La boda de Eduardo y Karen en Reynosa, Tamaulipas

La crónica de nuestra boda

El día se sentía diferente, especial. Desde pequeña había soñado con mi boda, y como era algo que realmente esperaba creí que lloraría mucho, pero no, nadie podia quitar la sonrisa de mi cara desde el momento en el que vi a mi esposo ahi esperándome en el altar. Al principio la verdad estaba muy nerviosa porque tuve unos problemitas de tiempo con maquillaje y peinado ya que también arreglarían a mi mamá y mis 3 damas, tenia miedo del vestido, de no verme como yo lo imaginaba y aunque si pudiera regresar el tiempo cambiara algunas cosas, si estoy satisfecha de como resulto al final.

En los pasillos del hotel donde me arreglé estaban esperando mis abuelitos para verme por primera vez y fue un momento muy emotivo. Después siguió la ceremonia religiosa que me dio un microinfarto porque me decían que mi prometido no había llegado y yo ya estaba lista para entrar, entré en pánico pero resultó que estaba en el baño; casi me desmayo de la preocupación.

La iglesia fue perfecta, al salir fuimos a tomar fotografias las cuales tuvieron que detenerse ya que me sentia muy mal, me dio como golpe de calor y al recuperarme ya debíamos ir a la ceremonia civil. Tomamos algunas otras fotos, la verdad el lugar estaba decorado hermoso y en lo que llegaba gente al salón a nosotros nos pusieron en el saloncito donde había sido el civil. Al momento que me indican que ya vamos a entrar veo que la gente del banquete anda a la vuelta y vuelta y me dicen que hubo un problema con la comida y ¡y yo a punto de entrar! pero mi coordinadora estrella, mi mamá y mi wedding coach se encargaron de todo, se cambio el orden de el vals y discursos en lo que calentaban la comida en otro lugar.