La boda de Jorge y Lola en Torreón, Coahuila
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J&L
25 May, 2019La crónica de nuestra boda
Es la primera vez que escribo respecto al día de mi boda, siento que acaba de pasar y, en realidad, al momento de redactar esta crónica estamos cumpliendo 1 mes de casados.
Mi día inició con toda la calma y tranquilidad del mundo, desperté a las 08:00, me bañé y bajé a desayunar. Era nuestro 5° aniversario de novios y mi (en ese entonces) prometido compartió el recuerdo de nuestra relación en Facebook. Cuando lo vi me cayó el 20 de que estábamos a punto de iniciar una nueva aventura juntos y me empecé a sentir un poco más nerviosa y emocionada.
Tenía cita con mi maquillista y estilista a las 11:00, así que empecé a alistarme; mi mamá y mi hermana ya estaban arreglándose allá, así que solo faltaba mi entrada triunfal en la estética. Cuando llegué, me topé con el primer problema: la mitad de la estética no tenía luz... Resulta que en días previos habían estado haciendo algunas reparaciones en la calle y hubo un problema con un poste, así que todas las personas citadas estábamos amontonadas en la parte de la estética con electricidad. Había otra novia que en ese momento estaba en su sesión de fotos getting ready y el fotógrafo no sabía ni cómo acomodarse.
Seguir leyendo »En fin, al principio me angustió un poco porque también tenía mi getting ready en ese lugar, pero me relaje cuando mi maquillista me dijo que no me preocupara, que harían lo posible por que todo saliera perfecto, y así fue. Poco después de las 14:00 ya estaba lista, arreglada y me sentía la mujer más hermosa del mundo. La sesión getting ready fue muy corta por la situación, pero creo que se lograron fotos muy bonitas.
Para este momento ya me había topado con un segundo dilema. Resulta que mis suegros fueron los padrinos de lazo de nuestra boda, mi suegra (para darnos gusto) me dijo que nosotros eligiéramos el lazo y ellos nos lo rembolsaban, pero resulta que yo lo olvidé por completo. Nunca me acordé de elegirlo ni comprarlo. Así que me marca mi prometido (un poco estresado) preguntando al respecto, y ni modo: tuvo que echarse una carrerita a comprar uno en ese momento que, por cierto, me encantó.
En fin, me fui a la segunda parte del getting ready en casa, mi papá, mi mamá, mi hermano y mi hermana participaron. Mientras tanto, en casa de mi novio, estaban por las mismas con su propia sesión. Mi suegra, mi suegro y mi cuñado formaron parte y todo salió perfecto.
A continuación, mi novio y uno de sus padrinos fueron a dejar el carro donde me iba a trasladar al lugar de la ceremonia, y siguiendo la tradición, no nos vimos para nada. Cuando ya se había ido, salí y me subí al carro. Mi vestido ocupaba medio asiento y yo la otra mitad, así que mi mamá se fue adelante junto con el padrino y nos fuimos a La Española.
Llegando allá, sería la sesión first look y yo tenía muchos nervios de encontrarme con mi prometido antes de lo planeado. El fotógrafo se retrasó un poco, pues el camino toma aproximadamente 30 minutos, y yo me negaba a bajarme del carro hasta que llegara. Total, en cuanto llegó se llevó a mi prometido a donde iba a ser la sesión, lo pusieron de espaldas y me hablaron... Sentía que mi corazón iba a mil por hora cuando vi que estaba a pocos metros de mí, el fotógrafo se portó de lo mejor, nos hizo bromas y nos hizo reír para mitigar el nervio. La sesión fue un éxito total, nos reímos mucho y todo salió perfecto.
Continuamos con las fotos con la familia, los padrinos y damas. Mi novio tenía como 15 padrinos y yo solo 4 damas, pero creo que contribuyó a que mis damas y yo fuéramos las protagonistas. Todas se veían hermosas y la vibra era de lo más bonita, medio que nos reíamos, medio que llorábamos.
Una vez terminadas las fotos, empezó, ahora sí, el itinerario de la boda: la ceremonia civil fue en una terraza preciosa, aun a la luz del día, el ministro que la oficio dio unas palabras super bonitas al final y nos deseó muchísimo éxito en nuestra vida matrimonial. Nos entregó nuestra acta de matrimonio y nos dijo que la guardáramos, pues únicamente esa acta original tendría por siempre las firmas de nuestros testigos y nuestros papás. La verdad nunca me puse a pensar que tu acta de matrimonio puede ser un bonito recuerdo del día de tu boda, pero decidí seguir su consejo y guárdala.
Tuvimos un pequeño break de 20 minutos antes de la misa, que fue en la capilla La Piedad. Desde que estaban acomodando al cortejo yo ya quería que empezara, mis damas me dijeron que en cuanto empezamos a caminar mi papá empezó a llorar y yo ni lo noté. Veía a todo el mundo y solo sentía que era un momento perfecto y que quería recordarlo siempre. Mi papá me llevo hasta al altar, y entre el nervio y todo, hubo un momento en que no supimos ni cómo acomodarnos. Pero todo salió tan bonito, de verdad, todo lo que dijo el padre. Todas las personas que estuvieron, mi abuelita hermosa que me hizo llorar muchísimo.
Salimos de la misa y yo ya quería llegar al salón. Moría de ganas de ver la decoración y cómo se veía todo. Saliendo hubo mil brazos a mi alrededor, tomaron tantas fotos que ya no sabía ni con quién estaba. Llegó el transporte y nos fuimos al salón. Mis pies ya me pedían descanso de todo el día con los tacones, pero aún faltaba el vals. Llegamos y mi planner super al pendiente de todo. Empezó a acomodar a la gente, la familia tenía sus mesas reservadas. La gente como llegaba se acercaba a nuestro árbol de huellas y tarjetas de deseos, así que al final nuestro árbol se veía muy prolifero y perfecto.
Justo, acorde al itinerario, hicimos nuestra entrada a las 21:15 horas al salón, dimos una vuelta a la pista y empezó nuestro vals: “Perfect” de Ed Sheeran. Luego, fue el vals de mi novio con mi suegra: “A ti” de David Cavazos y, por último, el vals con mi papá: “¿Y cómo es él?” de José Luis Perales.
Hicimos el acostumbrado vals del billete (muy breve y con sobres porque realmente no es una costumbre que me guste mucho) y luego inicio la hora de ensamble con sax y violín durante la cena. En cuanto termino la cena empezó el baile.
La verdad, la verdad, sé que probablemente todas las novias dicen lo mismo, pero fue perfecto. Todos los invitados estaban bailando, la música increíble, el grupo se mega lució. Mucha gente me pidió los datos después…
A eso de las 12:30 llegaron los elotitos y nieves de garrafa que habíamos contratado, la gente entre la pista y haciendo fila para su elote. Las mesas solas. Entregamos los termos (que me encantaron, por cierto) y los flats que mandamos hacer, ¡se acabaron tan rápido que me olvidé de tomarles fotos! Pero tengo los míos, luego se los comparto.
En fin, no dejé de bailar, tomarme fotos, me comí mis tostitos con elote, me llené el vestido de salsa, fue la mejor boda del mundo. De verdad, la disfruté hasta el último minuto, quisiera revivir ese día una y otra vez. No recuerdo ningún detalle que me disgustara ni de la ceremonia civil, la religiosa o de la recepción. Todo salió a pedir de boca, fue una noche mágica.
Mi esposo y yo salimos super contentos, llenos de toda la buena vibra de nuestros invitados y hasta nos regalaron una perrita para nuestra pequeña familia. No cambiaría ni un solo detalle ni un solo preparativo o contratiempo, todo lo que nos llevó a ese día, a ese momento, con esas personas y en esta relación nos hizo sentirnos los más afortunados y apapachados del universo.
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