La boda de Josue y Yetzel en Toluca, Estado México

Entramos a la iglesia y la boda fue de lo más emotiva, el padre súper lindo, nos hizo sentir muy relajados, se me quebró la voz al decir mis votos y mi lagrimita salió, pero todo muy emotivo. Salimos corriendo de la iglesia para las fotos familiares y todo mundo felicitándonos y diciéndome que me veía hermosa.

Nos fuimos rápido al salón para la boda civil, nos quedaron mal con las sillas para los invitados pero lo bueno que no duró más de 10 minutos, aunque qué pena que se quedaron parados. Hubo cóctel de bienvenida y luego fue la entrada al salón.

Hubo problemas en la recepción ya que había invitados que llevaban más gente de la que teníamos contemplados y no dejaban de preguntarnos donde los poníamos, en ese rato nos tomamos varias fotos, hasta el fotógrafo me dijo que tenía cara de preocupación, pero no dejaban de preguntarnos por el acomodo de los invitados a pesar que teníamos listas, eso fue lo que más me estresó.

Entramos al salón a las 7 pm, dimos palabras de bienvenida y sirvieron la cena, me gustó mucho, aunque el vestido no me dejó comer a gusto. Hubo piano y violín, se veía muy romántico y elegante el asunto, simplemente me encantó. Después partimos el pastel y proyectamos un par de videos que tomamos en la playa y narrando la historia de nuestro noviazgo de 10 años, a más de uno le encantó y es que el videógrafo que contratamos tiene un feeling especial para las bodas. Después hubo música con Zanqueros incluido y bailé muchísimo, después la víbora de la mar un poco ruda y el moño y la liga, todo muy padre y divertido.

En donde vivo se baila el mandilón, que es un baile muy divertido, mi novio se negaba al principio, pero lo disfrutamos los dos, después había familia y amigos de Morelos y un primo llevó un traje de chinelo, fue todo un hit. Seguimos bailando y bailando y bailando y se acabó muy temprano, a la 1 am y la hora extra la cobraban en 7 mil, pero vimos que sólo estaban tomando y ya casi nadie bailaba entonces decidimos terminarla a esa hora.

Lo bueno de casarse es disfrutar el día completo, desde que te levantas hasta que te quitas el vestido, detalles siempre habrá, pero que no nublen tu día, a nadie le importará uno que otro problemita, a veces ni los invitados se dan cuenta y si lo hacen, no les importa realmente porque están ahí porque te quieren y no para criticar.

Lo malo, es que se acaba.