La boda de Jessy y Deyanira en La Paz, Baja California Sur

Para las 4 de la tarde yo estaba peinada y maquillada, se suponía el fotógrafo llegaría a esa hora así que me empecé a poner el vestido con ayuda de mis papás, ese momento fue super especial, muy emocionante, casi lloramos de felicidad, mis hermanas nos tomaban fotos, mi papá pidiéndoles que me tomaran con su teléfono también y pues todo perfecto. De repente me dejaron encerrada en la habitación porque había llegado el novio y como las maquillistas ocupaban luz tenían la ventana de la sala abierta así que yo no podía salir, porque él andaba de un lado para otro consiguiendo comida para su familia y hasta unos zapatos para un sobrino.

Empezó a llegar más familia, el hotel estaba cada vez más lleno, llegaron las damas, por fin llegó el fotógrafo, los ramos, el arreglo del carro y tuve que salir casi a escondidas para empezar con las fotos pues ya se hacía tarde, cuando abrí la puerta de la salita, vi que mi esposo apenas iba llegando en el carro y casi me infarto, primero porque casi me ve y segundo porque ya era tarde y seguí en mandados, pero bueno respiré y salí a tomarme las fotos. Poco antes de las 6 el fotógrafo nos empezó a apurar para irnos a misa, pero el novio seguía ahí, así que me encerraron en el cuarto mientras se iba, cuando se fue me di cuenta que mi suegra aún no estaba lista y fue ahí cuando me entraron los nervios pues ya eran las 6 (hora de la boda) traté de hacer tiempo pero el padre nos llamó que lo estaban apurando porque había una misa a las 7:30 y pues ya no pude esperarla más y con todo el dolor de mi corazón me fui a la iglesia que afortunadamente estaba a dos cuadras.

Al llegar a la iglesia todo el mundo estaba afuera, algunos se acercaron al carro a ayudarme y de pronto mi mamá llega y me pregunta cómo va el cortejo y para ese entonces mi calma de todo el día había desaparecido, estaba muy nerviosa, preocupada por mi esposo porque sabía que estaría triste de que no estaba su mamá y bueno se me olvidó como iba el cortejo, ya les había mandado una foto a todos pero al parecer no la vieron, en fin solo sabía que los pajes y las damas iban delante de mí, así que los demás se acomodaron como se acordaron y por fin pude entrar. Al momento de entrar a la iglesia, empezó a tocar la marcha nupcial y lo vi a él, el hombre de mi vida en el altar esperándome, en ese momento todo se quedó en silencio en mi mente solo estaba él, sus ojos viéndome caminar hacia él y entonces los nervios desaparecieron, quería llegar, darle un beso y decirle que era nuestro momento, finalmente el pasillo se acabó y estábamos frente a frente, saludó a mis papás, me tomó la mano, nos dimos un pequeño beso en la mejilla y caminamos hacia el padre quien nos dio la bendición y comenzó la misa, pocos minutos después nos dimos cuenta que mi suegra si había llegado y mi esposo se quedó más tranquilo, la misa fue hermosa, sobre todo el momento en que nos dijimos los votos y entregamos los anillos es un momento mágico, él estaba un poco nervioso, yo en ese momento me sentía más relajada y las palabras fluyeron, finalmente cuando terminó la misa, nos dimos un beso, empezaron a cantar el Ave María y al igual que con la marcha mis oídos se volvieron sordos, estaba feliz de estar al lado del amor de mi vida y de que ya éramos finalmente esposos con la bendición de Dios, al salir de la iglesia todos nos felicitaban, nos tomaban fotos, hasta que el fotógrafo nos apresuró de nuevo para irnos al salón a la sesión de fotos.

Ya en el salón, mi esposo y yo estábamos felices y relajados, al llegar vimos cada detalle que habíamos planeado con tanto tiempo, el salón lucía espectacular con las luces, las flores, los manteles, en fin era como un sueño hecho realidad ¡más de lo que había soñado de hecho!

Empezamos a tomarnos fotos, solo llegaron 3 damas y al rato llegó mi cuñada que era como mi dama de honor, mi mamá y pocos minutos después nos tuvimos que salir del salón pues llegarían los invitados, esperamos en el carro como unos 20 minutos aproximadamente, hasta que nos avisaron que ya había gente y el mariachi ya estaba listo. Hicimos nuestra entrada con la canción de “Gema”, mi esposo se creía artista pues saludaba a todo el mundo como si fuéramos en una alfombra roja y bueno así era porque si había alfombra roja, yo entre agarrar el ramo, el brazo de mi esposo y sostener el vestido pues solo observaba a la gente y sonreía, llegamos al quiosco donde estaban nuestras sillas, esperamos que terminara la canción y luego nos dirigimos a la pista para bailar nuestra primer canción como esposos, con el tema “A thousand years” de Cristina Perri, ese momento también fue mágico, nos perdimos en la plática, risas y baile parecía que solo estábamos él y yo, como cuando en las películas desaparece la gente. Posteriormente paso mi papá y su mamá a bailar con nosotros y casi lloro al platicar con mi papá fue muy bonito ese momento, después pasó mi mamá y un tío y finalmente otro tío y la tía de mi esposo, al finalizar el baile, nos dirigimos de nuevo a nuestros asientos y comenzó el brindis, mi papá, mi mamá, nuestro padrino de velación y la tía de mi esposo nos dijeron palabras muy bellas llenas de amor y sabiduría, al terminar el brindis se sirvió la cena, estaba deliciosa y siguió amenizando el mariachi, llegaban personas a saludarnos, tomarse fotos con nosotros y pues ese fue el único momento en el que estuvimos sentados, al terminar de cenar nos empezamos a tomar fotos con los invitados, con el pastel, con nuestras familias y después intentaron acomodarme la cauda mi mamá mi abuela y unas tías, nadie lo logró a pesar que habíamos ensayado antes, finalmente decidí no seguir intentado y traer la cauda en la mano, pusieron un video de fotos nuestras y una parte del video de nuestra boda por el civil, esa fue una mini sorpresa para el novio. Se llegó la hora de aventar el ramo y la liga, fue muy divertido sobre todo la liga pues mi esposo es muy relajó y casi se mete a mi vestido para buscarla, después de eso siguió el baile, hasta que se llegó la hora y los invitados empezaron a despedirse, nosotros nos quedamos hasta el final pues recogimos algunas cosas.

Sin duda el día de mi boda fue mágico y uno de los mejores días de mi vida, es como vivir un sueño pero aún mejor.