La boda de Horacio y Viviana en Álvaro Obregón, Ciudad de México
Rústicas Verano Azul 5 profesionales
H&V
17 Ago, 2019La crónica de nuestra boda
¡Todo fue como un sueño lleno de magia y amor!
Después de muchas, pláticas, acuerdos, visitas, lugares y pruebas (¡muchas pruebas! por decir algo, del vestido me probé unos 75), obtuvimos a todos nuestros proveedores e ideas por la página Bodas.com.mx. Planeamos la boda que queríamos a nuestro estilo, con nuestros detalles, pensando en nuestros invitados y por supuesto en nosotros.
Quince días antes de la boda, me internaron para operarme de emergencia por que se me reventó la vesícula. Horacio era el más preocupado e incluso pensaba en llamar personalmente a nuestros invitados para cancelar la boda, cosa que afortunadamente no fue necesaria. Sí, tuvimos un gasto muy fuerte que no estaba contemplado, no contamos con seguro de gastos médicos, y tuvieron que hacerme dos cirugías, pero afortunadamente los doctores fueron súper amables, lindos y nos apoyaron en todo para que no nos preocupáramos más que en mejorar y recuperar energía para la boda.
Finalmente, después de 14 días de recuperación, ¡se llegó al gran día! ¡El 17 de agosto 2019! Comenzando por despertar temprano para ir al salón donde Mau me peinó y maquilló junto a mi mami y una amiga. Mi hermano y mi tío corrieron a conseguir unas flores que no había considerado, sino hasta el último momento. Antes de salir de casa, le escondí a Horacio un regalo de bodas que le mandé a hacer (un llavero en forma de plumilla con nuestras iniciales y la fecha de nuestro día) él tranquilo, se bañó y preparó sus cosas para llegar antes al lugar y ensayar (porque tocó con su banda) y muy emocionado me agradeció el regalo por mensaje mientras me maquillaban.
Seguir leyendo »Salí feliz del salón, llegué a casa y como mamá seguía en la peinadera, le tocó a mi hermano y a mi cuñada ayudarme con los detalles de cerrar el vestido, ponerme la pulsera, abrocharme los zapatos ¡y correr al Jardín Maja en Uber! La verdad siempre dijimos que no queríamos rentar ni arreglar un auto para llegar al lugar, que haríamos lo que fuera más práctico en ese momento y así fue cada quien se fue en su Uber.
Llegando, ya había gente esperando a que abrieran la puerta, mi hermano entró primero para decirle a Horacio que dejaran de tocar (así todo seguía siendo sorpresa para mi), entré y ví a mi mamá y a mis suegros afinando algunos detalles, otras tías nos ayudaron a colocar los presentes para los invitados y finalmente llegó el novio y casi me desmayo de lo guapo que se veía.
Primero fue la sesión de fotos de nosotros (Horacio y yo) en lo que la gente empezaba a entrar y los iban acomodando para la ceremonia, sirvió para relajarnos, para confiar en que nuestro día sería perfecto y nos dispusimos a soltar todas nuestras preocupaciones y disfrutar la boda por completo. El día estaba maravilloso y estábamos seguros que todo el amor que le pusimos a cada detalle haría lo suyo.
Para la ceremonia elegimos una serie de rituales espirituales más acorde con nuestras personalidades y creencias. Decidimos hacerlo muy nuestro, más íntimo, mi amiga Dali nos ayudó como guía e incluimos a varios familiares y amigos en el ritual inicial, donde algunos invitados fueron a atarnos las manos con listones de diferente color representando un valor y dándonos sus palabras, consejos y mucho amor para nuestro matrimonio. Después prendimos (Horacio y yo) una vela y juntos prendimos otra más grande que quedó prendida toda la fiesta como símbolo de nuestra unión consolidada en una nueva familia. Pasamos al emotivo intercambio de votos, ¡que fueron maravillosos! ¡Me derretía del amor! Por último, nos entregamos los anillos y todo lo que ahí nos acompañó, lo metimos en una caja de madera junto con un vino para hacer nuestro cofre de amor y romperlo en caso de emergencia y recordar aquel día y los motivos que nos llevaron a esta unión.
Pasamos al brindis, mi hermano leyó un cuento que realmente fue un resumen de nuestra historia de amor, varios más nos dijeron palabras hermosas y todos los mejores deseos para nuestra unión.
El salón ya nos esperaba para comer, mientras tanto, Horacio y yo no parábamos de sonreir, disfrutamos mucho ver a la gente que queremos, compartir ese día con nosotros y la verdad, entre los nervios, la emoción, la felicidad, todo, comimos super poquito aunque todos los comentarios de nuestros invitados fueron buenos respecto al lugar, la comida y el servicio.
Llegó el momento de nuestras sorpresas mutuas. Horacio se acercó junto con su banda al escenario y se colgó su guitarra, se veía nervioso pero feliz. Yo me coloqué en la fuente, sentadita en primera fila para ver al amor de mi vida ¡como su fan número uno que soy! Comenzaron tocando “Tu forma de ser”, la gente empezó a cantar y algunas de mis amigas me ayudaron a repartir unos carteles para que se sintiera ¡como el mejor concierto de nuestras vidas! Yo me sorprendí con cada canción que Horacio cantó para mí y él se sorprendió con el detalle de los carteles y la alegría, chiflidos y aplausos de la gente.
Después tocaron “Run away” de Los Pericos, prendiendo a la gente con ritmo de reggae lo mejor fue la frase "Cuidame bien, que siempre me pierdo" los dos nos reímos mucho porque sabemos que es cierto, es tan despistado que siempre se pierde, pero aquí estaré para él, para orientarlo siempre.
La última fue “Can't help falling in love” de Elvis Presley con ritmo medio rockero y en la parte donde dice "Take my hand, take my whole life too..." me extendió su mano, invitándome y me paré a abrazarlo mientras terminaba el coro. La banda siguió tocando durante nuestro primer baile y la gente se acercó a echarnos burbujas. ¡El momento más romántico, emotivo y feliz!
Se abrió la pista, empezamos a bailar, por razones personales decidimos omitir el típico baile con los papás y mamás, así que todos los invitados nos acompañaron en la pista. Después de un rato "aventé" el ramo que más bien decidí hacerlo con listones pues como era con suculentas, no quería que salieran volando. Todas se pusieron alrededor mío agarrando un listón, mamá me tapaba los ojos e iba cortando uno a uno al ritmo de "bomba, suavecito para abajo, para abajo...", hasta que finalmente quedó un listón atado al ramo y lo entregué.
Horacio hizo lo suyo, aventó no una ¡sino tres ligas! (al haber visto tanto vestido, dejé emocionada muchos anticipos en varias tiendas y al momento de ir a decir que siempre no, en algunas no me regresaron el dinero y tuve que elegir artículos como las ligas jaja) ¡Y los hombres salen de risa en las fotos!
Siguió el baile, los abrazos, las palabras lindas, los buenos deseos, la felicidad y los chilaquiles jajaja. Todo fue un sueño realmente, se me pasó el tiempo como agua, ya en el Uber de regreso a casa, le decía a Horacio que no podía creer que ese momento hermoso se hubiera terminado. Y así, llegamos a nuestro nidito a descansar y seguir riendo y empezar con todos los recuerdos de ese, ¡nuestro maravilloso día!
Servicios y Profesionales de la Boda de Horacio y Viviana




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