La boda de Eduardo y Karina en Nacajuca, Tabasco
Rústicas Otoño Blanco
E&K
10 Oct, 2020La crónica de nuestra boda
Nuestra boda inicialmente era el 4 de abril de este agridulce año 2020. Como sabrán, por la pandemia la tuvimos que posponer y volver a posponer, pero mi ahora esposo y yo, queríamos empezar una vida juntos después de 5 años de noviazgo. Así que, después de tanta incertidumbre, milagrosamente pudimos encontrar una fecha en el registro civil, ahí nos hicieron redactar una carta donde asegurábamos que no realizaríamos alguna fiesta por la boda.
Cuando nos dimos cuenta teníamos días para preparar nuestros exámenes clínicos y últimos requisitos, ya que nosotros ya teníamos la mayoría hechos (por nuestra fecha inicial 4 de abril). A 15 días de la boda encontré un vestido sencillo pero bonito, justo para la ocasión, cabe mencionar que mi vestido largo y con velo lo dejaremos para la fiesta, la cual esperamos se pueda realizar pronto. En cuanto me medí el vestido corto, supe que era el indicado para dar el sí, mi esposo usó guayabera blanca.
Nuestros amigos y familiares estuvieron más que felices de nuestra unión, obviamente no pudieron estar muchas personas acompañándonos, solo estuvieron los testigos, mis padres, mi suegra, mi suegro no pudo acudir ya que presentó síntomas del virus y prefirió empezar su cuarentena (mis suegros no viven juntos, así que mi suegra pudo ir sin ningún problema). Además de ellos, nos acompañaron algunos hermanos y amigos en común, el fotógrafo nos hizo el favor de acudir para volver inolvidable el momento de nuestro matrimonio con sus bonitas fotos.
Seguir leyendo »Todo fue muy diferente a lo que yo soñaba y esperaba de uno de los días más importantes de nuestras vidas. Acudimos con cubrebocas, el gel siempre estuvo presente, así como la distancia. A pesar de todo eso, sentí que solo estábamos mí ahora esposo y yo sin nadie más, y por un instante olvidé que estábamos atravesando una pandemia, fue increíble mirarnos a los ojos y dar el sí.
Después de las firmas y las fotos, nos dirigimos a un restaurante de mariscos, muy cerca del registro civil, solo acudimos los testigos, nuestros padres y nosotros, no éramos muchas personas en el lugar y se reservó un privado para evitar estar muy juntos.
Nos sentimos muy bendecidos, porque en medio de la tormenta, hubo un rayito de luz para poder unir nuestras vidas en matrimonio.
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