La boda de Azael y Ileana en San Nicolás de los Garza, Nuevo León

La crónica de nuestra boda

El día por fin llegó, fui una de las tantas novias afectadas por la pandemia, y faltando un mes para mi fecha original, tuve que cambiarla un par de veces más, llegando la fecha más de un año después de la original. Aun así muchas cosas fueron modificadas para seguir los protocolos, pero eso no impidió celebrar y disfrutar cada segundo de mi gran día. A todos aquellos novios que siguen esperando su fecha, el día llegará y lo van a disfrutar cada segundo, así como yo el mío.

Después más de un año de espera, les voy a resumir un poco como fue el día, que estuvo lleno de nervios, felicidad, esperanza y diversión. Mi vestido de lentejuelas y bordado completo que brillaba con toda luz, mis zapatos color celeste, mi tiara replica de una tiara británica y peinado lo escogí con la firme idea original de cenicienta, y debo decir que fue como lo soñé desde el principio.

Tanto el salón como el menú fueron de mis primeras opciones, con unos ventanales enormes con vista a la ciudad de Monterrey, el menú de 4 tiempos y con toques románticos, pista de baile iluminada, pared de luces e iluminación estructural en azul. Mi arreglo tras mesa fue un arco de luces que cubría por completo los novios, y fue toda una odisea encontrar un proveedor que me diera la altura y tamaño que quería ya que lo había visto en un open house. Pero el proveedor que lo manejaba no lo tenía disponible el día de mi boda, así que tuve que conseguir otro, Daniel Moreno, lo cual fue 100 % cumpliendo mis expectativas, más un arreglo de flores en el centro con velas en la mesa.