La boda de Brian y Roxana en Ahome, Sinaloa
En la playa Invierno Dorado 2 profesionales
B&R
20 Dic, 2017La crónica de nuestra boda
Nuestra boda, aún, con sus altibajos fue lo más hermoso que nos pudo pasar. Creo que lo importante no es lo que ocurre a tu alrededor, sino el hecho de saber que estas con tu pareja, estás dando ese gran paso.
Hay cosas que te pueden afectar, pero ninguna vale la pena para llorar o arruinar ese día, todo pasará.
Cuando me estaban peinando mi suegra se desesperó por que tardaron horas en poder terminar mi peinado, pero yo aún seguía tranquila. Después cuando me iba a poner el vestido mi mamá nunca apareció y me vistieron mi suegra y mi novio. Cuando estábamos ya listos para salir de los nervios quería ir al baño y me tuvo que ayudar mi novio, fue cuando llego mi mamá y súper enojada porque él me había visto o aun peor: él me había vestido. Ya faltaban 10 minutos para la misa, así que salimos corriendo.
Como era miércoles y aún había escuela había muchísimo tráfico, para colmo la iglesia quedaba frente a un colegio, había fila de dos calles para llegar. Como mi novio no conocía la ciudad nos siguió a mi papá y a mí. Entonces y eran las 12, pensé que jamás llegaríamos y mi papá estaba comenzando a desesperarse, pitaba, pero nadie se movía y opté por bajarme de la camioneta y pedirles a todos que se movieran, con todo y mi vestido de novia y así logramos llegar a la iglesia. En la entrada de la iglesia me di cuenta que el mariachi no llegó, eso sí casi provoca que rompa en llanto, pero el sacerdote comenzó a cantar y todos los invitados a la boda, de verdad no lo esperaba. La misa fue muy emotiva, mi suegro está en silla de ruedas y mientras teníamos puesto el lazo comenzó a resbalarse. Entonces mi esposo estaba muy nervioso, volteé y le dije: “ve por tu papi”, le quité el lazo y corrió a cachar a su papá justo antes de que cayera, lo acomodó y regresó a mi lado, le puse de nuevo el lazo y mucha gente se puso emotiva.
Seguir leyendo »Terminando la misa, mi papá estaba tan nervioso (además que tiene principios de Alzheimer) que fue por la camioneta y se fue. Así que no sé cómo cupimos mis suegros mi esposo y yo en el carro y nos fuimos a buscar a mi papá. Estaba en su casa, me dijo que no sabía a donde ir, lo tranquilizamos, tomamos las cosas que faltaban, pero mi mamá aun no llegaba (para esto seguía molesta por lo de que no me vistió). Mi hermano agarró la camioneta y fue al salón, que estaba en la playa como a 20 minutos de donde vivimos a llevar adornos que faltaban. Cuando por fin llega mi mamá me dijo que esperaría a mi hermano para irse, porque su carro era muy bajo y no subiría al salón (fue el peor pretexto que he escuchado, pero no pude hacer mucho) y mi papá me dijo que se quedaría con mi mamá para que no se quedara sola.
Nos fuimos a la sesión de fotos en la playa, fue hermoso, no me importó meter mi vestido a la arena. Cuando llegamos al salón ¡sorpresa! Mi hermano seguía ahí, que cuando terminó la misa, los invitados se fueron directamente al salón y mi hermano se puso a ayudar a poner el mobiliario, cosa que harían los encargados a las 2 pm pero como la gente llegó a 1, se puso a servirles también de tomar mientras esperaban, por lo cual se acabó la bebida antes de tiempo. Entonces volteo con mi hermano y le digo: “vete por mis papás y por el pastel” esto ya a las 3 de la tarde que se supone que sería nuestra entrada. Como espacio o dato cultural, para mí además de unirme a la persona que amo, el hecho de casarse era para tener a mi papá ese día a mi lado, bailar con él. Pero pasó 1 hora, luego 2 y ni señales de ellos, mis tíos comenzaron a desesperarse, mi suegra también, nadie podía creer que mis papás no llegaran y yo me negaba a entrar sin mi papá. Mi esposo me decía que si iba a buscarlo, le dije que mejor solucionara lo que faltaba a los invitados (que como les dije hace un rato llegaron antes y se terminó la bebida, regresa y me da otra noticia que ¡casi me provoca un infarto! La boda la planeamos para 130 invitados, había 200 personas, mi mamá (sí, de nuevo) invitó sin los pases que le di, e hizo más invitaciones. Porque yo vivo en otra ciudad le deje una lista de los invitados, cosa que no respetó… eran 30 o 40 invitados de la familia de mi papá, como 30 de mi esposo, unos 20 amigos y ¡los demás eran de mi mamá! No había comida suficiente pues solo pedí para los 130. Como a las 5:30 por fin llegó mi papá y entonces sí ¡lloré!
Bailé con mi papá le dije cuanto lo quiero, luego bailé con mi esposo y al ver el atardecer mientras los dos bailábamos supe que todo valía la pena. Le dije cuánto lo amo y cuánto le agradezco que esté a mi lado en cada momento, que, así como en la boda, la vida estaría llena de momentos dulces o amargos, de cosas que quizá nos sacarían de nuestro juicio o nos harían casi estallar en lágrimas, pero solo vale la pena llorar por nuestros seres amados, por el hecho de tenerlos a nuestro lado. Y que al final estaríamos él y yo juntos abrazados en un momento mágico.
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