La boda de Daniel y Diana en Mérida, Yucatán
Al aire libre Verano Blanco y negro 2 profesionales
El 10/06/2016 249 1 0
D&D
10 Jun, 2016
La crónica de nuestra boda
Boda exprés, pero genial. Fue una boda relámpago, que se planeó en menos de 6 meses, en realidad estaba casada por lo civil hacía 10 años, y el 10 de junio de 2016 cumplíamos 11 años de casados, así que quería celebrar el matrimonio religioso el mismo día, para no tener 2 fechas diferentes.
Al inicio, el plan era irme de luna de miel después de la misa, ya que nunca tuve una, pero mis hermanas y familia insistieron en ayudar en todo para que se hiciera una fiesta, así que en abril de 2016 (2 meses antes) empezamos con los preparativos.
El vestido fue en color marfil, y era un vestido de noche corte sirena que encontré de oferta en una tienda departamental, ya que yo quería todo sencillo. Una semana antes se me ocurrió ponerle una crinolina para levantarlo, y quedó genial.
El tocado, velo, arras y lazo, fueron prestados por una prima que se había casado hacía 2 años, sólo incluimos en el velo y un tocado de flores negras y rojas, para dar un toque más elegante.
La familia de mi novio-esposo vino desde México y Panamá para estar presentes ese día, y a todos los hospedamos en la casa, y todos ayudaron con los recuerdos y detalles que se dieron en la fiesta (pañuelos, bolígrafos, velas aromáticas, café)
Seguir leyendo »El banquete fue para 100 personas en la Quinta Monarcas, tuvimos mesa de postres en lugar de pastel, luz y sonido, y un primo nos contrató mariachi como sorpresa. El clásico baile de los novios fue ‘Amor del bueno’ de Reyli, en versión salsa, y después de bailar mi esposo y yo, dijimos unas palabras de bienvenida a todos los asistentes.
Yo quería una boda diferente y a mi gusto, con los menores clichés posibles, y así fue. El día de la boda hubo una tormenta eléctrica, aun con carpas se mojaron las mesas, el sonido, y todo se retrasó por 3 horas, ya que tuvieron que cambiar la mantelería 3 veces, sin embargo, los invitaron llegaron, esperaron, y se quedaron hasta el final en su gran mayoría.
Al día siguiente, nos fuimos con la familia de mi esposo, la cual estaba de visita, a Chichen Itzá, Ek Balam y Temozón, un pueblito donde nos hospedamos, y denominamos ese viaje como "luna de miel en familia".
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