La boda de Leobardo y Laura en Mazatlán, Sinaloa

La crónica de nuestra boda

Sin dudarlo, nuestra boda fue de esos días que quisiera uno que se volviera a repetir una y otra vez. Fue un día tan lleno de felicidad, de alegría, y de muchos sentimientos encontrados. El estar ahí cumpliendo uno de nuestros sueños más anhelados, acompañados de nuestra familia y nuestros amigos, fue un gran regalo, algo tan grandioso que no me canso de agradecerlo.

Nuestra ceremonia religiosa fue muy emotiva, y lo que nos dio mucho gusto es que todos estuvieran presentes, fue algo muy bonito ver todas las muestras de cariño y alegría de todas las personas que queremos. En lo personal, y también de mi pareja, no somos mucho de bailar y ese día no podíamos dejar de bailar, era tanta nuestra alegría que queríamos disfrutar al máximo todo, y en verdad así fue.

Todo tan perfecto, todo como lo habíamos pensado: el ambiente, nuestros invitados contentos y, sobre todo, que disfrutamos tanto nosotros. Fue difícil llegar hasta ahí, sí lo fue, pero lo volveríamos a hacer mil veces más porque todo valió la pena, todo fue tan grandioso, y solo podemos decir que los grandes sueños sí se hacen realidad, y el de nosotros, casarnos frente al mar, ¡se cumplió!