La boda de Edgar y Erika en Iztapalapa, Ciudad de México

Eran sensaciones bonitas, eran nervios por saber lo cerca que estaba de unir mi vida a la de mi ahora esposo. Caminé tranquilamente al altar, pero al tomar la mano de mi esposo sentí vértigo, un nudo en el estómago, sentía que temblaba, una emoción que no creo haber sentido antes.

La misa fue maravillosa, la charla del Padre hermosa, el dejarnos escoger las lecturas fue fantástico, ya que no esperaba menos, todos estuvieron super atentos y siguen recordándome las palabras que nos dio ese día el padre. Nosotros nos encontrábamos de espaldas y no habíamos visto que la iglesia estaba casi llena, que casi todas las personas que invitamos llegaran a misa fue bellísimo, cuando el Padre nos dijo que éramos queridos y que a nuestro alrededor había personas maravillosas que nos deseaban lo mejor fue cuando nos hizo voltear y mi esposo casi llora en ese momento. No encuentro todavía las palabras para agradecer a cada una de las personas que estuvieron presentes con nosotros ese día.

El salón no tengo más que palabras de agradecimiento por todo lo que nos ayudaron a que todo saliera casi perfecto, siempre hay esos pequeños detalles que fallan, sin embargo, no fueron perceptibles para nosotros, ya que casi todo se solucionaba sin tener que llegar a nosotros. Mi familia, mi nueva familia y amigos disfrutaron totalmente la fiesta igual que nosotros.

Mi esposo junto con sus locos amigos y hermano, ensayaron meses para darme una super sorpresa con espectáculo incluido, bailaron una super rutina que perdí la cuenta de cuantas canciones fueron, y al final de la última canción la sorpresa incluía que todos nuestros amigos y familiares formaran un círculo y bailaran con nosotros, eso fue lo que más le gusto a mi esposo y a mi por lo feliz que se veía, con esta sorpresa todo mundo me preguntó: ¿y nunca lo sospechaste? Pues sí, un poco pero que estuviera convencida para nada, a veces él sigue siendo todo un misterio para mí. Y sobre todo porque no sé de dónde saca tiempo para hacer esas locuras pero ahora entiendo todo el cansancio acumulado que se reflejaba en él.

Siempre hay cosas que quisieras haber cambiado en un día tan especial, a pesar de ello acepto y agradezco cada cosa que nos pasó y los momentos que compartimos con todos nuestros seres queridos.

Tengo un carácter difícil, él lo sabe y me ayuda a ser mejor persona, lo amo profundamente, sé que no será nada fácil esto del matrimonio pero definitivamente no creo haber encontrado a una mejor persona para intentarlo, recorrer este camino juntos y decir, lo logramos.