La boda de Isaac y Cinthya en La Paz, Baja California Sur
Elegantes Otoño Blanco 3 profesionales
I&C
20 Oct, 2018La crónica de nuestra boda
Nos casamos el 20/10/2018 pero iniciamos los preparativos en enero 2018. Al principio queríamos una boda pequeña por cuestiones de presupuesto, sin embargo, conforme pasaban los días se iban sumando más y más familia con apoyos económicos, ideas y también invitados.
Llegó el momento en el que pensar en mi boda me daba miedo, no tenía idea de cómo empezar ni que se necesitaría, además jamás había organizado un evento para más de 200 personas. Cada vez era más frustrante porque todo el mundo opinaba, descalificaba, no faltaban los “deberías hacer esto”, “deberías hacer lo otro” “ay por qué escogiste eso” “cómo no vas a invitar a fulanito“, no quería siquiera que me preguntaran por mi boda.
Mi esposo fue muy participativo incluso más exigente que yo con los proveedores. Trató de complacerme en cada detalle, pero lo que más le reconozco fue su paciencia y amor ante mis fluctuaciones de humor. A pesar de haber iniciado los preparativos con anticipación, no encontrábamos un proveedor de invitaciones que las hiciera tal cual la pedíamos, y así pasaron los primeros meses del año porque obviamente no íbamos a cambiar nuestro diseño.
Seguir leyendo »Fue hasta el proveedor número 4 (junio) que encontramos a quien se animara a hacerlas tal cual queríamos cumpliendo totalmente nuestras expectativas. Algunas personas dicen que el estrés adelgaza, bueno, en mi caso es al revés, yo engordo. Y así me sucedió tres semanas antes de la boda, en la prueba final de vestido ya no me quedó, sin embargo, me apliqué, no adelgacé, pero si me mantuve en la misma talla.
En la prueba de maquillaje y peinado no me gustó el peinado, pero ¡fue mi culpa! Yo lo elegí, en las fotos muestra de internet los peinados se ven ¡wow! pero no iba con mi cabello ni mis facciones. Estaba tan triste por que de verdad no me gustó y solo podía pensar en “no me quiero ver así en mi boda”, pero afortunadamente en el Studio aceptaron sin problema cambiarme el peinado hasta que me gustara, el cuarto peinado fue el elegido.
Nunca encontré las zapatillas perfectas para mi boda, tuve que usar un par viejito que tenía. La paquetería contratada no localizaba mi domicilio por lo que los “recuerditos” corrían peligro de no llegar a tiempo. Dos días antes de la boda llegaron.
A solo días de la boda no tenía el programa ni el conductor, yo ingenuamente creí que alguna de mis cuñadas o de mis amigas podría conducir el evento sin problema, pero no, ninguna quiso. ¡Estuve a punto de conducir mi propia boda! Ya estaba harta y estresada que solo quería que todo pasara. Un día antes pude hacer el programa y conseguí conductor.
Llegó el día del evento y ya no me quería estresar. Me fui a maquillaje y peinado y después con mi madre a ponerme el vestido. Hasta ese momento todo iba bien, pero ¡oh sorpresa! el vestido estaba super arrugado, mi pobre madre entró en pánico y entre ella y una tía lo plancharon como pudieron, pero alcanzamos a estar listas 20 min antes de la misa.
Al llegar a la iglesia mi velo de 4 mts se arrugó y no podían arreglarlo, el pasillo quedó muy angosto por lo que era imposible pasar en mi vestido princesa con mi madre sin que ella me pisara el vestido o chocáramos con las flores de las bancas. Llegué enojada y al borde del llanto al altar, pero al recibirme mi esposo solo me sonrió y hasta allí llegó mi malestar. Después de eso todo fluyó bien. Terminando fuimos a ponerme otra falda de tul, si, más tul, y aprovechamos para ver la coreografía del baile que obviamente no teníamos, inició de nuevo el estrés e incluso peleamos, hasta que mi esposo me sentó tranquilamente y me dijo “ya, que salga como tenga que salir, simplemente vamos a bailar y disfrutar nuestra boda, que no te importe el qué dirán, solo somos tú y yo”. Llegamos ansiosos a la recepción para iniciar la boda civil, ya queríamos casarnos. Todo sucedió tan rápido, de verdad sufrí más en los preparativos que lo que duró el evento. Disfrutamos la fiesta felices y enamorados. Gracias al apoyo de nuestras familias y amigos, pudimos lograr nuestra boda soñada. Y hoy estamos felizmente casados.
Nos casamos el 20/10/2018 pero iniciamos los preparativos en enero 2018. Al principio queríamos una boda pequeña por cuestiones de presupuesto, sin embargo, conforme pasaban los días se iban sumando más y más familia con apoyos económicos, ideas y también invitados.
Llegó el momento en el que pensar en mi boda me daba miedo, no tenía idea de cómo empezar ni que se necesitaría, además jamás había organizado un evento para más de 200 personas. Cada vez era más frustrante porque todo el mundo opinaba, descalificaba, no faltaban los “deberías hacer esto”, “deberías hacer lo otro” “ay por qué escogiste eso” “cómo no vas a invitar a fulanito“, no quería siquiera que me preguntaran por mi boda.
Mi esposo fue muy participativo incluso más exigente que yo con los proveedores. Trató de complacerme en cada detalle, pero lo que más le reconozco fue su paciencia y amor ante mis fluctuaciones de humor. A pesar de haber iniciado los preparativos con anticipación, no encontrábamos un proveedor de invitaciones que las hiciera tal cual la pedíamos, y así pasaron los primeros meses del año porque obviamente no íbamos a cambiar nuestro diseño.
Fue hasta el proveedor número 4 (junio) que encontramos a quien se animara a hacerlas tal cual queríamos cumpliendo totalmente nuestras expectativas. Algunas personas dicen que el estrés adelgaza, bueno, en mi caso es al revés, yo engordo. Y así me sucedió tres semanas antes de la boda, en la prueba final de vestido ya no me quedó, sin embargo, me apliqué, no adelgacé, pero si me mantuve en la misma talla.
En la prueba de maquillaje y peinado no me gustó el peinado, pero ¡fue mi culpa! Yo lo elegí, en las fotos muestra de internet los peinados se ven ¡wow! pero no iba con mi cabello ni mis facciones. Estaba tan triste por que de verdad no me gustó y solo podía pensar en “no me quiero ver así en mi boda”, pero afortunadamente en el Studio aceptaron sin problema cambiarme el peinado hasta que me gustara, el cuarto peinado fue el elegido.
Nunca encontré las zapatillas perfectas para mi boda, tuve que usar un par viejito que tenía. La paquetería contratada no localizaba mi domicilio por lo que los “recuerditos” corrían peligro de no llegar a tiempo. Dos días antes de la boda llegaron.
A solo días de la boda no tenía el programa ni el conductor, yo ingenuamente creí que alguna de mis cuñadas o de mis amigas podría conducir el evento sin problema, pero no, ninguna quiso. ¡Estuve a punto de conducir mi propia boda! Ya estaba harta y estresada que solo quería que todo pasara. Un día antes pude hacer el programa y conseguí conductor.
Llegó el día del evento y ya no me quería estresar. Me fui a maquillaje y peinado y después con mi madre a ponerme el vestido. Hasta ese momento todo iba bien, pero ¡oh sorpresa! el vestido estaba super arrugado, mi pobre madre entró en pánico y entre ella y una tía lo plancharon como pudieron, pero alcanzamos a estar listas 20 min antes de la misa.
Al llegar a la iglesia mi velo de 4 mts se arrugó y no podían arreglarlo, el pasillo quedó muy angosto por lo que era imposible pasar en mi vestido princesa con mi madre sin que ella me pisara el vestido o chocáramos con las flores de las bancas. Llegué enojada y al borde del llanto al altar, pero al recibirme mi esposo solo me sonrió y hasta allí llegó mi malestar. Después de eso todo fluyó bien. Terminando fuimos a ponerme otra falda de tul, si, más tul, y aprovechamos para ver la coreografía del baile que obviamente no teníamos, inició de nuevo el estrés e incluso peleamos, hasta que mi esposo me sentó tranquilamente y me dijo “ya, que salga como tenga que salir, simplemente vamos a bailar y disfrutar nuestra boda, que no te importe el qué dirán, solo somos tú y yo”. Llegamos ansiosos a la recepción para iniciar la boda civil, ya queríamos casarnos. Todo sucedió tan rápido, de verdad sufrí más en los preparativos que lo que duró el evento. Disfrutamos la fiesta felices y enamorados. Gracias al apoyo de nuestras familias y amigos, pudimos lograr nuestra boda soñada. Y hoy estamos felizmente casados.
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