La boda de Jorge Esteban y Liliana en Torreón, Coahuila

La crónica de nuestra boda

Después de posponer la boda un año, de perder a mi papá en febrero y llevar meses de tristeza y estrés por fin se llegó el día, nos pasó de todo. El sacerdote molesto porque en la caseta del fraccionamiento donde está la parroquia no nos dejaban pasar y entramos 4 minutos tarde, yo molesta porque faltaban cosas, pero al final todo fue lindo. A mi esposo se le rompió el pantalón saliendo de misa, gracias a Dios había aguja e hilo en la habitación del hotel donde sería la recepción. Faltaron fotos con mis damas de honor, cambiaron mi peinado y modificaron mi maquillaje para entrar a la recepción más relajada.

Teníamos nervios pensando en que quizá faltaría mucha gente, pero al entrar a la recepción y ver a todas esas persona. Ser recibidos por nuestros amigos y familiares ha sido de las experiencias más bonitas que hemos tenido y no me queda la menor duda de que aunque no podía ver a mi papá ahí estuvo siempre.