La boda de Jaime y Kathia en Pachuca, Hidalgo

La crónica de nuestra boda

Fue un día memorable, llegar a la iglesia vestida de blanco del brazo de mi padre, quien me entregó al gran amor de mi vida. Fuimos bendecidos por Dios en este pacto de matrimonio, mucha familia nos acompañó y disfrutó de ese día especial con nosotros. La celebración fue viernes por la noche, el clima era bueno, no me sentía nerviosa sino, emocionada. Disfruté mucho de cada momento y detalle, nos tomamos muchas fotos, en la fiesta mi esposo me cantó una canción muy bella, después yo a él, ambos tenemos la fortuna de tener una buena voz.

Y bailamos nuestro primer baile, fue tierno, suave, bello. Una de mis partes favoritas fue el tiempo del brindis y las palabras emotivas que mi esposo y yo dirigimos hacia nuestros padres, hermanos, suegros y cuñados; así como cuando bailamos con ellos un vals familiar. También miramos una secuencia de videos y fotos que creamos con mucho cariño. Los adornos, las flores, la música, la organización... Todo fue bueno y definitivamente dejó de importar cualquier detalle en ese momento, lo importante y valioso estaba frente a mis ojos, mi amado esposo, mi amada familia y amigos compartiendo ese tiempo tan especial con nosotros.