La boda de Guillermo y Liliana en Pachuca, Hidalgo

Recuerdo y me causa mucha risa ahora, porque días antes llegué a pensar que tendríamos algún detalle mayor, habíamos tenido retrasos con algunos proveedores: en nuestra boda tuvimos un espacio para romper piñatas, pues el proveedor tardo más de una semana en entregarlas de acuerdo a la fecha prevista y cambiar de proveedor ya no era una opción, con el maquillaje me pasó lo mismo… Me cambiaban constantemente las fechas y horarios para las pruebas de maquillaje y con el lugar del banquete dos días previos a la boda nos hicieron un incremento injustificado en el costo, el cual lógicamente no teníamos presupuestado, pero que en realidad en ese momento en lo que nosotros estábamos más concentrados era en continuar con todo lo que teníamos programado.

Finalmente, llegó el día, iniciamos muy tranquilos la mañana, pero sin lugar a dudas los retrasos de lo que uno no prevé, en mi caso los retoques de maquillaje, el tener listo todo antes de salir de casa para llegar a la ceremonia, y en el caso de mi esposo un tráfico espantoso que lo hizo llegar unos minutos tarde; sin embargo, llegamos… Estaba toda nuestra familia y él esperándome en el altar, los nervios en un inicio nos dejaron en un stand by de unos minutos, pero luego volvimos en si, por lo menos así me pasó ja, ja, ja para disfrutar de la celebración religiosa, y del momento que nos encontrábamos viviendo. De ahí al terminar nos aventuramos a la sesión fotográfica muy especial, ya que fue en aquella zona del centro en dónde comenzó nuestra historia, honestamente nos divertimos mucho, fue una sesión tan natural y ahora que nos han enviado el material previo (Imago Digital, a quienes recomendamos ampliamente a través del portal), hemos comprobado que efectivamente ese día y todos los días posteriores han sido muestra y reflejo vivo del amor que nos tenemos, no hay manera de disimularlo.

A la llegada al salón nos encontramos con algunos detalles sobre cobros adicionales que nunca nos informaron, pero que al final terminamos pagando, en resumen no volvería ni recomendaría al lugar para nada, en un inicio nos decidimos por este sitio por la cercanía a la iglesia y por la accesibilidad para nuestros invitados, además de que previo al evento había una disponibilidad y amabilidad exagerada por parte del proveedor (desde ahí hubiese pensado que algo andaba mal, pero lo pasamos por alto y la verdad es que uno confía en la gente). Con todo esto, altas y bajas y los detalles, la verdad agradezco a mi familia y a la de mi esposo porque nos apoyaron a coordinar muchas cosas en el evento (cosa que le correspondía al lugar), con la finalidad de que nosotros no nos preocupáramos y nos dedicáramos a disfrutar nuestro día... llegó la hora del baile, muy emotivo también con nuestros padres y nuestro primer baile como esposos oficialmente, nos dispusimos a celebrar, bailar y disfrutar con nuestros amigos, a disfrutar de todos los que nos acompañaron, de la maravillosa mesa de dulces, el baile, la víbora, de cada detalle que visualizábamos y que hasta ese día vimos materializado. Sin lugar a dudas el mejor día de nuestras vidas y que a pesar de los contratiempos los disfrutamos como nunca. Algo que me queda decir es que futuras novias… Despreocúpense y concéntrense en vivir ese día… solo es uno y no se repite la emoción de decir “Sí, acepto” frente a Dios (somos católicos), tus padres, familia, amigos, pero lo más importante uno al otro.