La boda de Héctor y Ariana en Durango, Durango
Elegantes Verano Morado 5 profesionales
H&A
21 Ago, 2015La crónica de nuestra boda
Eran aproximadamente las 9.30 am del tan esperado 21 de agosto de 2015.
Tocaron la puerta de mi recámara y era mi mamá que entró con un arreglo hermoso de 24 rosas rojas, con una tarjeta de mi prometido, que decía: "Gracias por ser parte de mi historia, bienvenida al mejor día de tu vida". De un salto dejé la cama, y agarré el celular para enviarle un mensaje, el cual no fue necesario, pues en ese momento iba entrando a mi recámara y nos dimos un gran beso.
Como nuestra boda fue totalmente DIY, gran parte de mi familia que vino de visita de diferentes lugares, mi prometido, mi dama de honor y mis padres y hermano, me ayudaron a llevar todo al salón donde sería la recepción.
Acomodamos el árbol de los deseos, la mesa de dulces, la mesa del pastel, arreglamos la mesa de honor, candelabros y decoración, de repente llego nuestra coordinadora, pues en un abrir y cerrar de ojos se nos fue el tiempo y ya era tardísimo, yo tenía que estar a las 2 de la tarde en el salón de belleza para mi arreglo y era la 1.30 pm, pues todos salimos corriendo, llegue a mi casa, me di un baño rápido y por fin, Héctor me dejó en el salón y él fue a arreglarse.
Seguir leyendo »Al estar en el salón, estaba muy nerviosa y emocionada, pues estaba a 2 horas de nuestra sesión de fotos.
El maquillaje quedo hermoso, tal y como lo había pedido, de igual forma el peinado, solo que se tuvo que improvisar con el tocado, pues la mantilla que utilizaba tenía un decorado hermoso y tapaba el tocado, pero la chica muy profesional supo arreglarlo.
Al verme en el espejo, quise llorar de la emoción, mi mamá que estaba arreglándose junto conmigo, me abrazó y lloramos juntas, me dio su bendición y me llevo al lugar donde compramos mi vestido. Ese momento tan especial, fue interrumpido por una llamada, era la asistente del fotógrafo que ya estaba esperándonos en el lugar acordado. Me di prisa y lo más rápido que pude me puse el vestido.
Mi corazón latía rapidísimo, estaba emocionadísima, me sentía en un sueño, la chica que me ayudo a vestirme, me dijo que parecía una princesa, por lo que me emocione aún más.
Algunos minutos después, en lo que me colocaba la liga, llegó Héctor, al escuchar su voz, mi corazón dio un gran salto y de la emoción empecé a temblar, en ese momento llego también el fotógrafo quien me apresuraba para salir, pues ya había pasado 20 minutos de retraso.
Al abrir la puerta estaba él, y salí y sus ojos se llenaron de sorpresa, y me dijo, eres un ángel, mi ángel y nos dimos un abrazo y el fotógrafo comenzó su trabajo.
Salimos del lugar y nos fuimos a una hermosa hacienda que está a 20 min de la ciudad, al llegar estaba un poco nublado, suerte que en el coche traíamos una sombrilla.
Yima, nuestro fotógrafo estrella, nos explicó la manera de trabajar y lo que haríamos, y comenzamos, besos, abrazos, caricias, poses, risas, y de todo, y cuando estábamos en el mejor momento, comenzó a llover, ¡no! quería morir. Pero Yima todo un profesional, aun y con lluvia seguimos con nuestra sesión.
Era un sueño, algo increíble, el tiempo se detuvo para nosotros, hasta que pregunte por la hora y faltaban 45 minutos para la ceremonia religiosa, pues salimos corriendo y nos fuimos rápidamente a ponerle el arreglo al carro, yo moría de calor y de sed, retoqué mi maquillaje y me baje al Oxxo increíble, pero así una novia en un Oxxo, y muy amables me regalaron dos botellas de agua y nos fuimos al templo, todo en tiempo a pesar del gran retraso.
Después, me cambié para el asiento de atrás y mi novio manejaba, bueno cabe aclarar que el coche de novios, fue un coche que compramos entre los dos, tenía 15 días de que se nos entregó y era la novedad, mi novio manejaba y yo iba adelante con él, hasta que después del Oxxo, me pasé al asiento de atrás, hubo un espacio de silencio, y nos íbamos mirando por el retrovisor, fue una plática de miradas en la que nos dijimos ¡Por fin!
Al llegar al templo, recibí una llamada que rompió con toda calma y la emoción, era la asistente del fotógrafo, para informarme que la boda de una hora antes no se había celebrado, pues su sacerdote no había llegado y estaban esperando que llegara y que no iban a dejar que se celebre nuestra boda.
Me quise volver loca y se me salieron las lágrimas, pero no dejé que nada estropeara mi día, me bajé del coche y pedí que se arreglara, Héctor tomó cartas en el asunto, era un caos, gente peleando dentro y fuera del templo, la otra novia no quería irse y todo estaba de cabeza, quise desmayarme, pero en ese momento, llegaron por mí, para decirme que tomáramos lugares pues era hora de entrar.
Con casi 45 minutos de retraso, por fin me veía del brazo de mi papá entregándome al amor de mi vida, yo me sentía soñando y no sabía ni que pasaba, nuestras manos entrelazadas y los corazones más unidos que nunca, retumbaron con las palabras del sacerdote: "Que lo que Dios acaba de unir, no lo separe el hombre", en ese momento supe que ahora sí, era real y el esperado "hasta que la muerte nos separe".
Terminó la celebración y mis piernas temblaban al ritmo de la marcha nupcial que interpreto el mariachi, salimos del templo y continuamos con las fotos. Hicimos varias fotos muy originales, no las tradicionales al salir del templo.
Al llegar al salón y ver a tanta gente, me hizo sentir muy querida y emocionada, por ver cuanta gente nos acompañaba en ese día tan especial.
Cuando nos anunciaron, y entramos, no lo podía creer, la decoración y ambientación lucia espectacular, era un sueño, todo estaba hermoso, el juego de luces blancas y moradas, lucían realmente hermosas.
El árbol de los deseos fue una belleza.
Cuando bailamos el vals, nuestro vals, sentí en verdad que nada más podía separarnos y después de tener una historia de altas y bajas, estábamos juntos por fin como marido y mujer, ante Dios y la sociedad.
Fue un momento mágico, ver como todos los presentes nos demostraron su amor y cariño en todo momento, y con las notas de "Thousand Years" por fin supe que no era un colorín colorado pero era mi: “felices para siempre”, era nuestro momento.
A partir de ahí todo fue puro baile y diversión, jamás esperé que nuestra boda resultará tan divertida y especial.
Hubo de todo, máscaras, antifaces, alcohol, luces, hielo, bebidas, que puedo decir yo, fue una boda hermosa y sumamente especial.
Todo lo hicimos nosotros y siempre estuvimos de acuerdo en todo. Fue un encanto, ahora puedo decir, que estoy felizmente casada con el hombre de mi vida, con el hombre que descubrí que no todos los hombres son iguales.
Por desgracia aun no me entregan mis fotografías, por lo pronto, comparto estas que han sido la más especiales.
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