La boda de Eric y Monik en Playa del Carmen, Quintana Roo
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E&M
15 Feb, 2014La crónica de nuestra boda
El día de mi boda, fue muy hermoso. Viví de todo con mi ahora esposo, pues él, es del DF y yo soy de Puebla. Intentamos hacer la boda en México, pero el tema de proveedores era muy complicado, así que fuimos a un expo tu boda el 30 de Junio del 2013 y decidimos hacerla en Guadalajara, con todo lo que implicaba.
La fecha la pusimos para el 15 de Febrero del 2014, porque queríamos que fuera en un sábado de Luna llena. Visitamos muchos salones y me enamoré de Villa Cantabria (del mismo dueño de Villa Toscana en San Agustín, Tlajomulco de Zúñiga), ahí me vi por primera vez en nuestro primer baile, porque la naturaleza rodearía todo el evento.
Mi mamá me hizo un préstamos de $30,000 que era con lo que me podía comprometer porque aprox mi bono anual de marzo llegaría de esa cantidad y era lo que iba a poder cubrir de inmediato para no endeudar a mi mamá con más dinero, así que para pronto, todos los gastos se tuvieron que reducir.
De último momento, mi prometido se puso a negociar con los proveedores. Sin embargo, las cosas no fluían y estábamos a 4 días de la boda, con la desesperación en el aire y los 2 solos armando todo.
Seguir leyendo »El día martes 11 de febrero fui a la iglesia a hablar con el Padre, para decirle que queríamos aprendernos los votos y decirlo de memoria, así que nos dieron la copia de la hoja y nos dio la bendición. A partir de ese momento, todo comenzó a fluir, pues ya estábamos resignados a que no tendríamos limosina porque el padrino tuvo otro problema económico y ya nos había dicho que no podría. Pasamos por fuera de Grupo Legacy y vimos las limosinas y nos dejaron elegir entre todas las que tenían disponibles. Yo elegí la Lincoln negra, que me pareció muy elegante y hermosa. Aunque las Escalade blancas estaban increíbles, mi presupuesto no daba para esas, así que me conformé con la chiquita negra.
Eric negoció con el coro Bel Cantoy tuvimos 3 sopranos y un pianista.
Con las fotos no fue posible negociar, porque el señor nos dijo que otras parejas le habían pedido crédito pero que al final, no habían ido ya por sus fotos, no podía creer eso, quien iba a querer olvidar el estudio por no pagar. Así que no tuvimos fotografía profesional y perdimos el anticipo que habíamos dado.
Unos días antes, fuimos a Federalismo, al mercado de las flores y también Eric negoció con la señora que nos hizo los centros de mesa y los arreglos de la iglesia y acordamos que el sábado por la mañana iríamos a recoger los arreglos para llevarlos al salón (ya no teníamos ni un fierro para pagar el flete).
Un día antes de la boda, pagamos el salón, el pastel, el coro y me fui a poner las uñas con mi abuelita y mi mamá que llegaron ese día para poder ayudarme a atender los pendientes del sábado.
El sábado por la mañana, Eric fue a teñirse la barba (que de tanto nervio le comenzaron a salir canas) y nos lanzamos por las flores. A las 12 del día estábamos entregando en el salón el primer viaje de flores y aún nos faltaba otro, pero a mí ya no me daba tiempo regresar, por lo que a las 3 de la tarde, antes de llegar al salón me fueron a dejar a la casa y llegó la chica que me iba a maquillar, me bañé en 10 minutos, salí, me comenzó a maquillar, llegó mi tío que me peinó. Eric llegó corriendo por su traje para irse al hotel a bañar y cambiar y ya no verme y antes de eso, tuvo que ir a comprar el alcohol, que mi papá iba a traer de Puebla y a la mera hora no lo trajo y me envió el dinero con mi hermana, por lo que a las 5:15 de la tarde, Eric lo estaba negociando, porque mi papá mandó menos dinero y ya no alcanzaba para las botellas que habíamos presupuestado.
A las 6 de la tarde me estaban terminando de peinar el fleco. De volada mi hermana, quien fue mi dama de honor, me puso el vestido, mi abuelita y mi mamá aún se estaban arreglando, mi tío se cambió rapidísimo, la limosina ya estaba afuera esperándome. Mi sorpresa fue, que no me mandaron la Lincoln negra porque justo a la mera hora ya no arrancó, así que me mandaron una Escalade blanca de las hermosas para las que no me alcanzaba y me la dejaron al mismo precio que la Lincoln.
Salimos rapidísimo de la casa y Eric ya estaba llegando a la iglesia. Nos casamos en Bugambilias, así que ya se imaginarán el trafical que se hace en López Mateos, la limosina se fue a dar la vuelta para entrar por López Mateos hasta la calma, cuando yo vivo en Copérnico y El Colli y podía salir más rápido por el periférico. Estaba nerviosísima, se me revolvía el estómago, nadie me quería decir qué hora era, todos me trataban de calmar, y yo estaba muy preocupada ya por la hora. Llegué a la iglesia y toda la gente estaba afuera viendo la limosina. Me llené de miedo y no quería bajar, pero también sabía que era tardísimo y el padre ya estaba fuera esperándome. Bajé de la limosina, vi a mi papá parado esperándome (no lo veía desde navidad), lo abracé y nos alistamos.
El padre rapidísimo dijo como se acomodaran todos y comenzaron a entrar. Comenzó la marcha nupcia de Wagner y entré con mi papá, me iba preguntando si tenía que decir algo o si le ponían micrófono, le decía que no sabía y él me decía que caminara más lento. Todos se me quedaban viendo y me temblaban las piernas, me moría literal de miedo y aún así estaba en el momento de gloria que pensé que nunca llegaría. Llegué al altar, mi papé le dijo unas palabras súper emotivas a Eric y comenzó la misa. En ese momento Eric volteó a verme y me preguntó si había echado los globos de cantoya a la limosina y en ese momento me acordé de que ¡no! Se me habían olvidado.
La misa estuvo increíble y hermosa. Cuando llegamos al momento de los votos, el Padre nos preguntó si nos los habíamos aprendido, y le dije que no, (de verdad no habíamos tenido tiempo) y el Padre nos dijo, yo les ayudo.
Cuando llegamos al salón, una vez más Eric tuvo que negociar con los meseros, pues ya en el contrato nos habían dejado muy claro que estaban prohibidos los fuegos artificiales y los globos de cantoya y sí nos dejaron hacerlo. Hubo mucho frío, así que sí fue necesario bajar las lonas que eran las paredes del enorme toldo, pero aún así, la gente tuvo tiempo de disfrutar el maravilloso jardín que rodeaba la terraza.
La cena estuvo muy rica, fue solo un tiempo pero me gustó, aunque mucha gente comentó que se quedó con hambre. Cuando la cena estaba en curso, entró el coro de sopranos, estuvo bellísmo, me encantaron y encantaron a la gente. Ellos cantaron la de "A Mi Manera" y fue nuestro primer baile, ya se imaginarán como se escuchó con sopranos esa canción. Y con mi papá bailé "Y como es él" también cantada por sopranos. Nos encantó. Y entonces arrancamos la fiesta con salsa, ya que a nuestras familias les encanta ese género.
La verdad es que no queríamos una boda tradicional, así que hicimos por eso cosas fuera de lo común. No hicimos la víbora de la mar, ni la marcha fúnebre ni esas cosas, porque no nos gustan, pero buscamos llenarlo con otras cosas bellas. Aunque en muchos momentos estábamos estresados por lo que seguía porque nosotros éramos los mismos organizadores.
Cuando llegó el momento del pastel, Eric escondió el anillo en una rebanada, entonces, anunciamos el tema y todo el mundo se emocionó y se levantó por su rebanada, para que no hubiera truco y cada quien escogiera el que creía era el lugar oculto.
Se lo ganó mi amiga Silvia, que además fue quien me maquilló porque a eso se dedica. ¡Mis 8 damas estuvieron increíbles!
La boda terminó alrededor de las 2 am y como todos habían rentado autobús para venir a Gdl pues se regresaron así a su hotel.
Nosotros ya no teníamos limosina, pero en nuestro coche nos metimos mi mamá, mi abuelita, mi hermana, mis 2 sobrinos, Eric, el poco pastel y recuerdos que sobraron y yo. Fuimos a casa a dejarlas a ellas y las cosas y nosotros nos fuimos al hotel. Y como la familia de Eric había rentado más de 10 habitaciones, nos regalaron 1 noche en una suite que además arreglaron celestialmente. Fue una noche increíble que disfrutamos mucho a pesar de estar sumamente cansados.
Al siguiente día vimos a mucha gente en el desayunador y todos nos felicitaron por que además, todo lo que hicimos lo hicimos solos, de verdad apreciaron mucho el esfuerzo y nos llenaron de tranquilidad al saber que todo les gustó.
El domingo por la mañana despedimos a nuestras familias porque nosotros nos arrancamos a Nuevo Vallarta a disfrutar de nuestra luna de miel con lo que juntamos en los cochinitos que compramos en Chapultepec. Y ya sabrán, la familia aprovechó para conocer Guadalajara y Tonalá, todos estuvieron muy contentos y Eric y yo, felices, porque el sueño que un día vimos imposible se hizo realidad. Soy la mujer más feliz del mundo, no cambiaría nada, todo fue increíble.
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