La boda de Esteban y Patricia en Morelia, Michoacán

Mientras tanto mi mamá hacía los centros de mesa. Quería que fueran de estilo industrial así que salimos a conseguir ramas secas y mi mamá las pintó y las arregló poniéndoles hojas de colores otoñales. Colocó las ramas sobre bases de madera negra con piedritas blancas. Y por último agregamos una serie de luces led a cada centro. El resultado: ¡hermoso! Lo más caro fueron las luces led, $80 cada una, de ahí en fuera el material para los centros de mesa fueron muy económicos, básicamente pintura, las piedritas las conseguimos en Home Depot.

El menú lo elegimos cuando faltaba apenas un mes para la boda, decidimos hacer una entrada muy fresca de espárragos, de plato fuerte pollo con salsa de naranjos y de postre panacota de lima, además de un pastel delicioso de chocolate del museo de la Calle Real aquí en Morelia, se los recomiendo ampliamente, se llama Limantour (el cual por cierto encargamos apenas una semana antes de la boda sin problema). De bebidas ofrecimos whiskey, ron y tequila para deleitar a nuestros invitados que veían de diferentes partes.

Mientras tanto yo elaboré mi propia liga. De hecho, hice 2. La idea era conservar una de recuerdo, pero el día de la boda ya entrados en la emoción decidimos aventar las 2 ligas. Los recuerditos fueron jabones artesanales que la mamá de una amiga fabricó, a las chicas que son de Morelia les paso el dato, son de muy buena calidad, huelen delicioso y si lo que buscan es un recuerdito sencillo pero bonito se los dejo, se llaman Jabones Kari.

Mi maquillaje lo realicé en Raheli Studio… ¡totalmente recomendado! Las chicas son super atentas y respetan el estilo que uno quiere. Totalmente satisfecha con su servicio.

Finalmente llegó el día de la boda, increíble pero cierto, ¡ensayamos el vals un día antes de la boda! Esto es lo único que debo confesar que sí requiere más tiempo, no quedó precisamente perfecto, pero se hizo el esfuerzo.

El gran día llegó, el clima estuvo super bonito, frío otoñal, pero sin lluvia... El salón lo arreglaron tan bonito que desde que entré me invadió el sentimiento como de nostalgia. Al principio de la boda de hecho fue nostálgico, la ceremonia, los aplausos y felicitaciones, la música noventera, el brindis emotivo que fue dirigido por un gran amigo de mi esposo y quien es mi actual tutor académico, el vals… Por cierto, la canción fue el tema del Increíble Castillo Vagabundo. Posteriormente se sirvió la cena ambientada con música de saxofón en vivo. Después aventamos el ramo y las 2 ligas y se abrió el pachangón, super divertido. Debo mencionar que se consumió mucho menos alcohol del que esperábamos, sobraron muchas botellas. ¡Creo que fue porque los invitados se la pasaron bailando! Así que finalmente todo estuvo muy bonito y divertido.

Ese día siempre pasan imprevistos, en mi caso, el coche que se supone me debía llevar al salón no llegó, la canción que pedí para el inicio no fue y en su lugar sonó una canción horrible, hubo momentos de silencio, la cena se alargó por lo que se recortó el tiempo para el baile alocado... pero finalmente la presencia de los seres queridos es lo más importante. Cuando veo las fotos con mi familia, con nuestros amigos, todavía se me llenan los ojos de agua al pensar que somos muy afortunados por compartir una noche tan especial con las personas que tanto queremos. Eso es lo más importante de una boda creo. Finalmente, los colores, el vestido, el menú, las canciones, es divertido preparar y fantasear con esos detalles, pero lo más importante es ver los ojos de tu pareja y sentir todo el cariño de los invitados. Ese es el recuerdo más bonito que tengo sobre mi boda.

P.D: el fotógrafo lo contratamos una semana y media antes del evento, otro servicio totalmente recomendado, el chico se llama Rodrigo Machorro, qué servicio tan bonito el de este chico.