La boda de Iván y Lizbeth en Tenancingo, Estado México

La crónica de nuestra boda

La verdad, nunca pensé en casarme, hasta que conocí al amor de mi vida, nos enamoramos y decidimos iniciar esta loca aventura llamada matrimonio. Iniciamos los preparativos con un año de anticipación y gracias a mi mami, a la comunidad y a la wedding planner, nuestra boda fue un sueño hecho realidad.

Ese día inició muy temprano con un desayuno preparado por mi mami, a medio día llegó la estilista, dos largas horas de arreglo y llegó el fotógrafo para la sesión getting ready. Partimos a la iglesia en mi coche (un March rojo super coqueto).

Llegando ya nos esperaba el cortejo y mi esposo hasta en frente. El padre nos dio la bendición e inició el cortejo, seguido de mi esposo y sus papás, los padrinos, la pajecita y finalmente entramos mis papás y yo. Me moría de los nervios mientras avanzaba lentamente hacia mi esposo, llegando al altar nuestros padres nos dieron la bendición y mi papá me entregó, casi se le salen las lágrimas en ese momento. Inició el rito que estuvo hermoso, y cuando nos dimos cuenta el padre ya nos estaba diciendo "felicidades ya son marido y mujer". Luego vinieron los símbolos (los anillos, las arras, el cirio, la biblia y el rosario y el lazo). Terminó la ceremonia y el padre nos acompañó a entregar el ramo de la Virgen.