la tradicional corona de flores para el nuevo esposo y el letrero de: "Negro, los domingos son de NFL".

Camino al salón disfrutamos de los primeros momentos como esposos, al llegar ya nos esperaba un salón sin organización, digo no todo puede salir excelente siempre existe su arrocito negro, las mesas estaban repetidas por lo tal no sabían nuestros invitados donde sentarse, al final decidimos que ocuparan el espacio de su preferencia, y de esta manera hacer la tradicional entrada al salón, entre aplausos y sonrisas nos recibieron nuestros invitados, los cuales disfrutarían de música en vivo, foto cabina, una cena deliciosa y todo lo que pudieran beber.

Para mi casarme fue romper con todo lo que siempre me habían dicho, una hija de madre soltera no se casa, porque sigue patrones, para mi familia, la dicha de verme llegar al altar.

Soy muy feliz al lado de mi esposo, sé que los dos hicimos esfuerzos y sé que él se esforzó más, que hubo algunos detalles que no pudimos concluir como la luna de miel que es su momento por causas de fuerza mayor nos fue imposible. Pero lo más importante dice una película en la vida es amar y ser amado, y yo soy una mujer plena, amada, feliz; uno de los hombres más bondadosos, amorosos y dedicados me ha encantado la vida, se también que el camino no es fácil, pero sé muy bien que con ayuda de Dios, confianza, comunicación y conservando esta manera tan alegre de ser, llegaremos a formar una gran familia.

Esta es mi pequeña historia que paso a ser una de mis grandes historias en la vida.