La boda de Francisco y Rebeca en Jiutepec, Morelos

La cita sería en Hacienda de Cortés, una bonita hacienda en Jiutepec, Morelos, la cual tiene todo para el día perfecto: bellos jardines, riachuelos y sobre todo, una planner súper capaz y con una lista de contactos de confianza para cubrir todo lo necesario.

He de confesar que toda la parte de elegir vestido y accesorios fue muy fácil, solo dos días bastaron para tenerlo todo. Gracias a atelier Nussa, ¡el vestido que elegí fue perfecto!

El día llegó, el día fue el adecuado para todo: soleado, con temperatura perfecta, o al menos así lo sentíamos, pues no cabíamos en nosotros de felicidad, pues después de tanta planeación de ambos, por fin lo íbamos a vivir. Siempre estuvimos juntos, en cualquier momento previo a la boda, desayunamos, nos pusimos nerviosos, platicamos y reímos para relajar el ansia que nos comía.

El primero en arreglarse fue Paco. Mientras me maquillaban, apareció totalmente cambiado: nunca en mi vida olvidaré esa imagen, pues era todo sonrisas y elegancia. No me cansaba de verlo.

Una vez estuve lista, salió para darme espacio para cambiarme. A esa parte la llamé "operación vestido", pues iba un poco retrasada ¡y tuve que cambiarme en 5 minutos! Afortunadamente Paco entró a ayudarme a dar los toques finales de mi atuendo.

La sesión de fotos fue breve pero encantadora: gracias al excelente trabajo de Jehú Camacho y su equipo de trabajo, se lograron unas tomas increíbles.

La ceremonia fue la cosa más emotiva y especial de mi vida. Dicen las supersticiones que si la novia llora, no derramará lágrimas en su relación de casada. Yo creo que derramé tantas lágrimas que cubrí mi cuota, pues con las palabras que mi ahora esposo pronunció como votos, no paraba de reír y llorar al mismo tiempo. Con ello, sellamos el contrato de ser amigos, compañeros, y ahora esposos.

El cóctel de bienvenida estaba incluido en el paquete que contratamos con la hacienda: tres elecciones de bebidas y tres de canapés. Sinceramente, el servicio brindado fue perfecto: todo tenía un sabor espectacular y la atención de los meseros fue impecable.

Antes de ir al jardín de la recepción, nos tomamos un par de minutos para despejarnos, cambiarnos, reír y alistarnos para lo que venía, una celebración en honor a los dos.

En la organización, acordamos que no sería una boda convencional, que sobre todas las cosas, tendría la esencia de nosotros. Nuestra canción de entrada fue "Friday i´m in love" de The Cure. Todos estallaron en aplausos, asombrados de la elección realizada.

El menú fue divino. Ambos somos chef, y sinceramente fue muy complicada la elección del menú, pues había tantas opciones que nos sorprendió el abanico de estilos y sabores que nos ofrecían. El menú quedó así: de entradas: tacos de pato y nidos de queso crema con salmón ahumado, de sopa, crema de cilantro con uvas verdes, plato fuerte, pollo relleno de plátano macho con mole de zarzamora y arroz pilaf y de postre buñuelos con miel de guayaba.

Nunca en la vida había probado una comida de evento tan deliciosa como la de nuestra boda. He de hacer un especial agradecimiento a Liliana Ocampo, nuestra organizadora y a banquetera Terán, los encargados del evento, por parte de Hacienda de Cortés, por tan excelente servicio y atención. Una vez terminado el banquete y energizados con dos expressos dobles, procedimos al primer baile.

Aquí viene la sorpresa: para llamarnos a la pista, un par de nuestros familiares subieron el estrado del conjunto e hicieron una mímica del video de Sugar, de Maroon 5, encendiendo el ánimo de todos. Concluyendo, comenzamos nuestro primer baile como esposos: "You will never find" de Michael Bublé y Laura Pausini sonaba mientras danzábamos en medio de sonrisas y una que otra lágrima.

Ahondaría más en detalles, pero estaba tan emocionada que todo lo que recuerdo es un borrón de colores, tipo Alicia en el país de las maravillas. Para poder guardar las bonitas dedicatorias de nuestros familiares, contratamos a Sweet Memories, de Nina Quezada, para realizar un árbol de los deseos, que quedó espectacular.

El sueño de ambos se cumplió, pues nuestra boda fue de todo menos común. Agradecemos a Combo Latino, los encargados de la música, el espacio que le brindaron a Paco para poder tocar un par de canciones en batería, haciéndolo el chico más feliz de la tierra.

Entre baile, lluvia, sonrisas y felicitaciones transcurrió nuestra boda, un día que definitivamente viviría de nuevo, pues el simple hecho de compartirlo con la familia y el amor de mi vida logró que sea uno de los más bellos días de mi existencia.