La boda de Erick Samuel y Peniel en Gustavo A. Madero, Ciudad de México

Y le dije sí, pero era un sí entre emocionada y triste a la vez porque lo notaba raro, fuimos a comer y él me dijo que quería decirme algo importante, que sabía que cambiaría todo pero que valía la pena cuando en eso, se hincó y de su saco sacó una cajita con un muy bonito anillo.

Después de eso comenzó todo, un año de preparativos, pruebas, peleas, sonrisas y diversión.

Para la boda, lo primero que hice fue decirles a mis amigas y obvio decirles que si querían ser mis damas de honor y ellas estuvieron para mí en todo momento, desde ir a escoger el vestido hasta la lencería para la noche de bodas.

Los nervios unos meses antes no se me hacían notar, yo creía que todo iba bien, que todo saldría perfecto para ese día, pero ¡oh sorpresa! una semana antes ya comenzaba a tener los nervios de punta, todavía faltaba mucho por hacer y me estresaba por todo.

Un día antes, me desperté temprano para terminar lo que tenía que hacer, mi mamá me acompañó al salón a dejar todos los arreglos florales, a aclarar cosas con el capitán y de ahí nos fuimos a la iglesia, tenía que adornarla, y como les dije antes, mis damas en todo momento conmigo, nos vimos alrededor de las 5 de la tarde para comenzar a arreglar la iglesia, puse una alfombra roja, tul blanco con flores y acomodamos las sillas.

A las 6:30 de la tarde nos entregaban los arreglos florales en el mercado de Jamaica, fuimos todas en la camioneta de mi mamá, nos tardamos porque yo quería más detalles de flores, cuando salimos para irnos a la iglesia resulta que la grúa se había llevado la camioneta, No teníamos cómo regresarnos y llevábamos muchas cosas, mis amigas comenzaron a llamar a sus novios para que nos auxiliarán pero en lo que llegaba se nos hizo más tarde, como pudimos llegamos a la iglesia, terminaos de adornar y ahí nos dieron las 12 de la noche.

Mi mamá y yo nos regresamos a casa, terminaos de ver que faltaba y nos dieron las 2 de la mañana, yo súper cansada y mi mamá también.

A las 7 de la mañana llegó la señora que me arreglaría, tardó como 3 horas, después llegó el fotógrafo para comenzar con la sesión de fotos y hasta ese entonces aún no tenía nervios.

Dieron las 12 de la tarde y llegó el auto que me llevaría a la iglesia y ahí comenzaron los nervios.

Como toda novia llegué tarde a la iglesia, la ceremonia comenzaba a la 1:00 y yo llegue 1:15 pero fue intencional, sobre la autopista México- Puebla había dos choques y cuando vi la hora comencé a ponerme nerviosa, creí que no llegaría o que él se enojaría.

Cuando llegué a la iglesia mis damas ya me estaban esperando, mis papás en la puerta, todo muy emotivo, cuando bajé del auto, mis papás me abrazaron, me dijeron que me amaban y que estaban felices de verme así, fue un momento tan hermoso que me dieron ganas de llorar y mis amigas me decían que no que respirara, ¡los nervios al 100!

Mi papá me tomó de la mano, vi que entraron mis damas y como a los 2 minutos la tan esperada marcha nupcial caminando despacio, del brazo de mi papá, voltee a ver a mi futuro esposo con una cara de emoción y de querer llorar.

Y pues así fue como les puedo contar un poquito de lo que pasó en mi gran día, me casé una pequeña iglesia Cristiana, mi sesión de fotos fue en bellas artes y mi esposo se veía increíble, obvio yo más ¿no?

Espero que a las que les falte por llegar al gran día leyendo mi historia se emocionen, cada boda es diferente y pasamos cada una por algo especial.